Y sin siquiera preverlo, me encontraba en otra curiosa situación, los primeros rayos del sol acariciaban la Ciudad Flyn cuando, con una sonrisa, soplé la vela de la pequeña torta que Roslyn había preparado con tanto cariño.
"¡Jayles, pide tu deseo!"
Mis pequeñas manos se alzaron, y en ese momento, mi mente se llenó de pensamientos.
¿Cuál sería mi deseo en este nuevo mundo?
Ya había cumplido mi primer año en este lugar, y durante esos 7 meses, luché incansablemente con la energía del Qi. Muchas cosas sucedieron durante ese tiempo, llevando a mi familia a una nueva situación. Desconozco lo ocurrido con los Lawrence, y tal vez no lo descubra hasta que sea lo suficientemente mayor.
Soplé la vela con fuerza, dejando que mi deseo se perdiera en el aire de la mañana. Mi familia sonrió felices, ajenos a los retos que enfrenté mientras dormía, ajenos a las sombras que se desvanecieron junto con la omnipotente energía espiritual del Qi que ahora al fin había domado por completo.
Con el cálido abrazo de mis padres y la risa alegre de Roslyn, esta gran muestra de amor era algo a lo que ya me estaba acostumbrando. Ya había conseguido mi objetivo de domar la energía del Qi; ahora, mi siguiente paso era ser un portador de maná.
La celebración de mi cumpleaños siguió con lo que más les gustaría a los niños: regalos. Mi madre me entregó un pequeño paquete envuelto con cuidado, sus ojos brillando de expectación mientras lo abría. Dentro encontré un libro encuadernado con elegancia, con las páginas impresas de historias mágicas y aventuras.
"Espero que disfrutes de la lectura, Jayles. La sabiduría es un tesoro invaluable", dijo Roslyn con cariño. Yo también pensaba lo mismo. La sabiduría es realmente algo invaluable, y gracias a mi gran conocimiento adquirido en la Biblioteca Universal, he sido capaz de sobrevivir y llegar a este mundo sano y salvo.
Mi padre, por su parte, me entregó un pequeño colgante con un cristal centelleante. "Este colgante es el Colgante Khasley; ha pasado por nuestra familia durante generaciones y le perteneció al fundador de nuestra familia. Te protegerá en el futuro", expresó con orgullo.
El colgante se veía lujoso, y hábilmente me lo puso alrededor del cuello. Aunque ahora era un bebé de apenas un año, no debería ser capaz de hablar fluidamente, así que simplemente actué feliz por recibir sus regalos.
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El mismo día por la noche, cuando mis padres dormían profundamente, como era habitual, me levanté y me puse en una posición de meditación. Me concentré en reunir las partículas de maná en mi cuerpo, como lo intenté por primera vez. La primera vez que lo hice, fui interrumpido por la energía del Qi que se aprovechó de mi situación. Al inspeccionar mi cuerpo, pude sentir vagamente otra energía aparte del Qi, posiblemente pequeñas motas de polvo de maná.
Entré en profunda meditación y me concentré en reunir las pequeñas partículas de maná a mi alrededor. Fue en ese momento que pequeñas partículas de energía caían lentamente en mi cuerpo. Un método de cultivación empleado para reunir la energía del ambiente, una rareza que nunca se había visto en este mundo ni en otros. Probablemente, el único capaz de lograr algo así era solo yo, Jayles.
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Y nuevamente, el tiempo pasó tan rápido que ya había cumplido mis 5 años de edad. Pasaba la mayor parte del tiempo leyendo y aprendiendo más sobre este mundo. Le pedía a mi padre, cada vez que iba a la ciudadela, que me trajera libros de historia y demás. Gracias a esto, mi conocimiento de este mundo se amplió mucho más y se hizo más claro. A la vez, noche tras noche, mi habilidad para reunir el maná a mi alrededor se volvía cada vez más refinada. Aquellas pequeñas partículas que caían lentamente en mi cuerpo comenzaron a converger y fusionarse.
Fue a la edad de 3 años que mi cuerpo había reunido suficientes partículas que me consideraba un portador de maná, un hecho que mantuve en secreto mientras continuaba con mis sesiones mientras que mis padres, ajenos a mis prácticas nocturnas, solo veían a un niño que crecía saludable y feliz.
"¡Jayles, llegó tu papá!" Escuché el llamado de Roslyn mientras estaba en mi habitación meditando. Ya era tarde por la noche y Lewis llegaba hoy por la noche de la ciudadela. Sin demorarme, fui al comedor.
Al llegar, vi a Lewis con una gran mochila llena de cosas que seguramente Roslyn le encargó.
"Cariño, perdón por llegar tarde; tuve problemas en el camino para llegar", pronunció mi padre mientras se disculpaba por llegar tarde.
"Lo importante es que ya llegaste. Jayles y yo te esperamos para cenar juntos. Ya siéntense, que serviré la comida", asintió Roslyn. Algo emocionado, dije:
"¿Papá, conseguiste el libro que te pedí?"
Lewis buscó en la pesada mochila y sacó un robusto libro de color marrón.
"Este es, el libro 'Introducción al Maná'."
Aunque ya había leído un libro similar en la Biblioteca Universal, la razón por la que se lo pedí a Lewis fue para no levantar sospechas si de un momento a otro logro controlar el maná.
"Gracias, padre", dije emocionado mientras hojeaba con atención el robusto libro. Y, de hecho, la información era muy carente y vaga en comparación con los libros que había leído en mi vida anterior.
"¿Realmente estás interesado en la magia, Jayles?" preguntó Lewis mientras me miraba con atención mientras leía el gran libro.
"Suena interesante todo eso de manipular el agua, el fuego y otros elementos, nada más..." respondí a su pregunta mientras ocultaba mi rostro en el libro, aparentemente avergonzado.
"Hehehe mi pequeño Jayles es muy curioso, vamos coman deben estar muy hambrientos."
La noche continuó con una deliciosa cena, llena de risas y anécdotas. Mi padre, Lewis, compartía historias de sus viajes a la ciudadela, mientras Roslyn nos contaba anécdotas de la vida cotidiana en Ciudad Flyn. Me sumergí en el sabor de la comida, disfrutando de cada bocado y absorbiendo la atmósfera cálida y hogareña que mi familia creaba a mi alrededor.
Después de la cena, cuando todos se retiraron a descansar, me dirigí a mi habitación. La luna llena brillaba en el cielo, y decidí aprovechar la tranquila noche para continuar mis prácticas con el maná. Me senté en posición de meditación, concentrándome en las partículas de energía a mi alrededor.
Las pequeñas motas de maná parecían responder a mi concentración, moviéndose más rápido y de manera más armoniosa. Con cada sesión, sentía que mi conexión con esta energía se fortalecía, y se volvían más familiares.
"Intentémoslo de nuevo..." susurré para mí mismo mientras extendía mis manos y me concentré en reunir y unir las partículas de maná que estaban a mi alrededor en una forma circular. Esta técnica que estaba tratando de emplear era la capacidad de manipular libremente el maná, el siguiente paso después de haber podido volverte un portador de maná.
Frente a mis ojos, las partículas obedecieron mi voluntad y se fusionaron, dando lugar a una esfera brumosa de maná ahora visible para el ojo humano. Después de incontables intentos, había logrado manipular y moldear el maná a mi antojo.
La esfera brumosa resplandecía intensamente, y al manipularla, la hice descender en mis manos. La sensación de tener contacto directo con la forma más pura de maná generaba una emocionante mezcla de fascinación y éxtasis.
"Nunca pensé que completar esto me haría sentir tan feliz..." murmuré, maravillado. Era una dicha comparable a los momentos en que absorbía conocimiento en mi vida anterior, pero ahora, hacer uso de ese conocimiento y alcanzar logros que solo había leído en antiguas páginas resultaba verdaderamente estimulante.
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El Descenso del Príncipe -PGP2023
FantasíaEl Príncipe Jayles, es considerado por todos los seres vivientes un desperdicio. Luego de que fue descendido a un mundo inferior, buscará la manera de volver a la cima que le pertenecía. "Yo, Jayles que fui considerado El Príncipe Sabio, si no pued...