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   Haerin pensó en volver a Corea, pero la empresa no se lo permitía.

   Su familia anfitriona intentaba que ella esté mejor, pero el hecho de no haber podido asistir al funeral de su madre la corrompía.

   Las cosas no se pueden poner peor, ¿no?

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   Haerin leyó el mensaje y gritó de la rabia, salió a su balcón

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   Haerin leyó el mensaje y gritó de la rabia, salió a su balcón.

   —What the fuck? What do you want, Taehyung?— Gritó Haerin.

   —Baja, Haerin, no te lo diré si estas ahí— Exclamó Taehyung.

   Haerin gritó malhumorada y cerró su cortina, bajó hacia abajo rápidamente y salió fuera.

   —What's wrong?— Sollozó Haerin.

   Él se acercó a ella y sacó algo de su mochila, Haerin lo husmeó. Era un cuadro de ella con su madre.

   —Lo traje desde Corea hasta Australia, quería dártelo al enterarme la noticia— Dijo él sonriendo, Haerin lo miró curiosa.

   La coreana miró el cuadro y levantó la vista —Gracias, Taehyung— Dijo Haerin sonriendo falsamente, él la abrazó, ella no quería, pero el chico ya había rodeado sus brazos en su torso.

   El chico tomó la cintura de Haerin y ella lo miró —Ya está eh— Dijo ella, él no la soltaba —Ya está, déjame— Siguió ella.

   Él se acercó y la besó, ella lo empujó y lo cacheteó.

   —¿Qué te pasa? ¿Solo viniste para esto?— Gritó Haerin sollozando, él rió —Vete al diablo de la maldita casa— Siguió Haerin.

   Ella tomó el cuadro y sacó la foto, luego, se lo tiró a los pies de Taehyung, provocando que él se cortara —¡Maldita perra!— Exclamó él, ella entró dentro corriendo y cogió su celular.

   Ella tomó el cuadro y sacó la foto, luego, se lo tiró a los pies de Taehyung, provocando que él se cortara —¡Maldita perra!— Exclamó él, ella entró dentro corriendo y cogió su celular

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   Haerin tiró el celular y lo rompió, comenzó a llorar y no sabía qué hacer, estaba sumamente enojada, ella no era una mentirosa, ¿qué le pasaba a sus amigos? No lo sabía, pero sí sabia que no volvería a hablarles jamás, conseguiría un celular si...

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   Haerin tiró el celular y lo rompió, comenzó a llorar y no sabía qué hacer, estaba sumamente enojada, ella no era una mentirosa, ¿qué le pasaba a sus amigos? No lo sabía, pero sí sabia que no volvería a hablarles jamás, conseguiría un celular simplemente para pedir volver a Corea y no saber más nada de todos estos australianos estúpidos.

6 meses para enamorarte } daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora