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⚜️Majestad⚜️(2/2)

Cada día se volvía un frenesí de sentimientos, la azabache no sabía como sentirse respecto a su situación, pues empezaba a tener sentimientos por la misma persona que amenazó con buscarla y al mismo tiempo asesinarla, según pensaba.

"Te encontraré, lo prometo"

Fue lo último que gritó antes de que huyera de la habitación.

Claro que tenía miedo, pero... el recordar aquel día se le hizo muy recurrente, e inevitablemente se dejó llevar una noche a solas y terminó por tocar su intimidad pensando en las cosas que hizo con la castaña.

__: Dios mío, ¿qué he hecho?

Una y otra vez se arrepentía por todo lo que había hecho, y para calmar su nerviosismo se dedicaba a dibujar, dibujaba su cara, su sonrisa, y su hermoso cuerpo, para no olvidar nunca.

Aterrada por el hecho de volver a ver su cara, pero decepcionada de no hacerlo...

Y como era de esperar, después de 3 días descansando en casa decidió volver a ir a trabajar, no podía perder más tiempo, volvería por compromiso y para terminar de pagar aquel barco de sus sueños.

Pero hubo una noticia que erizó su piel, caminando por aquel gran castillo, escuchó murmullos sobre el príncipe.

- No hemos visto al príncipe, y nadie quiere tocar el tema...- escuchó que hablaban las mucamas. Ella simplemente suspiró con su corazón herido dejando de lado todas sus demás preocupaciones.

Se acercó a su habitación y por fuera intentó escuchar cualquier cosa, no le importaba si escuchaba a sus cortesanas, solo quería saber si estaba ahí, sin embargo; no oyó nada, chasqueó su boca y se fue totalmente desanimada a seguir trabajando.

Al principio intento pasar desapercibida a los ojos del príncipe, pero estaba tan preocupada que no importaba si la mataba después de que la viera, solo quería volver a ver su cara, y si era lo último que vería, moriría feliz...

[ Narración: __ ]

Realmente ya no importa si me encuentra, solo quiero saber su paradero, si está bien o si la está pasando mal, quiero envolverla en mis brazos y abrazarla... pero me odia lo suficiente como para clavar su espada en mi pecho por ser una maldita.

Suspiré bajando las escaleras de camino a la lavandería, y por último salí al gran patio cerca de los establos, quería encontrar a Ymir hablar un poco con ella...

Creo que tenía razón, realmente ya tenía en mi mente lo que sentía por el príncipe, pero como siempre, traté de ignorarlo.

Miré al rededor y vi a Ymir hablando con el general Erwin, se veía emocionada y muy sonriente. Me acerqué con sigilo hasta que el general se retiró estrechando la mano de Ymir y ella lo miraba con tanta veneración y respeto, que parecía enamorada de ese gran hombre, de solo pensarlo me causa gracia.

Cuando se encontraba completamente sola, salí del corral de un caballo blanco muy hermoso, de manera exhaustiva brincando fuera de allí alzando mis manos.

__: ¡Ymir!- grité en el acto haciendo que ella brincara del susto y comenzó a reír.

Y: ¡Carajo! Me diste un gran susto.- se acercó a mi con una cara diabólica, me iba a golpear.

Abrí los ojos con miedo y salí corriendo por todo el establo mientras gritaba que parara y seguí riendo nerviosa. Pero como antes había mencionado, su condición física es mejor que la mía, no tengo idea de cómo logró atraparme.

__: ¡Espera, espera, solo estaba bromeando!- seguí gritando mientras me tenía atrapada entre sus brazos.

Y: Eres muy cruel, te toca sufrir.- comenzó a hacerme cosquillas en el abdomen y comencé a retorcerme cual gusano mientras no paraba de carcajear y patalear intentando soltarme de ella.