Closer

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—¿Una fiesta de antifaces? ¿No crees que hay cosas más importantes y que requieren de nuestra completa atención? — después de haber pasado aquel día entre lecciones y preparaciones para su pronto desempeño como rey consorte, Félix se dirigió al de...

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—¿Una fiesta de antifaces? ¿No crees que hay cosas más importantes y que requieren de nuestra completa atención? — después de haber pasado aquel día entre lecciones y preparaciones para su pronto desempeño como rey consorte, Félix se dirigió al despacho real en el que sabía que Hyunjin estaría trabajando hasta que le llamaran a cenar.

Con el pasar de las semanas, Félix había empezado a observar y a conocer al hombre que se convertiría en su esposo y que aseguraba, cada vez que se le presentaba la oportunidad, que sería su compañero por el resto de sus días. Para su sorpresa, Hyunjin resultó ser un monarca sumamente diligente y consagrado a su labor. Involucrado en cada aspecto de su reino, siempre buscaba la manera de mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Por mucho que Félix se empeñara en describirlo como su mayor dolor de cabeza, su huracán personal y el causante de su poca estabilidad emocional, Hyunjin le había demostrado, sin necesidad de palabras, lo capaz y responsable que podía llegar a ser.

Un hombre con la resistencia necesaria para llevar el peso de un reino tan grande por sí mismo.

—¿Sabías que este se ha convertido en mi momento favorito del día? — declaró Hyunjin poniéndose de pie mientras dejaba el documento que revisaba para después. En menos de cuatro pasos, ya estaba invadiendo el espacio personal de Félix, abrazándolo a la altura de su cintura. Félix ni siquiera se inmutó ante el contacto. Para su fortuna o desventura, empezaba a acostumbrarse a lo invasivo que podía ser su prometido. —Me encanta que mi futuro esposo venga a visitarme por las tardes, justo cuando ya no me quedan energías para seguir trabajando.

Félix hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para no esbozar la tonta sonrisa que amenazaba con aparecer en su rostro, dejando en evidencia su propio disfrute. Odiaba las comparaciones, pero estaba seguro de que algo así jamás hubiera ocurrido con Changbin. Donde Hyunjin veía una agradable y energizante visita, su exesposo hubiera encontrado una distracción.

Agitando el sobre frente al rostro de su prometido, Félix le recordó el motivo de su visita. No confiaba en su propia voz lo suficiente como para disimular la emoción que le causaban sus palabras.

—¿Acaso no te gustan las fiestas de antifaces? — preguntó Hyunjin, mientras reforzaba el agarre alrededor de la cintura de Félix cuando notó que no hizo intento de separarse. Tentando a su suerte, Hyunjin se acercó con lentitud para depositar un beso en la pequeña nariz de botón de su prometido provocando que Félix chillara avergonzado.

—No se trata de eso. — rebatió Félix después de carraspear para evitar que su voz le traicionara; incluso sus piernas empezaban a temblar ante la cercanía y osadía de Hyunjin. – Hay muchas cosas que planear, como la boda y la coronación. Una fiesta de antifaces sería excesiva.

—¿Estas emocionado, verdad? – preguntó Hyunjin con un tinte travieso decorando su voz y ganándose un golpe de parte de Félix que usó el sobre como arma. Jamás confesaría lo emocionado que estaba, ni siquiera bajo tortura. —No tienes nada de qué preocuparte Lixie, es tu fiesta de bienvenida. Deja la planeación en mis manos y en las de Minho y Christopher. Además, servirá como antesala a nuestra boda y tu coronación.

Unexpected (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora