✨Un Cliché✨(3/3)

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El dolor en mi trasero y todas sus consecuencias me trajeron ciertas bendiciones, como hablar con Hange estos últimos días hasta ciertas horas de la madrugada.

Puedo decir que nos llevamos muy bien, hablamos de muchas cosas hasta aburrirnos (que no ha pasado debo presumir) y eso me alegra. Me encanta más cuando toma fotos de lo que hace y termina con una foto suya, yo no me puedo quedar atrás, pero usualmente no hago nada en casa, y menos lastimada. Así que una foto de mi sobre mi cama ya era algo repetitivo.

El lunes que no pude ir a la escuela ella vino a verme, la pasamos tan bien, que no era extraño que nos quedáramos casi abrazándonos en el sofá, viendo películas y comiendo botanas.

A mí madre le agradó tanto su presencia que la invitó a comer hoy después de la escuela, y claro que aceptó.

Se ha vuelto tan amable que parece mentira.

Voy caminando hacia la escuela como de costumbre, esta vez con una malteada de chocolate y con unas galletas Red velvet que tanto le gustan a Hange. ¿Qué? Es un agradecimiento por sus preocupaciones.

¿A quién engaño? ¡Ja! Estoy jodida.

L: Hola, no nos hemos visto desde el sábado.- caminó a mi lado, nos encontramos en la esquina del primer parque cerca de mi casa, en realidad no mentía que vivíamos cerca.

__: Hola, enanito.- le sonreí y el rodó los ojos y se dirigieron a la bolsa en mis manos.

L: ¿Desayuno?- preguntó con cierta sorpresa, pues mi madre no suele hacerme comida para la escuela. Estoy segura de que si le digo que lo hizo mi madre, se lo devora.

__: Qué te importa.- desvíe la mirada con vergüenza, en realidad no quiero que piense cosas raras, lo conozco.

L: Odiosa, homosexual y envidiosa.- rodó los ojos mientras apresuraba su paso, comencé a reír alcanzándolo.

__: Ya somos dos.- reí con maldad casi contagiándole, sin embargo solo me miró odioso. Le ofrecí de mi malteada para que deje de llorar, aish. Claro que aceptó, es un hambreado.

Mentira, bueno, no, pero así lo quiero.

L: No me gusta que dejen los trozos de chocolate hasta el fondo, tapa la pajilla.- me lo entregó disgustado, no lo puedo juzgar yo también pienso lo mismo, pero el sabor es exquisito.

__: Solo sorbe desde arriba.- dije lo obvio mientras tomaba mi suculenta bebida.

L: No he desayunado, tendré que comer algo de la cafetería.- tembló en su posición. A veces me pregunto si hacen la comida de mal gusto a propósito.

Llegamos a la entrada del instituto viendo como todos estaban estacionando sus autos, y cualquier otro vehículo, y otros como nosotros, caminando desde casa. Me encantaría tener un auto. Escuché el zumbido de una moto y el rechinado del freno detrás de nosotros.

HZ: Buenos días, bonita.- me sonrió como siempre, me derrite, puedo admitirlo con ustedes, soy débil a su rostro.

¿Me dijo bonita?

L: ¿Bonita?- me miró.

HZ: Ah, y Levi.- su tono cambió tras decir el nombre de mi mejor amigo, no pude evitar no reír ante la situación.
Se llevan tan bien.

Bajó de su moto quitando el casco, pude sentir mis piernas temblar al igual que mi corazón, ¡Se ve tan atractiva! Mirándome con esos ojos que hacen que me abalance para besarla...

¡Pero no puedo hacer eso!

__: Buenos días, Hans.- saludé con un cordial y nada romántico beso en la mejilla, que fue bien recibido, debo decir.

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