¿Qué es peor que no recordar ni tú propio nombre?
Gina despertó en una cama que no era la de un hospital sin recordar nada, embarazada, con un anillo en su dedo y un bebé de un mafioso controlador que dice que ella es solo suya.
Un año después per...
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Actualidad Un año después
Gina Roberts
- Lo siento mucho señora hicimos todo lo posible pero su bebé nació muerto-
Las palabras del doctor se repiten en mi cabeza cada noche seguida de las maldiciones de Santino, mis lágrimas y el sonido de la bala saliendo directo a la cabeza del doctor, así como los gritos horrorizados de las enfermeras que están en el salón improvisado para mí.
- Ya saben que hacer- grita Santino hacia numerosos guardias
Me despierto sudando en las misnas cuatro paredes, a la misma hora. Esto es más que una pesadilla que nunca acaba. Las dos de la mañana otra vez. Camino por la habitación tomando un vaso de agua de mi mesita de noche mientras trato de regular mis latidos y las lágrimas involuntarias que caen por mis mejillas.
Ya ha pasado casi un año pero no puedo evitar que mi cuerpo añore sentirse con esperanzas, con vida, con algo. No está mujer vacía sin recuerdos y sin nada. Hasta mi bebé me abandonó al venir al mundo.
Le rogué a Santino que me matará en aquel instante, ya nada me ataba a la vida. Pero en cambio ese maldito hombre me encerró y nunca más lo he vuelto a ver.
Mi mundo se ha vuelto cuatro paredes, una cama, un baño una estantería de libros y la misma ventana de siempre.
La única compañía son la misma servidumbre pero ni siquiera hablan mucho. Antes me importaba un poco, pero después de ese día solo deseo que todo acabe.
Escondieron los medicamentos, cualquier cosa que pudiera utilizar contra mí. Incluso cuando me duchaba no podía hacerlo sola. Es como si ese demonio supiera bien mis sentimientos. Y predijera todo de mí, intentando controlarlo todo.
Lo odio
Lo odio con toda mi alma.
Todo esto es culpa de él, no sé que era para mí en un pasado pero no pienso casarme con él.
Solo su amenaza de que mataría a un inocente si me quitaba el anillo, mantenía esa maldita prenda en mi dedo. Porque por nada del mundo dejaré que muera un inocente por mi culpa.
Vuelvo a recostarme en la cama y me quedo mirando el techo hasta que el sol se asoma nuevamente por horas. El insomnio se ha vuelto mi mejor amigo así como las ojeras que se burlan frente a mi en el espejo como cada mañana.
Pero está vez ni siquiera puedo quedarme fija en mi reflejo porque algo estalla haciendo que el suelo debajo de mi se tambalee y exploten videos así como mucho humo.
