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⚜️Majestad⚜️(1/2)

Narración: [ __ ]

Todos los días, sin horario determinado tengo que limpiar y despedir a las acompañantes del príncipe, a veces es algo fastidioso por que no todas son amables.

En mis 3 años trabajando en el palacio del rey Cassian, nunca he podido ver cara a cara al primogénito de él, o sea, al príncipe. Siempre es tan misterioso, tanto que desearía irrumpir en su alcoba solo un momento... pero estaría sentenciada a morir.

Me pregunto si no quiere que lo veamos, probablemente no está orgulloso de su rostro, pues toda la familia real es muy bella, o quizás es ciego... sería muy difícil andar por este inmenso castillo.

Solo fantaseo un poco.

O tal vez se quiere hacer el "misterioso" con nosotros lo que no somos de la realeza, aunque no tiene mucho sentido, hay algunos de nosotros que si lo conocen y por curiosidad he preguntado, pero no me dan muchos detalles, y sería aún más extraño porque siempre trae acompañantes diferentes.

O simplemente es tímido y poco social, hay muchas personas de la realeza que es de esa forma, no me imagino que difícil es fingir una sonrisa en frente de todos, y hasta dar bendiciones cada que tengan oportunidad.

No lo sé, aún a pesar de ser su mucama nunca hemos cruzado miradas...

Es un día apurado, no tanto como el de ayer, pues hoy solo pidió a una acompañante, podría llamarme afortunada si tan solo no tuviera que lavar las sábanas con mis manos.

Tomé mi canasto con ropa sucia de la princesa Eleanor, y otro poco de la reina Colette, mientras caminaba por el gran pasillo adornado con la luz del sol sobre las ventanas con vidrios templados de colores bonitos, iluminando de la misma forma sobre el suelo. El sol apenas estaba atardeciendo, se veía de un color anaranjado tan bonito.

Seguí mi camino, mientras luchaba un poco con el peso del canasto, hasta escuchar las pisadas imponentes de los zapatos del Rey mezcladas con las botas del comandante Erwin, quien cuando pasó a un lado mío sonrió, y por mi lado, hice una reverencia en nombre del rey, me enderecé en cuento pasó de mí, y seguí caminando.

(1): ¡___!- escuché mi nombre hacer eco por el pasillo, y enseguida erguí mi cabeza.- Necesito de tu apoyo.- corrió a mi una de mis colegas, me detuve un momento para escucharla.- La mucama de la reina enfermó, ¿podrías tomar su lugar solo por esta tarde?- miré el gran reloj a través de aquellas hermosas ventanas, apenas pasaba de las 3 de la tarde.

__: Por supuesto, solo lleva esto a la lavandería.- la jovencita asintió con una sonrisa, extendí el canasto y enseguida lo tomó, agradeció nuevamente, y se marchó dejándome sola otra vez en ese pasillo.

Bajé por la escaleras escondidas detrás de una puerta de madera, hecha especialmente para nosotros, iba directo a la cocina para no tener que pasar por las escaleras reales, una vez que baje cada uno de los escalones, saludé al cocinero y los asistentes del mismo. Subí las escaleras conectadas al segundo piso del castillo, donde estaban las habitaciones de la realeza, y algunas pinturas de los antiguos reyes que gobernaron el pueblo.

Abrí la puerta que soltó un ligero rechinar, las ventanas eran más simples, a veces daba un poco de miedo cruzar este gran pasillo a mitad de la noche, crucé un callejón cerca de la habitación de la princesa y a un lado el de los soberanos.

__: Mocosa...- sostuve sus finas pero ásperas manos en cuánto las sentí rodear mi cintura.

Y: ¿Qué haces acá arriba?- depositó un beso en mi mejilla y lentamente pasó por detrás de mi oreja para bajar a mi cuello, reí por lo bajo aceptando sus besos.

__: Por supuesto que trabajo, algo que no conoces muy a menudo, floja.- carcajeé un poco al escuchar su risa sarcástica, quedamos en un ligero silencio, solo podía escuchar su respiración y sentirla en mi cuello, sonreí al saber lo que estaba pensando, casi nunca está tan lasciva en el trabajo, o quizás no lo había estado en esta semana.