Capitulo 3 PERSONA NO GRATA

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Me hallaba junto a Jason, proporcionando detalles sobre la desaparición de mi madre al oficial Jones.

—Señorita Nelson, por favor, descríbame cada detalle que pueda recordar del día de la desaparición.

Respiré profundamente, intentando organizar mis pensamientos para recordar cualquier detalle relevante que pudiera contribuir a la investigación.

—No estoy segura, oficial Jones. Estuve en la escuela y me despedí de mi madre. Me dijo que llegaría tarde esa noche porque trabaja como enfermera en el St. Mary. Pero simplemente no volvió. Estoy verdaderamente preocupada. Entienda que no es propio de ella desaparecer así. Es como si la tierra se la hubiera tragado. —Expresé con un tono ahogado, sintiendo los nervios y la desesperación.

—Tranquilícese, señorita. Le aseguro que haremos todo lo posible por resolver esto.

Aunque mi pensamiento interno cuestionaba la eficacia de la policía en otros casos en el edificio, decidí no expresarlo para evitar complicaciones.

El oficial Jones, un policía con una apariencia típica de película, parecía el estereotipo al que le gustan las cajas de donas de chocolate y el café bien cargado. Con su aspecto regordete, calvo y el espeso bigote, me miraba críticamente mientras formulaba preguntas como: ¿Qué te dijo tu madre la última vez que la viste?, ¿Cómo iba vestida ese día?, ¿Notaste algo extraño o fuera de lugar?

Su enfoque metódico buscaba encontrar cualquier pista que pudiera arrojar luz sobre la misteriosa desaparición, mientras yo anhelaba respuestas que parecían esquivas en la incertidumbre que se cernía sobre nosotros.

—Lo único que tengo claro es que necesito ayuda. —Le espeté directamente al oficial Jones—. Haremos todo lo posible para encontrarla, Sarah. Pero ahora, regrese a casa y espere mi llamada.

Aquellas palabras no lograron calmarme. ¿Este hombre pretendía que volviera a casa y continuara mi vida como si nada hubiera sucedido? ¡NO!

***

Estaba con Jason en su Nissan, agradecida por su apoyo en estos momentos. Ni mi madre ni yo teníamos familia a la que recurrir. Nadie estaba dispuesto a ayudarme en este problema. Los padres de mi madre, originarios de Edimburgo, Escocia, habían cortado la comunicación con nosotros debido a profundas diferencias. Nunca aceptaron ni entendieron mi existencia. Esto llevó a que mamá tomara la decisión de alejarse por completo de ellos, construyendo así una nueva vida para ambas. Mis "abuelos", a los que evitábamos mencionar, nunca mostraron interés en saber de mí. Adelin salió adelante, proporcionándome la mejor vida posible como madre soltera, trabajando incansablemente para cubrir nuestros gastos.

—Valoro mucho tu ayuda, Jason. No tengo familia a la que pueda acudir. —Le dije con una sonrisa tenue, captando su expresión pulcra y, debo admitir, atractiva. Jason Davis era un buen tipo, aunque desconocía por completo su propia historia de vida.

—No necesitas agradecerme, Sarah. Estoy aquí para ayudar a quienes lo necesiten. Y ya conoces mi conexión con Adelin. —Me dijo, girando un segundo para mirarme y luego volviendo a centrar su atención en el volante.

Me dejó en casa y se quedó un rato. Le aseguré que podía manejar las cosas sola. Sabía que al día siguiente tenía que trabajar y no quería abusar de su tiempo, ya estaba haciendo mucho por mí.

Mi MadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora