Yoongi se había dormido absolutamente todo el día. Hubo un instante, en el que todos se preocuparon y pensaron que algo le había sucedido, sin embargo, todavía respiraba.
No despertó en ningún momento, incluso cuando quisieron obligarlo para que comiera algo.
Y es que el omega se encontraba en un sueño largo, en el que se repetía una y otra vez lo mucho que extrañaba a su alfa y lo mucho que necesitaba a su cachorro de regreso. Lloraba y lloraba sin parar, corría en busca de una salida que nunca llegaba, su corazón dolía en cada palpitación.
Hasta que una vez más abrió e como regresar a órbita, como si su mente y su cuerpo volvieran a estar conscientes de su entorno.
—¡Alfa! —chilló feliz y saltó encima de Jimin—. ¡Alfa, estás aquí! ¡Nuestro cachorrito está bien, alfa!
El alfa en cuestión se despertó, con la bruma del sueño atacándolo más de lo que podría imaginar luego de haber tenido el peor día de su vida ayer, cuando despertó y su omega no estaba a su lado.
El dolor había sido tan profundo que tuvieron que cancelar todas sus obligaciones porque no podía estar momentos prolongados sin que las lágrimas resbalaran sin permiso y el pecho le doliera tan fuerte que un más de una ocasión había terminado en sus rodillas, sollozando y buscando que el dolor se fuera.
No se explicaba por qué él se había ido y su esposo no había regresado. Tampoco entendía por qué la idea de tener a su esposo de regreso no hacía que la angustia se fuera, no encontraba consuelo de ninguna forma, y apenas había podido dormir un poco.
Así que, en medio de su trance emocional, su mal aspecto y la tristeza que lo embargaba, apenas pudo ver al omega sentado sobre su panza que lloraba y reía al mismo tiempo mientras lo miraba fijamente.
El omega que lloraba y reía al mismo tiempo...
El omega... Su omega, estaba ahí con él, había regresado y le estaba dando la sonrisa más hermosa que había visto nunca.
—Yoongi... —llamó, creyendo que tal vez era una ilusión de su mente—. Omega, mi precioso omega.
Yoongi asintió efusivamente, acercándose a dejar un beso rápido en sus labios, y luego otro, y otro más.
—Sí —murmuró entre besos—. Soy yo, mi alfa, mío. Estoy aquí contigo, no me iré nunca más, alfa.
La escena si bien lo descolocó por un par de segundos, poco a poco reaccionó, dándose cuenta de que realmente la persona entre sus brazos era Yoongi, no la persona con quién se había casado, sino él, su pareja destinada, su omega. Era su omega.
—Amor mío —susurró, apresando el cuerpo del menor en sus brazos finalmente—. Mi omega, mío. Eres mío.
—Soy tuyo, alfa. Completamente.
Jimin dejó que las lágrimas corrieran libremente por su rostro. No le importaba en ese momento lo mal visto que estaba que un alfa llorase, no le importaba que significara que era una muestra de debilidad. Él simplemente dejó fluir sus emociones y la felicidad y alivio que sentía de tener a su pareja de regreso en sus brazos.
—No me abandones nunca más —suplicó. Jimin acomodó al omega sobre la cama y sus manos se apresuraron a subir la parte superior del pijama que traía puesto.
Su palma se colocó sobre su vientre, y Yoongi suspiró por la enorme satisfacción y el alivio inexplicable que ese simple gesto le había causado.
Jimin presionó sus labios en la zona con delicadeza, aspirando el delicioso aroma de omega embarazado que desprendía Yoongi. Estaba tan feliz, su alfa se retorcía de gozo en su interior al saber que su omega estaba cargando con su cachorro. El sentido de pertenencia que lo embargó fue descomunal, pero...
—Si tú no quieres tenerlo, lo entenderé —dijo en voz muy bajita, sintiendo las punzadas de dolor en su pecho—. Buscaré alguien que nos ayude, sé que hay personas allá afuera que hacen brebajes clandestinos, puede que duela un poco, pero...
—No —determinó el omega, tomando las manos del alfa y poniéndolas nuevamente sobre su vientre bajo—. Cuando me fui, cuando volví a mi mundo, aún cuando ya no era un omega, yo me sentí tan perdido—explica, llevando una de sus manos a limpiar las lágrimas de su alfa—. No te sentí, Jimin, y perdí un poco la cabeza, intenté buscarte en mi mente y no podía alcanzarte, fue tan frustrante. Y luego... —dejó salir un suspiro tembloroso recordando la angustia que había sentido—. Cuando yo no sentí a mi cachorro, a nuestro cachorrito, alfa, yo sentí que moría, sentí que habían arrancado todas las partes de mi alma. Cuando no sentí a nuestro bebé, entendí que pertenezco aquí, que te pertenezco a tí en cuerpo y alma. Que le pertenezco a la madre Luna.
—Oh, Yoongi —Jimin rió entre lágrimas, dando un último beso a su pancita y luego subiendo a sus labios—. Te amo, a tí y a nuestro cachorro. Y te prometo que haré cualquier cosa, cualquiera, para que seas feliz, mi amor...
Yoongi se aferró a su alfa, sintiéndose feliz y seguro, sintiendo paz al estar de regreso con Jimin.
Sin saber que su felicidad era momentánea, que pronto el dolor de estar lejos de su alfa regresaría.
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La verdad iba a dejar la historia abandonada, pero ahora hay una pequeña cantidad de personas que la siguen leyendo y pienso terminarla.
Espero que la disfruten mucho, ha sido muy divertido escribirla, los tkm
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Jimsu✨/ Mundos diferentes
FanficUn día despierta y ya no está en su cama con su novia embarazada, sino en un aparente universo paralelo en el que no es un hombre cualquiera. -No me puedo embarazar, Jimin, soy un hombre. -Claro que puedes, eres un omega y mi rey consorte, tenemos q...