Podemos coincidir que terminar en un baile de secundaria al cual no quería ir en primer lugar no es lo ideal, bueno, Miguel O'hara se había mordido la lengua ese día, estaba encaprichado quizás, quería ver a la única persona que parecía no caer hechizado como si le hubiera cantado una sirena en el momento en el que entraba en el lugar, si quería conversar con el castaño lindo que parecía estar obsesionado con la literatura, quizás quería más de lo que se podía permitir.
Había sido complicado encontrar un traje a su talla para la ocasión, si, las tiendas de segunda mano no parecían tener tallas adecuadas para él, era como su maldición de ser un tipo grande le cobrara factura, bueno para cargar las cajas en la tienda, malo para ser un icono de la moda.
No podía decir que despreciaba la forma en la que se le veía, era consciente de que era guapo y que muy probablemente eso le había facilitado las cosas en ciertos aspectos, no diría que no se sentía un poco presumido al saber que le gustaba a las porristas, pero vaya que le era inútil cuando prefería a un nerd típico de lentes, porque ya sabía qué tipo de cosas le dirías, como que da un desperdicio o se vería obligado a responder preguntas sobre una sexual que no había iniciado aún, no está listo para ser cuestionado sobre quién era el hombre y quien la mujer, precisamente porque los dos eran chicos es que las cosas podrían funcionar para él.
Quizás el problema había iniciado cuando le llamaba más la atención Batman que Gatubela en los comics que leía de niño, podía entender el sentimiento pero no se sentía representado por todo eso, había besado a una chica, a varias y muy lindas, sin embargo nunca se sintió relacionado, jamás pudo hacer que le gustara de esa forma, quizás si fuera un poco ordinario las cosas podrían darse, quizás si fuera un chico blanco de los suburbios que era promedio en todo, no tendría el dilema de que le gustara una persona de su mismo género, podría relajarse un poco y no pasar noche cortando cupones para poder comprar comida, no se pasaría investigando sobre becas universitarias para entrar en una carrera científica, tampoco se podría a pensar en ese chico de su barrio que fue llevado a la comisaria solo porque su color de piel era dos tonos más oscuros que el beige, pero era quien era y tendría que amarlo o moriría de depresión o algo parecido, debía aferrarse a las pocas cosas buenas que tenía.
No se atrevería a decirlo, pero ese pequeño enamoramiento que tenía había hecho su vida estudiantil más entretenida, aun así, no sabía para donde iría esto, un pensamiento propio era que el "enamoramiento" había sido usurpado para el romance, se había enamorado un millón de veces en su vida y podía contar con los dedos de una mano las ocasiones que el sentimiento había sido algo similar el amor, enamorarse podía significar el crecimiento de afecto, se había enamorado de Jessica en el momento en el que había decidido quejarse del plan de estudio con él, había caído como imbécil con la ciencia desde que tuvo su primer kit de experimentos en una navidad cuando iba en la primaria, el amor daba algo para hacer la vida más entretenida.
Tal y como un actor preparándose para entrar al show, se preparaba con un traje para ir al baile, sin pareja y sin haberle avisado a nadie, estaba por ir allí, esperaba que Flash ganara esa corona de príncipe, él solo quería tomar un vaso de ponche y tener una charla con el chico que siempre que iba la biblioteca de la escuela, hacia algo sencillamente adorable...quizás estaba arruinado hace tiempo.
Con un traje negro que había comprado de oferta en un target, estaba caminando hacia su escuela, podía ver a muchas chicas con vestidos brillantes como si fueran salieran de Saturday Night Fever y quisieran estar de brazo con John Travolta en vez del chico de turno, también chicas bohemias que venían en una furgoneta todas juntas para no gastar gasolina, también había un grupo punk que eran chicos y chicas con tanto delineador que se preocupaba por su salud ocular y en otra parte del salón, pudo identificar a Peter, traje un poco más grande que él mientras que estaba bailando en la pista con la luz de la bola disco sobre su rostro.
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Not Cool
RomanceAlgo hermoso de la secundaría es que las cosas no suelen cambiar mucho, si tenías suerte y eras lo suficientemente guapo, pasabas a tener la etiqueta de ser una persona genial. Ese era el caso de Miguel O'hara, tenía todo para ganar, era deportista...