Capitulo 12: Autoexploración

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Desde que estabas en el hotel Krat habías perdido la noción del tiempo. Cada tanto Eugenie te recordaba en qué día estaban. Ya llevabas mucho junto a P aunque no sabías exactamente cuánto, tampoco te interesaba medir tu amor en días, para ti, era mas importante vivir el momento.

Los gatitos de Spring eran más grandes ahora y corrían por todo el hotel causando caos. Polendina necesito duplicar sus tareas para que no rompieran nada, pero nadie quería ponerles reprimendas. P estaba feliz con todos los felinos cerca, apenas él llegaba, siempre había un gatito para recibirlo.

Las cosas pintaban bien en el hotel, si te concentrabas en tus quehaceres, casi no recordabas lo que pasaba afuera. Intentabas no mirar mucho por las ventanas exteriores, los cambios estructurales en la ciudad te deprimían, veías las estructuras colapsar y las estaciones del año pasar.

Los días se estaban volviendo más calurosos en Krat, extrañabas un poco los paseos por la costa, no había mucho que hacer contra el calor más allá de tirarse al suelo y tratar que el frío de la mampostería te aliviane.

Con P llegaron al acuerdo de dormir en ropa interior, aunque él no lo necesite por tener un sistema de refrigeración integrado, tú ya no soportabas la tela adherirse contra la piel.

Fue una noche en la que se les fue la mano con los besos donde P comenzó a sentir ciertos cambios físicos.

Amabas enredar tus piernas con las suyas y dormir acurrucados, pero el contacto de piel con piel sumado a una sesión intensa de besos le generó cierta "emoción" y tu notaste eso.

Sus cuerpos se presionaban juntos en un abrazo cuando sentiste a P frotarse en tu pierna, fue involuntario pero la sensación que le generó eso hizo que pusiera cara de asombro, podías ver sus mejillas enrojecerse, era primera vez que lo veías sonrojado.

Algo apenado te miró esperando algún tipo de permiso o aprobación. Le devolviste la mirada, moviste ligeramente la pierna, frotando su zona, volviendo a generarle aquella sensación y dando el ''ok''.

Para P, se trataba de un sentimiento enterrado, era como si ya supiera instintivamente lo que tenía que hacer a pesar de no recordar haberlo hecho antes y no poseer tal cosa como el 'instinto'. Volvió a besarte con la misma intensidad, frotando sus caderas de vuelta.

"Esto...¿Está bien?" se detuvo a preguntar, tocaste sus mejillas, sosteniendo su rostro con ambas manos.

—Está bien cariño, no me molesta. Me gusta que tengas estas reacciones, sabes que puedes explotarlas conmigo— P asintió, volvió a besarte con ternura.

Se abrazaron, hundió su rostro en tu cuello, P no tenía olfato y no había nada que deseara más que poder sentir tu olor. Por tu parte, amabas como olía P, era un aroma difícil de poner en palabras.

Sus piernas seguían entrelazadas, P se movía como si no fuera la primera vez, como si estuviera reaccionando a viejos recuerdos o algún tipo de memoria muscular. Aun así se notaba en su rostro y en el sonido de sus engranajes el nerviosismo por el que estaba pasando.

—P, amor. ¿Recuerdas lo de los niveles? Podemos comenzar con eso ¿Estas de acuerdo?— hablaste con el tono de voz más dulce que pudiste, querías calmarlo.

P asintió y dijo "Enséñame, por favor"

Pudiste manos a la obra, no querías que fuera incómodo para ninguno de ustedes dos, buscabas crear un ambiente lo más íntimo y agradable posible donde P se sintiera en confianza de explorar más su cuerpo.

—¿Puedes sentarte en la cama?— le preguntaste y él aceptó, mientras P se acomodaba, habías puesto algo de música para que se relaje.

Lo rodeaste por la espalda, tocando su piel y besándole el cuello. Buscaste generar estímulos positivos para que esté más preparado y menos tenso. —¿Estás listo? ¿Me permites?—

Un calor creció en él, despojándolo de la última prenda que le quedaba. Con su permiso, tus manos se deslizaron entre sus piernas, haciendo ciertos movimientos que a P le resultaron familiares.

Se estremeció bajo tu toque, aún estabas a sus espaldas por lo que él no podía verte y tu no podías ver sus reacciones, sin embargo, podías oírlo.

No eran solo sus engranajes, había algo más. Jamás habías oído un solo sonido salir de la boca de P, sin embargo ahora parecía jadear y gemir. Sentiste estar perdiendo la cabeza, escucharlo encendía una llama en tu interior, pero te controlarías, le prometiste ir despacio y cumplirías.

—Ahora hazlo tú, imita los movimientos que hice con mis manos. Busca tu ritmo— lo soltaste, ahora fue él quien continuó lo que habías comenzado. Después de todo, no contaba como "autoexploración" si eras tú quien hacía el trabajo.

P se sentía pequeño ahora mismo a comparación del mundo que le acababas de mostrar. Sus manos persiguieron aquel calor que se extendía entre sus muslos hasta que finalmente se convirtió en un hormigueo, era como un fuego que se propaga, arde y finalmente se consume.

El cuerpo de P no liberó ningún fluido pero pudo experimentar aquel climax tan codiciado.

Se recostó en la cama y te arrastró con él, abrazándote y besando tu rostro, agradecido por enseñarle algo tan humano. 

METAMORFOSIS - Lies of P -  P x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora