Número equivocado

4★

4:00 AM

No había podido conciliar el sueño,mis pensamientos aún me mantenían despierta.

Era de esas noches en las que te quedabas mirando hacía el techo y analizando todo lo que te ha pasado.

Esté último año de mi vida había sido una total locura,terminé mi último semestre en fotografía y terminé con Marck.

El universo había mandado mis planes a la mierda y los transformó en unos completamente nuevos e inimaginables para mi antigua yo que aún seguía atormentandome un poco.

Pero de todos esos pensamientos que me invadian había uno que predominaba.

Y era el.

Nunca imaginé sentir tal atracción hacía el y no era solo físicamente,me atraía su personalidad y todo lo que lo envolvía.

Nunca imaginé sentir mi corazón acelerarse de tal manera que con cada latido una emoción reaparecía dentro de mí,sin contar las millones que apenas experimentaba.

Y me asustaba la seguridad que me transmitía una persona que no conocía,solo lo había visto 3 veces.

Me asustaba volver a confiar y caer.

Caer en ese abismo de dependencia y lamentos nuevamente.

Caer en ese mar de llanto por qué idealizamos tanto a las personas que somos incapaces de ver el daño que le hacen a nuestra vida.

Me asustaba pasar por eso de nuevo.

No conocía nada de el,no sabía si sería capaz de lastimarme o desecharme en cuanto le aburriera la idea de estar conmigo.

Todo lo que tenía era incertidumbre.

Y una gran encuesta en mi cabeza.

Mi corazón quería confiar,creer de nuevo.

Pero está vez deje que mi cerebro ganará aquella encuesta.

¥

3 días después

Era lunes y me preparaba para salir,había quedado con los chicos de la banda para que me presentaran las ideas que tenían para el disco.

Habían pasado ya 3 días que no sabía nada de Jacob,desde esa noche decidí no contestarle los mensajes y creo que el no lo había entendido aún,pues me mandó mensaje cada día preguntándome si estaba bien.

Y estaba de maravilla.

O eso me gustaba creer.

Tal vez había sido un poco egoísta de mi parte ghostearlo de la nada pero,vamos por una vez quería ser egoísta.

Y aunque no había respondido a ninguno de sus mensajes mi cerebro se encargaba de reprocharmelo mandándome escenarios distintos de Jacob enviándolos.