Chapter V
“Gracias Shikamaru a ti también Sakura”
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Cuando llegó a su casa estaba amaneciendo.
Se había entretenido demasiado en aquel lago, la pureza de los árboles, la brisa fría pero muy fresca y la calidez de aquella naturaleza le hizo pensar que su vida estaba pasando con rapidez, no tuvo ni un momento para disfrutar esa belleza
Su vida giro siempre en la misma persona. Persona que está ocasionando sin saberlo su muerte. Su estómago se retorció al recordar el altercado de la noche anterior, llevo su mano a la garganta sintiendo aquel conocido dolor que lo abrazaba como si fuera un lejano amigo.
Volvió a toser.
Kurama se puso loco. Lo rodeo con su chakra tratando de sacudirlo para que reaccioné con rapidez lo saco de aquel hogar. Al estar fuera un alterado Shikamaru corría a su alrededor.
— ¡Naruto! — Exclamó atrapándolo contra sus brazos cuando aquel manto naranja lo soltó. Vio los labios del Uzumaki manchados por la sangre. — “Está empeorando”
Se sentía débil. La cabeza le daba vueltas. Alcanzó escuchar la voz de Shikamaru a su lado, y aunque lo este, pareciera que estuviera lejos. Alzó la mirada para verle. Estaba blanco como la hoja de papel, apretaba el agarre que tenía en sus brazos aquellos puntos negros que invadieron su visión no dejó ver el otro invitado.
Sintió como alguien lo abrazaba y lo acobijaba en un fuerte pecho balanceándolo con amor, Morfeo lo reclamo.
Cuando despertó, estaba en su cama cubierto de flores de diferentes colores y de pétalos de margaritas. Una sonrisa irónica se formó en sus labios. ¿Irónico verdad? ¿Quién diría que había empezado a expulsar las flores que tanto a él como Sasuke adoraban? Aún se sentía débil, el cuerpo le dolía, pero aún así recogió con sumo cuidado como si fuera lo más precioso del mundo aquel pétalo para colocarlo en su mesita de noche. Era algo masoquista por su parte conservar con mucho cariño aquello que lo estaba matando, pero ¿Qué podía esperar de alguien que ama las flores?
— A pesar de que me estén matando. — Susurro enfocando sus azulados ojos a aquel pétalo. — Sigo amando las flores.
¿será que tendría que hacerle caso a Tsunade? ¿Será que se tendrá que hacer la operación? Solo tenía dos días para pensar, pero con esos dolores, ¿quién estaría cuerdo para pensar en una operación?
“Gracias por traerme a casa Kurama”
>Yo no te traje a casa<
Mintió en cierta manera.
“Entonces si no fuiste tú… ¿Quién?”
>El mocoso Nara<
Y en cierta parte era cierto. Kurama no quería causar más problemas y mucho menos hacer que su cachorro empeore, pero si era necesario utilizar al Nara para que esos idiotas se den cuenta de sus sentimientos lo haría y mil veces. Shikamaru era inteligente y no necesito palabras para que se de cuenta de las intenciones del Binju.
Con tal de salvar a su amigo y hacer que esos dos se abran más, haría lo que fuera.
— Shika, ¿eh? — Se levantó con dificultad sentándose en el borde de la cama su vista se fijó en la ventana donde las puertas estaban cerradas el reflejó le otorgaba una vez más una vista nada favorable.
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Siempre fuiste tú
RomanceHanahaki es una enfermedad provocada por un amor no correspondido, donde una flor nace en el corazón del paciente y crece ocupando sus pulmones. El afectado vomita y tose pétalos y flores; y si lo deja pasar por mucho tiempo puede llegar a morir por...