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Bada y Howl llegaron a la academia rápidamente e ingresaron al estudio donde las clases del chico tenían lugar.

Obviamente no había nadie. ¿Quién iba a haber allí una noche del sábado?

Bada comenzó a estirar rápidamente. Al ver que Howl solo estaba en el suelo observándola decidió preguntar. — ¿Tú no vas a estirar? Mientras antes empecemos mejor.

El silencio reinó por un corto lapsus de tiempo hasta que el pelinegro decidió hablar. 

— En realidad no hay ninguna demo que hacer. - Admitió. — Solo estaba cansado y busqué una excusa para poder macharnos.

Bada dejó de estirar y miró a Howl con notable enojo. 

— No me mires así Bada. Fuimos allí, le pedí perdón por lo del otro día y ya. No es para tanto. No tenía nada más que hacer con ella.

— Yo sé que Ari se alegró de verme allí. - Contraatacó la alta. — Podrías haberte ido tú solo. - Hizo una pausa. — Y me mentiste. Sabes que odio las mentiras. 

— Es solo tu alumna que asistió a una de tus clases, Bada. No sé a qué viene tanto interés por ella. 

Bada calló. Era cierto. Ari solo era una chica que asistió a sus clases. Ni siquiera eran amigas o eso creía ella. 

— Escucha Howl, entiendo que no te caiga bien. Pero te pido que te comportes con ella. No puedes hablarle mal sin siquiera conocerla. 

Howl rodó los ojos. Él era el mejor amigo de Bada. Fue el primer apoyo que tuvo la alta cuando ingresó a la academia y ambos se tenían un aprecio especial. Por eso nunca le gustaba pelear con él. 

— Está bien. La toleraré. - Aceptó. — Perdóname por haberte mentido Badari. - Se disculpó apenado. 

— No te preocupes. - Lo miró. Sabía que Howl se arrepentía de verdad. — Ahora le enviaré un mensaje a Lusher y podremos volver con ellas. 

— Es mejor que no vayamos. Ari seguramente se enoje con nosotros si le decimos la verdad. - Intentó convencer a Bada.

Ella lo pensó. ¿Ari se enojaría? 

— No le digas nada. - Howl aconsejó. — Si pregunta, responde que sí hicimos la demo y listo. Una mentira no hace daño nunca, Badari. 

La rubia asintió aún no muy convencida. Prefería evitar una pelea entre su alumna y su mejor amigo, así que solo por esta vez, mentiría. 

Bada no tenía el número de Ari, así que ya hablaría con ella en otro momento. Howl se levantó del piso y comenzó a caminar hacía la salida seguido por Bada. 

Estaba claro que Howl quería a Bada de una forma más romántica que solo mejores amigos, pero nunca se atrevió a decirle nada a la alta. 

Él haría lo que sea por su rubia amiga. Fue al concurso y se disculpó con Ari sólo porque ella se lo pidió, y ahora dejaría de intervenir en la vida de Ari sólo porque Bada se lo pedía. 

Pero no dejaría que Ari interrumpiera su relación con Bada, eso estaba claro. 



Las seis chicas se encontraban riendo mientras comían diversos platos en el restaurante al que fueron. 

Lusher y Hanna contaban anécdotas mientras las demás escuchaban atentamente. 

— Y así fue como conocí a Ari. - Terminó Hanna de decir mientras Ari se sonrojaba en demasía. 

— Aún recuerdo cuando Ari me llamó diciendo que una chica maleducada le había vertido pintura en su ropa nueva el primer día de universidad. - Seoyoung mencionó. 

Las mentiras que nos dijimos- Bada LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora