💎 ━━━━━━ ❛ 𝗘𝗡 𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘 𝗪𝗔𝗡𝗚 𝗦𝗘𝗨𝗟 𝗕𝗜 en su perfecta burbuja, envidia a su amiga de años, Yeon Jin, quien no tiene idea de su odio secreto, lo que la hace actuar en las sombras para destruirla o, donde Seul Bi no se percata que vive la...
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（ CAPÍTULO UNO!）
📅 12 de febrero de 2004 🕰️ 8:45
Min Seul Bi bajó de aquel coche negro lustrado. Su cabello bien peinado con un moño extravagante estaba intacto incluso después de haber recibido la brisa mañanera de invierno. La chica se despidió de su chofer con un asentimiento y con eso, empezó su caminata hacia la escuela.
No era de sorprenderse el hecho de que Seul Bi era una niña mimada, altanera y caprichosa. Sus padres la habían consentido desde su nacimiento como si sólo por haber nacido, lo merecía todo. Así que, era poco decir que al caminar hacia a la entrada de la escuela, la chica de baja estatura no se dignó siquiera a mirar al chico el cual, con una expresión de enamoramiento momentáneo, le abrió la puerta.
Pero, Seul Bi tenía un problema y de eso se percató al entrar al aula de clases aquella mañana. La profesora de matemáticas le tenía cierto resentimiento por lo que sus notas iban bajando de picada. Claro, no podía permitirse el lujo de fracasar y mucho menos cuando el regalo de sus padres, un viaje en crucero de lujo por el Caribe, para ser exactos, podía desvanecerse fácilmente entre sus manos.
—Min Seul Bi... Deficiente, de nuevo. —La profesora extendió el examen resuelto por ella de la semana pasada. Sus ojos pasaron de la hoja extendida a los ojos llenos de burla, un poco disimulado de su profesora.
—Uy, fracasó. —Un compañero declaró en alto causando las risas de los demás estudiantes, pero Seul Bi, no le miró con molestia, más bien le dedicó una sonrisa algo siniestra si el chico la analizaba con más detenimiento. Sonrisa que después de dársela al compañero, se dignó a darle a su profesora.
—Gracias por entregarme personalmente el examen, profesora. —Pausó—. Lo haré mejor para la próxima.
La señora cuyos ojos estaban llenos de burla, desaparecieron. Y una mueca improvisada se dio paso en su rostro.
—Bien, eso espero, señorita Min. —Procedió a alejarse, o eso intentó antes de que Seul Bi hablara nuevamente.
—Y yo espero que su hija tenga una buena recuperación. —El salón quedó en silencio cuando los zapatos de la profesora dejaron de escucharse.
La señora con una mirada significativa, logró ver a Seul Bi, aunque esta sólo le sonrió con inocencia. Obviamente, la chica con aquel moño y dulce sonrisa, no conocía realmente la palabra inocencia, y era algo que la profesora también sabía por lo que sólo dio media vuelta y se dirigió a su escritorio. Su mirada ahora sombría se encerró en sus exámenes por calificar y no volvió a levantarse el resto de la hora de clase.
Seul Bi sabía que debía pasar esa materia y por su inteligencia no podría ser. Las matemáticas eran su talón de Aquiles, no podría siquiera sumar uno más uno en su mente, porque necesitaba recurrir a la calculadora de su teléfono de último modelo de aquellos tiempos. Por lo tanto, necesitaría ayuda para estudiar, entre líneas, para la pelinegra era lo equivalente a que alguien hiciera sus trabajos.
