Halloween 🎃

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[Pov: Tú]

Es Halloween, una festividad tan...¿divertida? Yo que sé, no he salido a pedir dulces o fiestas en lugares tenebrosos. La última vez que fui a una fiesta de Halloween salí hecha un desastre, mi disfraz quedó vomitado, mis hermanos se fueron a casa y me dejaron sola, y me lastimé la pierna bailando con mis amigos, entre otras cosas difíciles de recordar.

Esta noche estaré sola, mi hermana irá a una fiesta con sus amigas, mi hermano a otra fiesta de su fraternidad, ¿y yo? Yo en mi trabajo, otra vez.

Es divertido estar aquí, paseo para ver examinar otras cirugías de mis compañeros, visito a los bebés y saludo a mis pacientes, es mucho mejor, si lo veo de esta manera.

Caminé por el pasillo, es turno nocturno para algunos, yo solo estoy esperando a Isabelle para irme, estoy pensando en ir a casa para ver una película de terror yo sola, con una orden de comida china, mi manta, un refresco y por último, y no menos importante, mis chocolates.

Las luces se atenuaron, de nuevo, ya van varias veces que se va la luz y la energía de emergencia era lo único que nos alumbraba. Caminé otro poco sintiendo algo de frío en mis brazos, olvidé usar mi uniforme de invierno.

Pasé por mi quirófano para inspeccionar rápidamente, abrí la puerta y entré a chequear si todo estaba en orden y así fue. Volví a salir y mirando a la habitación vacía frente a mí, estaba completamente oscura por su falta de uso, pero algo era diferente en su ambiente, se podía ver la oscuridad densa de la habitación, y con el reflejo de la luz del pasillo se podía ver solo una pequeña parte... era como si alguien estuviera ahí mirándome, no pude evitar sentir un escalofrío en mi columna, achiqué mis ojos un segundo para corroborar que no sea algo imaginativo.

Dejé de respirar un segundo, podía escuchar los latidos de mi corazón resonar en mi cabeza, solté el aire e hice una mueca al no lograr ver absolutamente nada.

De todas formas es una locura, tal vez sea la sensación del Halloween.

Desvíe mi mirada, cerré la puerta y seguí caminando sintiendo un nuevo escalofrío en mi espalda, constante y frío, los vellos de mi nuca se erizaron deteniéndome en el mismo sitio, sentía que alguien me seguía, tal vez estoy imaginando cosas. Miré detrás de mi y no era nadie, como suele ocurrir, seguí caminando y a lo lejos se escuchaban las pisadas de mis colegas que también inspeccionaban a sus pacientes por la caída de luz.

Bajé las escaleras de emergencia para seguir con la inspección en el 2do piso.
Escuché repentinamente un golpe estruendoso en dirección a la morgue.

Me lleva el diablo...

El golpe hizo eco por el pasillo, apreté mis ojos con nerviosismo, sentí un terrible escalofrío en mis piernas, caminé torpemente hasta llegar a la ventana y ví muy escasamente la mesa de operación y junto a ella otra mesa con los respectivos utensilios que usaban para quitar los órganos de los cuerpos de los pacientes fallecidos. Bertolt era el encargado del área, pero no estaba, cerré mis ojos un segundo para tranquilizar mi mente ansiosa.

Al abrir mis ojos vi que el banquillo se había caído, ¿qué carajo? Me ponen nerviosa, jodanse malditos fantasmas, si es que hay.

Entré, escuché el chirrido tan desesperante de la vieja puerta, deberían de arreglar esta porquería. Caminé hasta el banquillo y lo levanté, revisé de nuevo por si se me pasó algo por alto y vi una de las puertas metálicas abiertas, como si alguien la hubiera abierto y olvidado cerrarla, seguro fue Bertolt, me convencí mentalmente.

Sostuve la perilla para enseguida salir de ahí, pero me detuve volviendo a sentir el mismo escalofrío en mi espalda, está vez sentía como cada uno de los vellos en ella se erizaban al instante, podía sentir a alguien detrás de mí...

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