3.

9 2 0
                                    


La puerta del despacho del profesor Min era oscura y muy brillante. 

Hoseok se quedó mirándola, tratando de ignorar la incómoda sensación en el estómago. Sus palmas estaban empezando a sudar, por lo que se las secó en sus jeans.  No seas ridículo, se dijo a sí mismo. Min es solo un hombre, no un monstruo. La peor cosa que el tipo podía hacer era decir que no. 

Él solo hablaría con él, le explicaría su situación y esperaría que Min no fuera el cabrón que todo el mundo creía que era. 

—"¿Quería usted algo, señor Jung?"— una voz baja, suave, dijo.

Hoseok casi saltó. Dándose la vuelta, trató de encontrar algo que decir.

—"Sr. Jung?"— Min tenía el ceño fruncido, una arruga entre sus cejas. 

—"Quería hablar con usted, señor."— 

—"No es una hora de oficina"— dijo Min, destrabando su oficina y entrando.

No intentó cerrar la puerta detrás de él, y Hoseok vaciló, inseguro de si él debía seguirlo dentro. 

Min se sentó detrás de su enorme escritorio y encendió su computadora. 

—"No tengo todo el día, Jung,"— dijo sin mirarlo. 

Hoseok entró en la habitación a toda prisa. Cerró la puerta, se acercó a la mesa y se detuvo. Él miró a su alrededor, pero no había mucho que ver. 

—"¿Y Bien?"— 

Hoseok se obligó a mirar al otro hombre.

Min lo estudiaba con un toque de impaciencia. 

Hoseok apretó el respaldo de la silla frente a él.

—"Como dije, yo quería hablar de mi notas".—

Los labios de Min se presionaron en una delgada línea.

—"No estoy seguro de lo que hay que hablar. Yo no doy segundas oportunidades a los estudiantes que no las merecen. Usted no se molesta en asistir a la mayoría de mis conferencias, la calidad de sus trabajos de curso es pésima, y ahora quiere una calificación aprobatoria. La política en materia de asistencia a clases, se expresa claramente en el programa de clases; los estudiantes deben leer esta política cuidadosamente y organizarse en cumplimiento de la misma. Francamente, estoy sorprendido de que usted sea un estudiante becado. Si está preocupado por su beca, me temo que lo único que puede hacer es dejar la clase".—

—"No puedo dejar su clase... es una correlatividad para otra clase que actualmente estoy tomando y no puedo dejar ambas sin perder mi beca. Así que no puedo desaprobar su clase y no puedo dejarla. Necesito aprobarla, señor".— 

La mirada que Min le dio no estaba impresionada.

—"Se puede culpar sólo a usted mismo, Jung. Usted no se merece una mejor calificación. Su asistencia, tareas, participación en clase, y evaluaciones han estado por debajo de las expectativas del curso. Si usted vino aquí a decirme alguna historia lacrimógena y pedirme una mejor nota, ahórrese el aliento. He oído todo: madres ancianas enfermas, niños pequeños que cuidar, trabajar en tres empleos, y así sucesivamente. Si usted no puede o no quiere estudiar y aprender, háganos un favor a ambos: deje de desperdiciar nuestro tiempo y abandone la universidad".—

El corazón de Hoseok se hundió. Una parte de él había esperado que Min tuviera piedad de él si le decía sobre su situación y le dejaría recuperar sus tareas luego. Pero, al parecer, a Min no le importaba y no quería escuchar historias lamentables. 

La mandíbula de Hoseok se tensó. Su orgullo le instó a dar la vuelta y marcharse, pero no pudo. Él no podía perder la beca. Sus hermanas dependían de él. 

01 Infame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora