01 Infame

8.

Era de noche cuando llegaron. 

Mientras se bajaban del auto, Hoseok miró a la casa y dijo, no sin humor— "En realidad, algunas cosas acerca de ti ahora están comenzando a tener una horrible cantidad de sentido."

Era casi inapropiadamente risible llamarla una casa. Era una gran mansión de diseño clásico. 

Bee dio unas palmaditas con entusiasmo.—"¡Un palacio!" 

—"No seas estúpida,"— dijo Emily, con tono de superioridad.— "Los reyes y las princesas viven en palacios. Nuestros país no tiene raleza". 

—"Realeza"— Min la corrigió, cerrando el coche.— "Si vas a llamar a alguien estúpido, asegúrate de no cometer errores tú misma". 

Bee le sonrió a Min y le agarró la mano.—"¡Me gusta Sr. Min" 

Min se quedó mirando a la pequeña niña con una expresión vagamente perpleja en su rostro, antes de mirar a Hoseok. 

Reprimiendo una sonrisa, Hoseok dijo, —"deja al Sr. Min en paz, Bee. Ven, toma mi mano".

Bee puso mala cara, pero soltó la mano de Min y tomó la de Hoseok. Emily tomó su otra mano mientras que unos cuantos criados salieron para llevar su equipaje dentro.

— "A mí no me gusta él,"— Emily dijo mientras caminaban hacia la casa.

— "No seas maleducada, cariño"— Respondió Hoseok, mirando el hombre en cuestión, que caminaba al lado de ellos. —"El Sr. Min puede oírte". 

Los ojos de Min se centraron en la casa; no mostró ningún signo de escuchar la conversación. 

Hoseok desvió la mirada. Era difícil creer que hace apenas unas horas, él tenía a este inmaculadamente vestido hombre, de rostro severo, gruñendo y moviéndose encima de él. 

—"Pero él no me gusta"—dijo Emily obstinadamente, pero bajando la voz.— "No me gusta la forma en que te mira." 

—"¿Cómo me mira?"— Repitió Hoseok. 

—"Como Bee mira a un panqueque."

Hoseok forzó una sonrisa. Este fue un nuevo nivel de rareza.— "Tú sólo estás imaginándolo, calabaza." 

—"Pero..." 

—"Sólo imaginándolo"— Repitió Hoseok, esperando que Min no hubiera oído las palabras de Emily.

El rostro de Min era duro y frío, desprovisto de todo el color. Este era un hombre que volvía a casa, a su padre y su familia después de quince años. Se veía casi tan feliz como un hombre en su camino a la prisión. 

Un mayordomo, (un jodido mayordomo) abrió la puerta y saludó a Min con un tranquilo:—  "Maestro Yoongi". 

Hoseok guió a las niñas al interior. Se veían tímidas y nerviosas, Hoseok tuvo que admitir que estaba más nervioso que ellas; él era simplemente mejor en disimularlo. 

Su primera impresión de la sala fue por la inmensidad del mármol, los pilares y bustos clásicos y la cúpula imponente. 

—"¡Yoongi!" 

Hoseok miró hacia arriba. Una mujer alta de cabello oscuro iba caminando por las escaleras, una sonrisa vagamente aliviada en sus labios. Abrazó a Min y lo besó en la mejilla. 

—"Sun Hee"— Min murmuró.— "Te ves bien." 

Así que esta era la hermana que le había convencido para venir. 

Hoseok la miró con curiosidad. Él ciertamente podía ver el parecido familiar. Ella parecía unos pocos años mayor que su hermano, tal vez treinta y cinco. Sun Hee se apartó, miró a Hoseok y a las niñas sobre el hombro de Min, pero antes de que ella o Hoseok pudieran decir nada, dos ancianos entraron en la casa. 

Uno de ellos, el más alto, mostraba un extraño parecido con Min. De hecho, podrían haber sido gemelos si el hombre no tuviera alrededor de treinta años más.

Hoseok descubrió que este debía ser el padre de Min, Min Doyun. 

—"El hijo pródigo regresa"— dijo Doyun con una sonrisa burlona.— "Sabía que este día llegaría." 

—"Entonces te equivocaste"— dijo Min fríamente.— "Vine sólo porque Sun Hee no paraba de molestarme. Al parecer, estás prácticamente en tu lecho de muerte". 

—"Yoongi!",— Sun Hee dijo, viéndose indignada. 

—"Voy a tener que decepcionarte, entonces"— dijo Doyun.— "Tengo un excelente estado de salud." —Él estaba mintiendo. Él tenía un matiz casi grisáceo para su complexión.— "Así que no conseguirás mi dinero en el corto plazo." 

—"Tú sabes que yo no necesito tu dinero"— Respondió Min. 

Se miraron el uno al otro con frialdad, y el parecido que compartían era sorprendente. Hoseok se preguntó si Min lo sabría y lo resentía. 

En ese momento, Doyun desvió la mirada hacia Hoseok. Sus agudos ojos oscuros lo recorrieron de pies a cabeza, haciendo a Hoseok ser dolorosamente consciente de su desgastada, ropa barata. 

Los labios de Min padre se torcieron en tono de burla.— "¿Y esto?" 

Min dio un paso hacia Hoseok y le puso una mano en el hombro.— "Este es mi amante, Jung Hoseok". 

El otro anciano respiró hondo. 

El rostro de Min no cambió nada, pero de alguna manera, la temperatura en la habitación parecía haber caído doce grados. 

Hoseok hizo una mueca interna, pero no era como si no se lo esperara.

—"Hoseok, este es mi padre, Min Doyun,"— dijo Min, su voz atípicamente suave. El idiota estaba absolutamente disfrutando esto.— "Y el viejo amigo de mi padre, Kang. Sung-Min." 

—"Encantado de conocerte"— Hoseok mintió, preguntándose si el señor Kang era el hombre con cuya hija Doyun quería que su hijo se casara.

— "Ya veo,"— dijo Doyun al fin antes de desviar su pesada mirada hacia las gemelas.— "¿Y estas son?" 

Hoseok reprimió el impulso de ocultar a las chicas detrás de su espalda.— "Estas son mis hermanas, Sr. Min. Emily y Melissa."

Por una vez, Bee se mantuvo tranquila y no discutió sobre su nombre. Ambas niñas se movieron más cerca de Hoseok. 

—"Ya veo"— dijo Min Doyun de nuevo antes de abordar a una criada.— "Prepara habitaciones para nuestros invitados."

—"Prepara una habitación contigua a la mía para las niñas,"— Min interrumpió.— "Obviamente Hoseok permanecerá en la mía." 

Hoseok se encogió un poco. 

La vena en la sien de Doyun palpitaba.

Sun Hee vio a su padre con preocupación.  El Sr. Kang tenía una mirada de disgusto en su rostro que no se molestó en ocultar. 

—"Haz como él dijo,"— Min Doyun dijo entre dientes, rompiendo el silencio. —"Muéstrales sus habitaciones. La cena es en media hora. Yoongi, a mi oficina." 

Hoseok se volvió para seguir a la mucama cuando una mano lo agarró del brazo y lo detuvo. —"Te veré pronto"— dijo Min y le dio un breve beso.

O al menos se suponía que iba a ser un breve beso, pero Hoseok encontró que sus labios no querían despedirse, demasiado ansiosos. Sintió la sorpresa de Min antes de que Min le agarrara del cuello y le besara de verdad. El beso parecía no terminar nunca. 

Para el momento en que Min, finalmente se retiró, Hoseok apenas podía respirar. No miró alrededor para ver la reacción de todo el mundo, lo podía imaginar bien. 

Agarrando a las niñas, siguió a la criada. Con su rostro muy caliente.