3:
Consume tu vida, oh lector de estas santas palabras, en el momento del advenimiento pintad el sello bajo sus pies, recitad los versos recibidos y escapad del ciclo de vidas y muertes de este falso mundo.
Porque hombre sabio es aquel que ante el pandemonium elige salvarse y no ser arrebatado por el engendro rojo, ser sabios y huid antes de que el ciclo vuelva a comenzar una ves más . Recitad pues...—Señor Xavier —interrumpió el muchacho, observando cómo un libro de cubierta metálica se cerraba—. Disculpe la molestia, pero ya han llegado los recién llegados.
—Ahora salgo a recibirlos.
El joven se retiró, dejando la puerta abierta tal como estaba cuando la abrió con cautela. A pesar de las notas mentales y escritas que Xavier tomaba, en ocasiones olvidaba cerrarla. Los demás interpretaban esto como una indicación de que no había problema en entrar sin tocar. No iba a contradecir esta pequeña tradición; a veces, las interrupciones le ayudaban a salir del ensimismamiento mental en el que solía sumergirse durante horas, lo que a veces ocasionaba que se pasara la hora de comer. Guardó el pesado libro dentro de uno de los cajones del escritorio. Afuera, le esperaban muchas personas bajo su cuidado, y como guía, podía hacer de todo menos mostrarse dubitativo; debía mantener la convicción en cada palabra y acto suyo sin titubear.
Salió de su improvisado estudio, caminó por el pasillo y, al abrir la puerta, se encontró con el escarlata. Sus ojos buscaron a la pareja recién llegada, y los encontró sentados en la tercera fila de asientos de madera. Desde el púlpito, Xavier saludó a todos y llamó primero a mantener la calma en sus corazones. No era un orador natural, pero ponía su mayor esfuerzo. Anunció que finalmente el día llegaría mañana y que prepararan su temple para las acciones que acometerían. Habló de la voluntad, de aquella voluntad que los mantuvo vivos, que crean no en sus palabras, sino en sus hechos. Los hechos que los habían mantenido vivos a ellos y no a los demás.
«Cuando dieron el primer paso, lo hicieron sin dudar, y por eso están aquí, y ahora muchos de ustedes dudan del segundo, buscan en ese libro que tienen y no pueden encontrar correlación alguna, y les diré por qué, porque no es eso lo que sucede, las cosas buscan acomodarse a su curso natural, porque se hicieron cosas que no debieron hacerse. Pero es en momentos de crisis donde se abren las oportunidades» —se detuvo para tomar aire y continuar—. «Estamos ante una oportunidad y no deben desaprovechar la trascendencia. Levanten sus manos quienes estén convencidos. Eso está bien, ni uno ha dudado. Me han sorprendido. Eso es todo, prepárense que esta misma noche partiremos».
Antes de volver a su estudio, Xavier llamó al muchacho que le había dado el aviso. Este se acercó para escuchar su encargo y, al concluir su pedido, se retiró por la puerta detrás del púlpito. Luego, el muchacho se acercó a los recién llegados, como se referían a ambos, y les dijo que después de unos veinte minutos fueran donde el líder. Tenía que tratar un asunto con ambos en privado. El tiempo de espera lo ocuparon hablando con el cura, quien se mostraba enigmático con sus respuestas a todas las preguntas que le hacían. "Hablarán de eso con Xavier, no les puedo decir nada", e incluso ante la más esencial, como preguntar su nombre, el cura guardó silencio. Dejaron de intentar que soltara cualquier información y, sin mirar el tiempo exacto, ambos decidieron ir a su cita.
Antes de que pudiera abrir una nueva botella, la puerta se abrió; finalmente, llegaron. Pidieron permiso para entrar, él les indicó con la mano que sí y señaló las sillas, luego terminó de abrir la botella de ron.
Denji ya estaba cansado de los personajes extraños de cultos viviendo en iglesias. No quería saber nada de ese tipo de cosas, y con solo ver el profundo hastío del hombre delante suyo, supo enseguida que no la pasaría bien escuchándolo. Pero, dada la situación actual, no podía simplemente marcharse; no quedaba nada afuera a donde ir. Y la única esperanza de encontrar alguna solución radicaba en este hombre que, a vista de cualquiera, tenía un evidente problema con el alcohol.

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Sangre en el cielo Denji
Mistero / ThrillerEsta historia nació de un sueño despierto que tuve.