III

147 20 1
                                    

Chapter III
“La desesperación de Sasuke”
¡No quiero perderte!
___________________________________________



— Sasuke. — Susurro el rubio impactado era la primera vez que veía a Sasuke tan desesperado sus ojos oscuros solo demostraba una profunda tristeza, de aquellas que solo tenías cuando estás a punto de perder a quienes amas, frotó la cabeza, no, Sasuke nunca lo amara solo teme en perderlo como su único lazo con el pasado. — Yo…

— No te ocurrirá nada, porque, porque yo te ayudaré. — Coloco su mano en el hombro del rubio apretándolo una extraña determinación se escuchó en su tono de voz. — Te ayudaré a conquistar a Sakura. Y va a funcionar. — Frunció el ceño mordiéndose el labio inferior y en voz baja añadió; — Tiene que funcionar.
Reconocía aquella mirada, oh vaya que lo hacía, aquello le contrajo miedo. No sabía cómo salirse de ese embrollo: por una parte, podía confesarle a Sasuke que todo era una mentira y que la auténtica personas por el que estaba dispuesto a sufrir esto era él. Pero de otra parte no comprendía a Sasuke, ¿no es que estaba con Sakura? ¿No se le había confesado? Era más evidente que Sasuke no correspondía sus sentimientos, de otra manera no luciría tan indiferente ante el hecho de que fuera Sakura del que estaba enamorado. Debería de ser al revés, debería de enojarse, de golpearlo porque “queria” a la persona con que él estaba.

Soltó un suspiro conocía a la perfección a Sasuke. Lo conocía tan bien que sería capaz de corresponderle solo para que se salvará, y sinceramente no quería una relación así.

— No hace falta. — Susurró, en verdad no quería eso, no quería atar a nadie menos a causa de una enfermedad. No quería forzar a nadie a amarlo. Quería que lo amaran tal y como es, sin trampas, sin lástima, solo como era. “Así como te amo” 

Una suave lágrima se escapó de sus opacos ojos, lágrima que fueron quitada con delicadeza por la pálida mano del mayor. Sasuke tenía el ceño fruncido, la boca algo torcida pero sus ojos demostraban una extraña añoranza. Quería saber qué estaba pensando, pero perdió aquella habilidad.

Sasuke lo obligó a bañarse, cambiarse no con su típica ropa ninja, si no que con un pantalón estilo ambú, junto con una camisa de botones con los primeros abiertos, sus típicas sandalias ninjas, su cabello era un dilema, Sasuke trataba de peinarlo y utilizando sus propias manos trataba de moldear. Naruto se extrañó cuando sintió la calidez de esos dedos peinarlo con cariño.

Una vez más su corazón dio un doloroso latido.

“No te ilusiones”

Era algo no común en Sasuke, era la primera vez que lo escuchaba plantear un plan disparatado, pero lo acepto ya con ello podía estar un poco más a su lado.

Algo dentro suyo le gritó que era un masoquista, pero el amor era así, te volvía idiota.

Caminaron por la aldea atrayendo la atención de varios civiles, ninjas hasta de los comerciantes. Naruto se veía precioso aún con su palidez, esa ropa que le hacia ver notar sus atributos y su cabello peinado chicos y chicas estaban más que embobados al verlo pasar.

Su objetivo era comer algo que no sea Ramen y poder practicar más, fueron al bbq el restaurante favorito de todos al momento de reuniones grandes. Cuando entraron todos los ojos fueron a su dirección haciendo que la incomodidad regrese, se sentaron en la mesa más apartada y tapada buscando privacidad.

El corazón de Naruto quería explotar por la manera que estaba latiendo. Estaba en un espacio reducido con Sasuke a su lado, frente suyo estaba varios pedazos de carne y sus típicas tazas llena de arroz.

La cena paso amena, ambos sonreían dejándose llevar por el ambiente. Sasuke miraba a su mejor amigo su estado de relajación hacia que aquella preocupación disminuyera un poco.

Reían entre anécdotas. Naruto no podía de fascinarse por la risa del Uchiha, era una risa varonil pero no de esas incómodas era una risa de esas que solo se suelta en la comodidad. Sintió como poco a poco aquellas ramas disminuían, ¿así se sentiría estar con la persona correcta? Sasuke le daba indicios de que también sentía lo mismo. Su mirada, esos agarres posesivos, sus toques, sus palabras suaves que solo eran para él. Recordó ese día donde también demostraba dicha comodidad con otra persona, su mirada se perdió en la madera, inconscientemente llevo su mano al pecho donde con sus pensamientos aquellas disminuidas ramas aumentaban con rapidez.

Un nuevo ataque de tos llegó.

La sangre salió de su boca con un pequeño hilo y con él un nuevo pétalo el color detallado con la sangre seguía siendo hermoso.

Sasuke se levantó alarmado de un salto ya estaba al lado del debilitado rubio sosteniéndolo por los hombros y atrayéndolo a su pecho.

— Naruto. — Susurró.

Se zafó del cuidadoso agarre para levantarse y sacar su monedero de ranita, de ella extrajo algunos yenes donde lo coloco en la mesa, sin importarle las miradas de los otros comensales salió de aquel restaurante tratando de limpiarse la boca, ignoro todo, desde las miradas, los cuchicheos, los gritos por parte de Sasuke proclamando su nombre, las otras voces que lo llamaban, todo, solo quería ir a su casa y derrumbarse.

El amor era una mierda, una mierda muy cruel pero hermosa, una mierda que es capaz de destruirte como alegrarte todo a la vez.

Apretó el puño que aún descansaba en su corazón, su antes rosados labios ahora tan pálidos estaban siendo mordidos.
Siguió su camino sintiendo como sus piernas temblaba, su cuerpo también lo hacía, aquellas venas moradas crecían cubriendo gran parte de su cuello. El veneno de aquella dulce enfermedad lo estaba consumiendo.

— ¡Naruto! — Aquella voz que no quería escuchar más, aquella que le causaba tanto dolor había llegado a su lado.
Pálidas manos fueron a parar a las suyas, unos preocupados ojos tan oscuros como la misma noche sin estrellas lo miraban fijamente.

— ¿A dónde piensas ir? — Exigió una respuesta.

El chico de cabellos rubios soltó un suspiro aquel que pareciera ser uno último levantó sus cansados ojos conectándolo con los otros.

— A casa. — Fue el débil susurro.
El Uchiha entendió aquello.

— ¿Te empiezas a rendir? — Pregunto apretando el agarre que tenía en las manos ajenas. — No puedes hacerlo.
El viento alborotaba sus cabellos, la oscuridad de la noche con la luna llena cubriéndolos. Si moriría sea enfrente de ese ambiente tan hermoso.

Las voces de sus amigos preguntándole si estaba bien rompió el silencio, miro por todos lados, ojos de diferentes tipos de colores y formas lo observaban con preocupación, ¿en qué momento habían llegado? ¿Cuánto había pasado desde que salieron del restaurante? No lo supo. No estaba consciente de nada.

— Solo quiero dormir. — Volvió a susurrar su corazón no podía más, no dejaba de latir tan dolorosamente.

Quería llorar, patalear, gritar, gritarles que lo dejara en paz, que lo dejara sufrir con su masoquista corazón. Apretó los labios sin atreverse a mirar a nadie.

No escucho a Sasuke llamando a Sakura, no escucho aquellas preocupadas voces, no supo en que momento estaba entre los brazos del Uchiha.

No escucho nada. Camino entre pasos torpes, su brazo estaba alrededor de los hombros de Sasuke y el otro sobre alguien más, podía sentir manos en su cintura. Le dolía las piernas, los brazos, el pecho, la cabeza. Le dolía respirar, le dolía cada palpitar.

¿En qué momento llegó a su hogar? No lo supo.

¿Cuándo se cambió de ropa y se recostó en su cama? Tampoco.
Solo sintió la calidez de la almohada debajo de su cabeza al igual que unas suaves manos que se colocaban en su frente.

Antes de caer en los brazos de Morfeo pudo admirar unos hermosos ojos mirarle con preocupación y unos labios moverse.

Cerró sus ojos.
___________________________________________
Sasuke vio con dolor como su mejor amigo, su otra mitad caía al suelo antes de sostenerlo. Se veía muy débil, Sakura a su lado utilizo su Ninjutsu médico para revisarlo. De sus bonitos ojos esmeraldas salieron suaves lágrimas.

— N-Naru. — Tartamudeo llevando sus manos al rostro.

Los demás no sabían que estaba ocurriendo solo corrieron hacia el rubio y miraron a Sasuke y Sakura buscando una explicación.

El susurro de Sakura solo ocasionó que las exclamaciones de terror y dolor se escuchó en aquella solitaria calle de Konoha.

Naruto estaba muriendo de una manera cruel. Tuvieron que sostenerlo y colocar ambos brazos del rubio en sus respectivos hombros. Sasuke coloco su mano en la cadera del rubio.

Sakura se despidió de sus amigos prometiéndoles que cuidaría del rubio.
Caminaron en silencio por las calles desoladas de konoha.

— Sasuke-kun. — Hablo en un susurro la única mujer en el trio, el mencionado la volteo a mirar esperando a que hablara.

— ¿Cuándo se lo dirás?

— No se de qué hablas.

La chica suspiro. — Sasuke-kun, eres la persona más obvia que he conocido en toda mi vida, lo amas, ¿por qué te torturas tanto? Se que te corresponderá… Él… Él.

— No siente lo mismo. — Respondió bajo su voz salía lastimada.

— ¿Cómo lo sabes si no le dices?

— Sakura.

— ¿Si?

— Cállate.

La chica suspiro y miro a su amigo “Idiota testarudo” pensó frotando la cabeza tratando de buscar algo para ayudar a ambos, a Sasuke para que se confiese y a Naruto para que sobreviva.

— ¿Sabes por quién está así? — Preguntó luego de que entraran al hogar del Uzumaki, subieran a la habitación y le cambiarán la ropa antes de acostarlo.

Sasuke solo lo arropó si no antes dándole una suave caricia en la mejilla un suspiro salió de sus labios.

— Tú. — Soltó.

Sakura quería reírse, en serio que lo quería.

— Mañana van a salir y más te vale corresponderle. — Mando el azabache mirándola con el ceño fruncido.

Con una ceja alzada Sakura volvió a suspirar, se acercó al rubio y le acomodo el cabello. — Hasta mañana Naru, descansa. — Beso con delicadeza la cabeza del rubio ganándose un gruñido por parte del azabache. — Celoso. — Murmuró rodando las pupilas.

Se fueron dejando al dormido rubio, ya mañana sería otro día y ambos esperaban que aquella enfermedad no aumentara.

Sasuke con la esperanza de que la persona que su corazón eligió sea feliz.

Y Sakura queriendo que el testarudo de su amigo se decida.

Pero ambos querían lo mismo.

La felicidad junto al bienestar de su mejor amigo.
___________________________________________

Cuando Naruto abrió los ojos juro sentir una calidez en sus labios, llevo su mano hacia él.

— ¿Cuánto me falta por sufrir?
Miro por la ventana cuando sintió el sol golpear su rostro, la presión en su estómago le quitaba el hambre.

Cerró los ojos por unos instantes.

— Si tan solo tuviera la certeza de que sea correspondido no dudaría en decirte que te amo. — Susurro al viento.

Llevo sus manos al rostro al sentir como las lagrimas salían de sus ojos, lloro como un niño pequeño, un niño añorando el calor de un ser amado.
___________________________________________
Desde la ventana un desesperado azabache apretaba los puños.
Había tomado una decisión.
Antes de partir miro una última vez al chico que estaba recostado en la cama.
Tenía que hablar con Sakura y con urgencia.

— Espera Naruto sé que saldrás de esto, solo espérame un poco más. — Susurro desapareciendo en una nube de humo.
___________________________________________


Continuará

___________________________________________
Sasuke está desesperado por encontrar una cura para que Naruto se salve, sin darse cuenta que la cura es confesarle sus propios sentimientos.











Siempre fuiste tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora