1; Anti-hero

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—Basta Max, puedo salir cuando y a donde yo quiera con quien quiera ¿No se supone que confías en mi? —le gritó desesperada, aun cuando no quiero. Mi sistema esta lleno de alcohol y las palabras solo salen por salir—, ¡Solo estuve con los chicos!

—¡En una maldita habitación de hotel! —espeta con fuerza, haciéndome retroceder unos cuantos pasos.

Tenía solo veintidós, lleva siendo novia de Max Verstappen desde los dieciocho. Nunca disfrute de la universidad, ni de las fiestas porque Max Emilian siempre acaparaba mi tiempo con fiestas de socialité, carreras y tiempos de calidad.

—¿Y qué tiene? ¡No hice nada malo! Lando estaba ahí, George y Charles —desespera y nerviosa le dije.

Solíamos discutir pero a diferencia de como la gente miraba a Max como alguien peligroso, la verdad es que conmigo jamás se porto así y ahora como lo estaba viendo parecía como si mi Maxie se convirtiera en el temible Max Verstappen, corredor de la Formula 1 que no le tiene miedo a nada, ni a la propia Fia.

—¡Y Pierre! ¡Sabes lo mucho que le haz gustado!

—Baja la voz, van a venir los vecinos —murmuro esta vez—, Pierre Gasly también a pertenecido a nuestro círculo desde siempre.

—¡Pero sabes que le gustas! ¿Por qué diablos vas a meterte a una habitación con un montón de imbeciles? ¿Que va a decir la gente? ¡Que mi novia es una...

Miro asustada Max cuando veo como su cara se voltea cuando mi mano arremete con su mejilla dejando mercado mis anillos en su rostro y puedo percibir un poco de sangre por mis uñas en la parte alta de su pómulo.

—Yo... —no puedo decir más cuando el neerlandés sólo toma su chaqueta y sale de nuestro departamento azotando tan fuerte la puerta que algunos cuadros de la entrada se caen.

Y entonces decido lo que desde hace meses he querido hacer. Tal vez me arrepienta mañana porque el alcohol domina mi cuerpo y mi cerebro, pero solo recuerdo nuestras últimas peleas donde no deja de decirme aquella palabra, donde me rebaja a un trofeo y no como una mujer fuerte e independiente que siempre he sido.

Mis lágrimas empiezan a mojar mis mejillas ante la sensación tan desoladora que es dejar tu casa, tu lugar seguro y a tu persona favorita porque no ha sabido ser últimamente el hombre del que te enamoraste.

Ya no me regala flores, ya no me regala su tiempo para hacer cosas que me gustan, ya no me habla con frecuencia y sentir que solo me invitaba a sus fiestas de la alta sociedad porque su preciosa novia Louisse Agnelli es nada más y nada menos que la futura heredera de Ferrari, es horrible.

—¿Charlie, puedes venir por mi?

Y así, decido que todo lo que he construido con Max Verstappen se ha terminado.

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STYLE - Max Verstappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora