- treinta y cuatro.

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— Que haces acá?

Fue lo primero que le pregunto Indiana al que creo es su papá.

— Vine a verte hija, hace mucho no te veo. - le dice con una sonrisa, pero la cara de mi novia no cambiaba.

— No era necesario. - dice.

— ¿Él quien es? - le pregunta a Indiana señalandome.

— Mi pareja. - le dice.

— Lucas. - le extiendo la mano. — Lucas Blondel.

— ¿Blondel? - me mira pensativo. — ¿El de tigre?

— Así es. - digo.

— Yo soy Alberto, su papá. - dice por Indiana. — Hija tenés un novio futbolista y mira en dónde vivís. - le dice. — ¿Me podés explicar porque usas el apellido de tu mamá y no el mio?

Me tomo totalmente por sorpresa eso, para este punto Indiana suspiro, y me miro.

— Yo me voy así hablan a solas. - digo. Me doy vuelta así agarró mis cosas y me acerco a Indi. — Cualquier cosita llámame. - le susurro.

— Si, tranqui. - me dice todavía sería.

— Te amo. - le doy un beso y salgo.

Indiana
— Aunque Alex es más fachero, pero este muchacho tiene cara de ser buen pibe. - lo escucho decir, cierro la puerta del departamento y me giro.

— No tienen ningún tipo de comparación los dos., Lucas es mucha más buena persona que el otro interesado. - digo.

— Te extrañe hija, extrañaba verte. - intenta abrazarme pero doy un paso atrás.

— Yo no. - digo. — Ya me había olvidado que tenía un padre, si es que así se te puede decir.

— Indiana. - dice firme.

— ¿Que paso? ¿Porque de repente me querer ver? Nunca tuviste una mínima intención de tener un trato conmigo.

— Me equivoqué.

— En muchas cosas te equivocaste, me arruinaste la vida obligandome a estar en una relación por benéfico propio, me ignoraste durante años y ahora pretendes aparecer como si nada.

— Perdóname. - dice mirándome.

— No, jamás te voy a perdonar todo el trauma que me dejaste, jama te voy a perdonar que estando lejos igual arruinabas todo. - digo enojada. — Andate con tu verdadera familia, ellos si te necesitan.

— Vos también, no te hagas. - dice levantando la voz. — Sos lo que sos gracias a mi, gracias que yo le pasaba plata a tu mamá para tu educación, no te vengas a hacer la pobrecita.

— Estás equivocado otra vez, hace mucho deje de necesitarte, no tenes peso en mi vida porque vos mismo lo decidiste, te busque papá. - las lágrimas bajaban por mi mejilla. — Te busque años, me arrastre por un poquito de tu atención, no sabes cómo necesite a mi papá un abrazo, un hija estoy orgulloso de vos. - me limpio las lágrimas. — Pero lo único que recibía era malos tratos, me rompiste el corazón en mil pedazos y me decepcionaste de una forma que no te das una idea.

— Hija..

— No me llames hija, yo no soy tu hija. - le abro la puerta. — Para mi apartir de ahora estás muerto, no vuelvas, quédate con tu otra familia, yo soy feliz acá con mi mamá que ella si se banco todo y ella si se merece el título de madre, a vos te quedó demaciado grande.

— Perdóname, se que fui un mal padre con vos y con tu hermano, entiendo que este enojada y no me quieras hablar pero vine para remediar todo, para tener el trato padre e hija. - me rio con ironía.

— ¿Ahora querés tener el trato padre e hija? Lo lamento, ya es demaciado tarde.

— ¿Porque no usas mi apellido? Tu nombre es Indiana Narváez, no Méndez.

— Porque me da vergüenza cargar con tu apellido. - digo. — Mi apellido es Méndez, soy Indiana Méndez. - digo remarcando el Méndez. — ¿Te podés ir? Si querés hacer algo bien por mí, no vuelvas, quédate en Córdoba y se feliz con tu familia. - le digo y le cierro la puerta.

Me acabo de sacar una mochila gigantesca de la espalda, siempre quise tener la oportunidad de tenerlo enfrente y decirle todo lo que pensaba o sentía, ahora que pude me siento más libre.

Me siento en el sillón y dejo que las lágrimas fluyan, tenía mucha impotencia pero a su vez tranquilidad, pude sacar lo que durante años tuve atascando en la garganta y jamás se lo pude decir.

Me acuesto mirando el techo, cierro los ojos y suspiro. Ahora tengo que explicarle a Lucas porque no uso mi verdadero apellido antes de que piense que siempre le mentí, le mando un mensaje y me dijo que enseguida llegaba.

Mientras tanto me puse a guardar las cosas, el mate y termo de Lucas lo llevo a la cocina, al rato suena el timbre.

No me dijo nada, solo me abrazo fuerte y llore otra vez necesitaba mucho que me abrazara de esa forma.

— ¿Estás mejor ahora que pudiste hablar con él? ¿Te trato mal? - dice mientras me limpiaba las lágrimas.

—  No, no me trató mal. - digo. — Te quería explicar sobre mi apellido.

— Indi, no hace falta si no usas el apellido de tu papá es por algo, y de verdad lo entiendo. - dice, en ningún momento me soltó. — Te conocí cargando el apellido de tu madre para mí siempre vas a ser Méndez, no hace falta que me expliques nada ¿si? - me da un besito y me abraza otra vez.

— Gracias por entenderlo y no enojarte por no habertelo contado desde un principio. — digo.

— Cómo me voy a enojar, amor. - dice.

Su celular suena, lo saca y era un mensaje de su ex. Llegue a leerlo por arriba.

— ¿Estuviste con ella? - lo suelto de golpe.

— No, me la encontré y nos quedamos hablando te lo juro.

— ¿Porque decís una cosa y haces otra? - le digo. — Me vivís diciendo que no quieres tener trato con ella y que no te importa pero te ves con ella, y le hablas.

— Perdóname, te juro que no lo hago más.

— No me jures Lucas, hacelo. - digo. — O decidiste si querés tener trato con ella pero no me mientas más.

— Perdón si, me la encontré de casualidad y ella se me acerco. - me cruzo de brazos.

— Está bien Lucas. - digo tocandome la frente. — Espero que sepas lo que estás haciendo, nada más. ¿Te podés ir? Por favor, necesito estar tranquila en mi casa.

Lucas
— Indi, no hagas esto. - veo que abre la puerta, me acerco para darle un beso pero me corre la cara y termino dándole un beso en el cachete.

Cierra la puerta y suspiro.

— ves que sos pelotudo Lucas. - me digo a mí mismo. — ¿tanto te va a costar alejarte de tu ex? La puta madre.

En todo el viaje a mi casa fue en silencio, lo único que escuchaba era el ruido del motor, iba pensando en muchas cosas y una de esas era sobre lo que me dijo Indiana.

¿Porque me costaba alejarme de Lucia?
¿Porque quería tener trato con ella si se supone que no me interesa?
Esas y miles de preguntas fueron dando vueltas en mi cabeza.

Cenizas | Lucas Blondel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora