Capítulo 1

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Voy al carro y vuelvo a conducir llegando a mi destino, al estacionar me bajo y luego camino hacia el gimnasio fijándome que ya habían unas personas haciendo ejercicio dentro en algunas máquinas, pero para mi suerte no estaba muy repleto, así que decidí entrar.

Pude ir a cualquier gimnasio, ya que me habían recomendado muchos, sin embargo, este recibió una especial atención de mi parte ya que era reconocido por su sección de boxeo.

Al entrar, me dirijo hacia el encargado con mi botella de agua en manos.

Buenos días –digo juntando mis manos y haciendo una pequeña reverencia, a lo que él me responde de la misma manera de una manera educada- ¿me podría decir en que sección está la sección donde se entrena en boxeo?

Claro, esta recto hacia la derecha, allí encontrará lo que busca –me indica señalando la dirección, a lo que le agradezco y luego sigo sus indicaciones, llegando así al lugar que esperaba-

Reviso brevemente el lugar, había unos cuantos chicos practicando individualmente, algunos solo mirándose al espejo haciendo poses para lucir sus músculos, otros entrenando con audífonos y otros hablando por celular.

Hasta que al fin pude encontrar un espacio para practicar con un saco de boxeo guindado el cual estaba más alejado. Fui allí y empecé a estirarme ignorando un par de miradas que estaban dirigidas a mí, envolví mis manos con una venda y empecé a practicar golpeando el saco repetidas y repitiendo unos movimientos aprendidos de mi antiguo entrenador mientras escucho música en mis audífonos.

Luego de unos 40 minutos de entrenamiento me encontraba envuelta de una fina capa de sudor en todo el cuerpo; al salir de esa sección fui a otras máquinas para ejercitar un poco más, primero fui a la máquina de polea, ejercitando así brazos y espalda haciendo 4 secciones de 20; al terminar sigo con la prensa de piernas para después hacer entrenamiento de abdominales y terminar con 15 minutos de Cardio.

Al culminar con mi rutina de entrenamiento voy a los vestidores a ducharme y cambiarme de ropa, ya que la que tenía estaba empapada de sudor. Me gustó entrenar aquí, era un lugar aseado y bastante bueno para practicar distintos tipos de actividades, vendré más seguido mientras esté en Tailandia.

Cuando entré al departamento busqué los documentos y me terminé de arreglar para reunirme con Adel Saetang, el hijo de una pareja de mafiosos de Tailandia.

Al llegar al lugar de encuentro, me doy cuenta que el restaurante está lleno, al ingresar noto que el resto de las mesas están ocupadas por personas con trajes negros vestido de la misma manera, pero hay una persona en solitario vestido diferente, con una camiseta de rallas blancas y negras, con un gran escote en V revelando la parte central de su pecho y parte de sus abdominales superiores, pantalón ajustado negro en conjunto con sus zapatos elegantes, los cuales desprendían un brillo notable de ser recientemente limpiados.

Hola Adel tanto tiempo sin verte –dije tomando asiento enfrente de él-

Hola Evelyn, digo lo mismo –dijo mirándome atentamente dibujando una sonrisa lateral revelando parte de sus dientes blancos como una perla- Pide lo que quieras va por mi cuenta, solo por esta vez claro está.

Que amable –digo sarcásticamente para luego ordenar un americano- Bien, ahora, ¿Qué quieres hacer el sábado por la noche? Porque dudo que me hubieras citado para saber cómo está mi vida –continúo luego que el camarero tomara su rumbo hacia la cocina-

Oh claro que tendría curiosidad, pero solo por saber si estas viva o no, después de todo alguien tendrá que tomar tu lugar si se te hace muy complicado seguir con el negocio ¿no crees? –junta sus dedos en una expresión de arrogancia y superioridad intentando intimidarme-

Golden SquirrelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora