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observé que sus ojos le brillaban, no de felicidad ni emoción, sino de las peor de las tristezas, posaba sus manos en la barbilla de su antigua novia.

- Yo quería ser el padre de tus hijos.- dijo en algún momento que me permitio entender lo que se decían suavemente-
Te conozco tanto que sé que aborreces la idea de tener hijos, pero se que quizás hubieras tenido uno solo, solo porque querrías dar el gusto, porque cuando amas sos capaz de cosas maravillosas para los demás...

- Si te alegra un poco, te confieso que yo soñé con eso-
- cuéntame más -

suspiro quitándose el pesado abrigo que tenía puesto :

- Soñaba con una habitación recién decorada, era esa habitación tuya que usabas de niño en la casa de tu madre, la de Detroit,- detallaba mientras él sonreía- estaba sentada en la mecedora que daba a las ventanas con un bebé en mis brazos
- cómo, ¿cómo era él?.- preguntó maravillado
- como uno de esos muñecos de porcelana de Ámsterdam
- tan aterradores ? - sonrió
- no, nuestro hijo era lindo, con las mejillas rosadas, con cabellos rubios claros al igual que
- su madre... - concluyeron ambos
- si, como yo - recordó con seriedad

el joven Bobby pasó sus manos por sus cabellos - jamás olvidaría que eres rubia natural - Suspiro hondo ; - Solo dios sabe cuánto te extraño - dijo procediendo a quitarle por completo el pesado abrigo de piel y como se movió
yo salí disparada de la habitación rumbo a la cocina.

- Entonces ? -
- Entonces nada, eli, yo me continué trabajando toda la noche y no los volví a ver después de al menos 40 minutos
- mora... - exprese con inquietud
- no me mires así, no estoy confirmando nada, no escuche nada inapropiado además de que el pelirrojo quería poner a maternar a la hija de mis patrones, ni los vi besarse o algo similar, solo se habían abrazado.

Pero todo aquello no había sido nada, esos cuarenta minutos posteriores, los golpecitos de las copas anunciaban noticias, y entre risas y conversaciones brindaban por los futuros esposos.

Se veían radiantes, el pico de la juventud y el buen gusto, amiga mía, el muchacho con una alegre sonrisa no dejaba pasar ni un comentario fuera de lugar, sabía manejarse con las señoras así como las conversaciones con los caballeros, se escabullía, pero no de manera evasiva, sino que daba la percepción de que madre lo instruía a recorrer toda la casa, como si de presumirlo se tratara.

Entendí perfectamente lo que mora describía, era totalmente entendido, la señora beatrice años se limitó a ir a fiestas cuando recién se establecía de forma permanente en high mountain, una hija ninfa y un niño en inglaterra era todo lo que tenía.
No estaba mal vanagloriarse de vez en cuando entre su círculo, de los pequeños logros académicos de su hijo en el extranjero, que finalmente los presumía en sus caras, en carne y hueso.
Su proyecto en Isaac había tomado tan buen rumbo, y se sentía orgullosa de él.

Lo mostraba a una selecta parte de la alta sociedad chicaguense, el niño de sus ojos.

Por su parte según observó mora lo de los antiguos amantes de toda vida finalmente quedaron como viejos amigos, a los que no les interesó cruzar media palabra durante toda la noche.

- De todos los años aquí, fue una velada corta, porque a las dos de la madrugada me dirigía al cuarto de la señorita beth, llevaba conmigo toallas para el rostro, y un jarrón de agua tibia lo habitual..

La muchacha estaba recién duchada frente a al tocador, de pronto llego su madre vestida ya de cómodas sedas

- Hija, se lo haz hecho con bobby - tiro al segundo de cruzar la puerta.
Yo quede helada al pensar que los habían visto salir de su habitación peleando o algo parecido.
- perdón ? - respondió confundida
- Cómo es posible, elizabeth, después de casi un año y todo lo que ya te he dicho
- Ah- expreso algo aliviada
- cómo es posible que no hayan cruzado medía palabra, tenía una vergüenza tal que no fui capaz de hacer una mínima referencia tuya a él cuando se despidió de tu padre y de mi
- Madre, mi relación con él ya no es algo que precisamente los requiera...
- Claro que requieres, no entiendes? Elizabeth, tu hiciste que Matthew Bobby Taylor Jr sea, durante casi una década, un miembro más en esta casa, una silla, un plato... sabes más que nadie que es un hijo más para tu padre, tantos años sin zac por aquí ...
- ¡Pero!- Interrumpió tajantemente- yo soy su hija y deben de comprender
- ¿comprender qué? - reclamó algo nerviosa
- comprender que bobby no es tu hijo es solo un chico con el que invertí años de mi vida- dijo en voz alta, ambas guardaron unos segundos de silencio-
- porque tenía miedo de ti y de este lugar !- confesó casi susurrante- no quería sentirme más sola todavía sin zac, solo éramos él y yo en casa, así que te pido que dejes de proyectar tu fracasada maternidad con un desconocido al que solo le importaba ganar su confianza porque le cumplí el capricho de estar con la hija del socio de su padre y claro, porque gustaba tocarme las faldas bajo el mismo de techo donde dormían sus suegros!

Su madre la abofeteó en la mejilla y se marchó

Yo salí de un extremo oscuro de la habitación, obviamente ella sabía que yo lo había escuchado todo.
deje las toallas junto a su cama
de todo corazón quería preguntarle cómo estaba, eli, pero claramente no soy tú.

- Mora, podrías traerme un té de manzanilla, por favor - dijo.

entonces partiendo rumbo a la cocina
deje la habitación y el sonido de sus sollozos cortantes salía ligeramente por la puerta.

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⏰ Última actualización: Mar 21 ⏰

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