2

231 32 1
                                    


La vida de un estudiante no era tan linda como la querían pintar las películas, pues las porristas no eran necesariamente las más lindas de la escuela, aunque había algunas que sí, no todas las materias serían útiles para tu desarrollo como persona, pero, sobre todo, el mayor desencanto de un chico de secundaria promedio era cuando llegaba el momento de irse a casa en transporte público.

Peter B. Parker se encontraba esperando el metro mientras que cargaba un par de materiales necesitaba para una maqueta que terminaría en su casa, con el calor del verano era totalmente insufrible por lo que había terminado abriendo un par de botones de su camisa, solo iría a la tienda de conveniencia para comprar pegamento y otras cosas que hacían falta para terminar ese encargo, vender tareas era algo tedioso, pero era un excelente negocio cuando eras alguien que podía terminar sus tareas en tiempos récord.

Con la nula existencia de espacio personal, trataba de respirar por la boca porque el aroma corporal ajeno no era algo que oliera precisamente bien. Se consolaba a si mismo pensando que ese día su tía May haría de cenar spaghetti, solo eso deseaba, estar en su casa relajándose después de una semana pesada.

Después del camino tedioso que tuvo que recorrer, como si fuera un viajero que había atravesado el mismo desierto, abrió la puerta de la tienda donde se escuchaba la típica campanilla de entrada, se limpió el sudor de su frente para después suspirar y agarrar un refresco del refrigerador, poniendo la lata contra su rostro un momento para sentir un poco de su frescura, cuando de repente escucho una carretilla que tenía un par de ruedas que rechinaron al pasar por el piso, si... Una cosa que tenía en común con O'hara además de la beca, es que ambos vivían en Queens, definitivamente no era sorpresa que se vieran, pero lo que era novedad es que está vez sentía necesidad de saludarle.

¿Había alguna manera de ser cordial con alguien que su última charla había sido cuando menos un poco brusca?, por fortuna, el castaño no sabía lo que era tener filtro social por lo que después de cerrar la puerta del refrigerador solo se incorporó de nuevo en una postura que se podría catalogar "incómodamente casual y falsamente natural".

—¿El planeta se está derritiendo más rápido de lo usual o soy solo yo? –dijo bobamente en un intento de conversar. —

—Solo espero que pagues por eso Parker, no planeo limpiar latas sudadas, bien día—el moreno hizo referencia a la lata que se encontraba pegada a su mejilla. –

Vaya, solo no recordaba que fuera tan directo, la mirada de Peter se mostró un poco confundida, si, quizás era pronto para hacer bromas sobre el clima y mucho menos eso era apropiado cuando él estaba trabajando, de cualquier forma, no sería Miguel O'hara si no le diera una respuesta tan firme, por lo menos reconocía que tener un sello personal le daba estilo.

Dejando todo su teatro, simplemente soltó una pequeña risa nerviosa y fue a comprar lo que le hacía falta, fuera de ese altercado, su día estaba igual que siempre, no estaba mal, solo ordinario.

Pensaba que su vida aburrida de adolescente ñoño iba a seguir hasta la universidad, pero cuando tuvo que volver a la escuela se vio con la noticia de que iba a haber un baile escolar.

Eso usualmente no hubiera sido algo importante, pero tal parecía que sus amigos sí que tenían planeado ir, eso no era algo que le encantará, no quería ser el perdedor que se instalaba cerca de la mesa de aperitivos y se aferraba a ellos fingiendo que su pareja está por llegar o que forma parte de la banda... No es que fuera experto en el tema.

Quizás para variar un poco ese año sería el héroe sin capa encargado de ver qué no adulteren el ponche o tal vez invitaría a Mary Jane ya que ella probablemente no tenía una cita y podrían pasar su noche criticando a los populares, aunque muy en el fondo se pondrían morir de felicidad si es que acaso alguno de ellos los invitaba a unirse a su grupo.

Si, ese era el tipo de vida que tenia un adolescente, momentos efímeros que seguían una cadena lineal hasta la vida adulta, por lo que la mente se acostumbra a buscar pequeños escapes de la realidad y se centra en cosas que en un panorama general ya no son tan importantes como uno podría imaginarse, es por eso que en la mente de un castaño con lentes solo podía pensar en ese moreno que de a poco se había metido en su vida, sabia que no es que lo fuera a invitar con todas las porristas, hablar de cosas de la cultura pop como si un artista se había rapado el pelo, cualquier cosa que lo ayudara a hacerlo sentir como un chico más y no como el casi adulto que tenia que preocuparse si se compraba algo en la cafetería o si se gastaba lo del metro, como fuera, eso era lo que hacia tan especial a los bailes de la escuela, una chica que solo era la dibujante de la clase por una noche podía ser bella como una chica de concurso, muchas relaciones inicia por los impulsos de valor que se tiene para invitar a esa persona que según todo lo pensado le daría un no, pero había esperanza de que se diera algo que cambiara la vida como la conocían o que por lo menos lo hicieran ser un poco más maduros.

Tal y como una lata en un refrigerador de una tienda de la esquina esperando ser escogida, si bien su relación era un poco distante, una pequeña parte de Peter quería conocer acerca del misterio que era su compañero, al borde del suspenso de saber si este tenía el más mínimo interés en él o si solo quedaría en algún lugar arrinconado en unos abarrotes como si fuera un refresco sudado.

Quería ir, aun si eso significaba solo ver a la distancia los protagonistas de la escuela escribir su historia, pero existía la posibilidad de que el fuera a ser el siguiente héroe en una novela escolar de un romance homosexual, probablemente no, eso solo le pasaba a la gente interesante, no a los nerds que amaban los legos. ¿Verdad?

Not CoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora