capitulo 6: Pesadilla

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Alrededor de las seis AM se levantó Jacob, al parecer habia tenido una pesadilla, salí de mi tienda y observé el panorama, era todo oscuro pero se veia hermoso, yo estaba asombrado por tanta belleza, pero un destello mental, me devolvió el recuerdo de lo que asustó a jacob y sin pensarlo dos veces agarré la pistola, la cargué, la enfundé, y el cuchillo también, me preparé totalmente para cualquier tipo de situación.
Siendo tan temprano y estando solo dos despiertos, comenzamos a platicar.
_la noche fue eterna, dijo Jacob.
_las pesadillas fueron constantes, pero pasó algo más que una pesadilla.
_¿Que pasó?, le pregunté.
_"me desperté a mitad de la noche, y no me podía mover, y vi por la puerta de la tienda que efectivamente ahi estaba el, observando con esa mirada perturbadora y esa boca rajada, llevaba una tunica negra, el miedo me invadió con una eficacia tan potente en mi ser que luego, cuando volvi a dormir solo soñaba con esa criatura".
Al escuchar el relato de Jacob se me erizó la  piel, el hecho de que esa cosa estuvo observandonos no dejaba mi mente en paz, pero todavia intenté convencer a mí mente de que solo era un sueño de Jacob.
Me puse a escribir todo en mi diario personal, para ocupar el tiempo, pero Jacob, que había estado dibujando, me mostró un dibujo de esa criatura que vio,(cabe aclarar que Jacob es un experto dibujante).
Vi ese dibujo, y me paralicé, recordé los dibujos del puesto, la criatura del dibujo de Jacob era la misma criatura del dibujo del puesto, pero eso no es lo aterrador, lo aterrador es que si bien todos entramos al puesto, yo fui el único en ver esos dibujos ya que los guardé rápido para que izan no se asuste.
Esto me dejó pensando de manera profunda, pero el silencio natural del bosque se quebró cuando se escuchó un grito proveniente de la tienda de Izan.
_ ME QUIERO IR!, exclamó Izan entre sollozos.
_TUVE UNA PESADILLA!, agregó Izan.
Además noté que  habia una mancha de algún líquido en el pantalón de Izan.
_Izan, Tu pantalón, dijimos al unísono con Jacob.
_YA SÉ!, dijo Izan con rabia.
Preferimos no preguntar de mas y cambiamos la conversación a un tema tan irrelevante como el clima.
Alrededor de las ocho AM se asomó finalmente Charles, con su caña de pescar y una sonrisa de oreja a oreja.
El contraste de su alegría y nuestra seriedad fue tanto que el parecía una vela encendida en medio de la noche.
Eso de alguna manera nos devolvió el aliento, tanto que nos acercamos a el como insectos al ver la luz.

Donde La Luz No LlegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora