Un par de semanas tranquilas habían pasado, más el día que queríamos retrasar había llegado...
Señorita, la señora Sukkasem está sufriendo un infarto, hay que llevarla al hospital cuanto antes –Dijo una de las enfermeras entrando apuradamente a mi oficina interrumpiendo mi conversación con uno de mis subordinados-
Prepara el auto –Le dije mientras salíamos rápidamente de la oficina- Ustedes dos cárguenla y colóquenla en los asientos traseros, que solo uno venga conmigo, el resto se queda cuidando la casa –ordené mientras me dirigía a la habitación de Jaidee-
¿Qué pasa? ¿Por qué hay tanto ruido afuera? –Dijo ella luego de notar lo que pasaba detrás de mí-
Su mamá se puso mal, hay que llevarla al hospital –Al terminarlo de decir ella se paró rápidamente y salió de la habitación, la seguí y subimos al carro, ella se quedó con su mamá en la parte trasera del carro mientras que yo en la parte de al frente y mi subordinado conducía-
Más rápido –ordené mientras hacía una llamada-
Él aceleró mientras veía el en el espejo del carro a Jaidee hacerle caricias a la cara de su mama mientras trataba de contener sus lágrimas, cuando me contestaron mi llamada, dije lo que estaba pasando, por lo que al llegar habría una camilla lista para ella y la atenderían de inmediato, lo único que pedía era que resistiera un poco más... solo un poco más...
Al llegar al hospital, intentaron revivirla mientras la llevaban a la sala de urgencias, más la noticia fue devastadora...
Lo sentimos, no pudimos salvarla –Dijo el doctor que la había atendido-
Ella... ella no puede estar muerta... -Susurró Jaidee atrás mío con los ojos cargados de dolor mientras las lágrimas corrían incontrolablemente por su rostro- ¡Con eso no se juega! ¡Ella no! Realmente... ella no... no puede estarlo –Dijo mientras lloraba-
No pude formular ni una palabra debido a la aparición de un nudo en mi garganta, por los que la abracé con fuerza, estrechándola contra mi pecho, ella se aferraba a la parte trasera de mi blusa mientras temblaba levemente, su llanto se iba calmando poco a poco aunque el dolor no cesaba, la empecé a notar cada vez más débil, así que la cargué en mis brazos y me senté con sus piernas a cada lado de mi cadera mientras le acariciaba la espalda con suavidad.
Sabía que esto iba a pasar –Susurró ella tristemente- sin embargo hui de la realidad, no pensé que pasaría tan... tan pronto –Suspiró mientras un par de lágrimas salían de sus ojos-
Una pérdida así, aunque esté prevista puede ser igual de dolorosa que cuando no lo sabes, lo que cambia en cada caso es el arrepentimiento, sé que disfrutaste hasta los últimos momentos que pudiste con ella –Quite suavemente su cabeza de mi hombro para que me mirara directamente y le limpié las lágrimas mientras le acariciaba las mejillas- Te apoyaré siempre en todo pequeña –Dejé un corto beso en su mejilla- Cuando estés lista podremos pasar a verla, si te parece –Dije sonriendo levemente-
Ella tenía un deseo –empezó ella mirando al vacío- quería que derramaran sus cenizas desde un acantilado –Sonrió tristemente-
En ese caso, conozco uno hermoso que está alejado de la ciudad –Dije acordándome del lugar en donde tiré las cenizas de mis padres-
¿En serio?, si es hermoso como dices no dudo que a ella le encantaría –Dijo mientras una lágrima solitaria se derramaba por su mejilla, sin embargo al notar su presencia ella se la limpió rápidamente, dándose ánimos a sí misma para pararse y mirar el pasillo, seguramente preparándose para verla-
Entrelacé nuestras manos dándole apoyo y entramos juntas a la habitación en donde se encontraba Malee, tapada por una sábana blanca por completo, al quitarle la sábana del rostro, Jaidee me soltó para abrazar a su madre por última vez mientras lloraba, susurró un par de cosas que no pude entender para, después de un rato, soltarla limpiándose las lágrimas tranquilizándose poco a poco.
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Golden Squirrel
RandomEvelyn es una chica ecuatoriana que se ha mudado a EEUU, y que gracias a su inteligencia, astucia y carácter ha logrado construir su propio imperio, es la jefa de una de las más grandes y poderosas empresas del país, sin embargo no es lo único que e...