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Yoongi caminaba por el palacio, curioseando los rincones que no había podido ver cada vez que tenía que salir con Jimin, así que, aprovechando que el mismo estaba teniendo una reunión privada con sus padres y no estaría durante el resto del día, se había dispuesto a pasear para admirar el inmenso y lujoso lugar.

Habían pasado tres noches desde aquel entonces y para su mala suerte ninguna de sus súplicas por regresar a casa había funcionado. Cada despertar era más frustrante, había llorado de angustia todas y cada una de las veces, desesperado por verse metido en esa situación de la cual no podía salir.

Todo se volvía peor cuando todo el mundo se encargaba de recordarle que estaba creciendo un bebé dentro de él, como cuando los sirvientes del palacio le preguntaban si se le ofrecía algo o si quería comer algo para el cachorro. Y Dios, él no podía soportar el sentimiento extraño y desagradable que sentía cada vez que pasaba.

Por lo menos, las cosas mejoraron un poco cuando un día, un sirviente le llamó a sus "aposentos", como Jimin llamaba a la habitación de ambos, y le comunicaba que había un omega buscando por él.

No sé sorprendió mucho cuando vio a Hobi en los jardines esperándolo, así que, luego de una semana de sufrimiento tras intentar una y otra vez irse de ese lugar, él acudió con el omega y los llevó a ambos a otro lugar lejos del palacio. Nadie hizo preguntas y sus órdenes se cumplieron sin replicar. Ni siquiera Jimin había dicho nada, apenas le había pedido que fueran ambos a un lugar donde no pudieran ser escuchados para que no fueran a haber problemas.

Era una de las pocas cosas que le gustaban de aquel horrible lugar...

Jungkook había acudido a él porque uno de sus amigos, también omega, había sigo obligado a casarse con un hombre al que no amaba. Su padre le había arreglado el matrimonio buscando beneficios para él mismo y el alfa lo estaba maltratando porque no había podido quedar preñado.

Namjoon se llamaba el omega, pero Hobi lo llamaba Namu. Le contó que habían sido compañeros en la primaria y que de hecho, el omega había encontrado a su pareja predestinada cuando eran adolescentes pero el hombre los había separado porque según él, aquel alfa no se merecía a su hijo.

Yoongi, al día siguiente, se encargó de que le hicieran una visita al matrimonio, y obligó emocionalmente a Jimin para que llevara todas las cosas necesarias para anular dicho matrimonio y poder sacar al omega de ese lugar. El alfa lo hizo, odiando su propia voluntad por complacer a Yoongi hasta en las cosas que no debía.

Pronto, aquel omega estuvo llorando desconsoladamente en los brazos de aquel alfa al que había amado en cada momento, y el tipo ese, Taehyung, lo arrullaba y le prometía que nunca más volvería a ser débil y que nunca más dejaría que lo separaran de su lado.

Y el padre ambicioso del pequeño omega, había terminado en una celda como el padre de Jungkook.

Jimin no podía creer todo lo que estaba sucediendo durante la estadía de Yoongi, y no podía dejar de preguntarse cómo solucionaría todo aquello que había hecho cuando él se fuera.

Cuando se fuera...

El alfa intentaba no pensar en aquel evento que tendría que pasar en algún momento, pero que lo estaba torturando de mil maneras diferentes y se odiaba por haber sido tan débil.

Fue tan débil para evitar caer, fue débil para evitar vincularse con el omega.

Desde el primer día, desde la primera vez que lo tomó como suyo, el lazo se había construido fuerte y firme, pero no mutuamente, se había enlazado solo y el extremo contrario de su lazo estaba solo, a la deriva.

Y dolía, le dolía el pecho cada vez que recordaba que ese precioso chico con personalidad arisca y tan gruñón se iría en algún momento, que no pertenecía ahí, con él. Y es que a pesar de saber que el omega con el que se casó volvería a su lado, no sentía consuelo.

Ellos podrían lucir iguales, pero su alma no era la misma, no había en ellos nada igual que no fuera físicamente.

Jimin se sentía egoísta por desear que nunca funcionara, que por más que Yoongi suplicara volver a su mundo, eso nunca pasara. Que se quedara ahí con él, aunque el vínculo no fuera mutuo, no importaba que fuera el único enlazado, solamente lo quería a su lado...

Se sentía un tonto. Un imbécil por haberse enamorado así.

Esperaba la fuerza de la Diosa Luna para poder superar el abandono.

Esperaba no morir de tristeza.

Jimsu✨/ Mundos diferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora