Capítulo 6

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Recomendación musical: "The climb", Miley Cyrus.

Capítulo 6:

Día 14:

Después del almuerzo Hermione emprendió el camino hasta Trafalgar Square, donde Draco volvió a hacer volcar otro autobús para provocar ruido y atraer a alguien, pero tampoco tuvo el éxito que esperaban. Nadie se asomó a la ventana ni corrió hasta allí para ver qué había pasado. Seguían estando tan solos como al principio, y los ánimos de ambos empezaban a flaquear poco a poco.

—Tal vez mi idea de caminar hasta toparnos con alguien no fuera tan mala —comentó ella al fin.

Sin decir una palabra, Draco silenció la alarma de aquel segundo autobús con la varita y echó a andar sin dirección aparente. Hermione suspiró y lo siguió unos pasos más atrás. Tal vez hubieran tenido las expectativas demasiado altas aquel día, quizás no iba a ser tan fácil encontrar a alguien de la nada. Se esforzaba arduamente por pensar que sólo era cuestión de tiempo, que tarde o temprano acabarían reuniéndose un grupo de personas perdidas. Tenía que mantener la esperanza, no podía rendirse... necesitaba confirmar desesperadamente que había alguien más viviendo por ahí fuera, que no era la única persona en el mundo junto a Malfoy.

Draco le dio una patada demasiado fuerte a una pequeña piedra del suelo y esta salió volando muy lejos de allí. Hermione se dio cuenta entonces de que había empezado a caminar a la misma altura que él. Lo miró por el rabillo del ojo. Parecía intentando mantener su evidente irritación a raya, y eso le fastidiaba. Los últimos días había estado conviviendo con un completo desconocido. A veces dejaba ver un atisbo de la arrogancia y la soberbia que una vez lo caracterizó, pero por lo general se había vuelto mucho más calmado y humano. La mayor parte del tiempo no lo reconocía, y eso le ponía los pelos de punta. No sabía muy bien qué pensar.

Las frías calles de Londres a veces le hacía frotarse un poco las manos para calentarlas, Draco usaba un hechizo calentador con las suyas. Ambos caminaron en silencio durante para lo que Hermione fue una eternidad. El sólo sonido de sus pasos y sus respiraciones le ponía algo nerviosa. Miraron en cada escaparate, en cada tienda, en cada esquina. Pero ya había empezado a oscurecer, y curiosamente las farolas comenzaron a encenderse una a una. Parecía como si su programación no hubiera sido suspendida. Ellos siguieron caminando unos minutos más hasta que Draco decidió romper el silencio.

—¿Volvemos ya?

Hermione se puso rígida de repente. La simple idea de volver a su casa le había dado dolor de estómago. Era consciente de que él la miraba esperando una respuesta, pero tuvo que tomar una larga respiración antes de responder.

—No —aquella única palabra salió de sus labios con tan poca fuerza que ni ella se escuchó con claridad. Se aclaró un poco la garganta y se puso un mechón de pelo detrás de las orejas—. No —repitió, esta vez más fuerte.

Draco arqueó una ceja.

—Llevamos todo el día fuera, yo necesito descansar. Podemos seguir intentándolo mañana.

Hermione dejó de caminar.

—No puedo —Draco se giró para mirarla cuando dijo aquello. Su voz parecía estar quebrándose con demasiada facilidad—. Simplemente... no puedo volver. No puedo.

—¿Por qué?

Ella resopló. ¿Por qué le hacía explicárselo todo? Miró a un lado mientras se mordía un labio con nerviosismo. Estaba tratando de no derrumbarse.

—Llevaba días encerrada en mi casa antes de que llegaras. No había sido capaz de salir de ella hasta esta mañana. Todas esas excusas que te puse sólo las dije para darme tiempo de concienciarme —sus palabras eran tan temblorosas que realmente esperaba que él pudiera entenderla a la primera—. Tengo la sensación de que si vuelvo no podré volver a salir en mucho tiempo. No puedo volver. Todos los recuerdos, la habitación de mis padres junto a la mía, las fotografías vacías recordándome que ya no están... no puedo.

Just the two of usWhere stories live. Discover now