Kendo acababa de terminar su práctica nocturna de kárate, estaba agotada y se dirigía a las duchas.
Entro al edificio, y pasó por la sala de estar principal 1-B, arrastrando los pies por el suelo.
"No puedo esperar a quitarme esta ropa sudada" pensó Kendo
En ese momento, sintió que se le levantaba la falda.
"¡Sorpresa!" gritó una voz
Sorprendida, Kendo rápidamente agarró su falda, se la bajó y miró a su alrededor para ver quién había sido.
"¿Quién está ahí?" ella gritó
Buscó con la vista y pudo ver unas manos flotantes escondidas detrás de un mueble de la habitación.
"¡Tokage, sé que eres tú!" Exclamó Kendo
Las manos salieron de su escondite y se colocaron frente a ella, junto con un traviesa Setsuna Tokage
"¡Jajajaja!" Tokage se rió. "¿Te asuste?"
"Ni siquiera un poco", dijo Kendo, molesta
"Oh, vamos, al menos un poquito" hizo un puchero Tokage
"No estoy de humor para tus bromas. Ahora, si no te importa, me voy a dar una ducha" Kendo se dio la vuelta y se dirigió hacia el vestuario. Ella empezó a desnudarse, pero de repente alguien le dio una nalgada en el trasero
"¡Tokage!" Gritó Kendo, dándose la vuelta
Buscó en la habitación pero no pudo encontrar las manos de Tokage. "Lo juro, si eres tú otra vez..."
Kendo se soltó el cabello, entro en la ducha y comenzó a lavarse, esperando que Tokage se aburriera y se fuera. Cerró los ojos y empezó a tararear una canción mientras se enjuagaba.
Todo estuvo en silencio durante unos minutos, y Kendo pensó que Tokage finalmente se había rendido. Se estiró para cerrar el agua, pero justo cuando sus dedos tocaron la perilla, sintió nuevamente que alguien la había azotado.
"Realmente no tienes idea de cómo dejar a la gente en paz, ¿verdad?" Kendo gritó. Se dio la vuelta pero no pudo encontrar las manos de Tokage
"Si te encuentro voy a golpearte" advirtió.
Kendo cerró el agua y agarró una toalla.
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Comenzó a secarse el cabello y escuchó a alguien reírse.
"¡Lo digo en serio, Tokage! ¡Te daré una probada de tu propia medicina si no paras!"
Kendo agarró el secador de pelo, lo enchufó y lo puso a máxima potencia para no escuchar las risas de la chica. Lo puso en el estante frente a ella para poder terminar de secarse el cabello. De repente, sintió que alguien la azoto nuevamente.
