—Oh, y también ví a tu versión de mi mundo —contó Yoongi mientras metía un pedazo de pollo en su boca y masticaba—. Bueno, el otro mundo. Porque este es mi mundo ahora, contigo.
Jimin sonrió, besando la sien de su marido al escucharlo decir aquello. De cierta forma, le parecía surrealista luego de haberlo escuchado decir mil veces que lo odiaba y que esperaba irse pronto para no tener que verlo más.
Lo entendía, aún así, no debía ser algo fácil para él despertar en un mundo en el cual en menos de lo que duraba un parpadeo estaba preñado y enlazado telepáticamente a otro ser.
—¿Y ese Yoongi con ese Jimin también están... juntos? —preguntó.
—Oh, no lo sé. Y no lo creo porque allá no es muy bien vista la homosexualidad, te explicaré de eso luego —le dijo—. Aunque no creo que el otro yo quiera estar con alguien remotamente parecido a ti, lo tratabas muy mal. Que sepas que yo no me voy a dejar, ¿Ok? Además, estoy preñadito y no puedes lastimarme ni hacerme sentir mal porque hay que cuidar al bebé.
Jimin dejó salir un gruñido de su pecho en protesta, pero no dijo nada. Estaba comenzando a asumir lo que sentía en su corazón que estaba mal en la sociedad que lideraba, sin embargo, todo aquello era un proceso que tenía que planear bien para que tuviera resultados positivos.
Deslizó su mano hacia el vientre del omega y acarició en círculos, sonriendo de nuevo al escuchar al pequeño chico suspirar de gusto mientras comía y se apoyaba en su toque. Tan entregado a él en la intimidad que lo volvía loco.
—¿Qué te gustaría que fuera el cachorro? —preguntó mientras sobaba la piel apenas inflamada de su panza.
—Niño, porque las niñas dicen que son muy lloronas.
—Amor mío, alfa u omega, beta quizá...
—Oh, joder, es cierto —palmeó su propia frente y rió de él mismo—. Va a ser difícil que me adapte por completo a tantos cambios, pero entonces supongo que la versión de niña aquí, sería omega. Me gustaría que fuera un omega. Omega niña.
Él quería que fuera omega. Y Jimin pensó que era tan extraño aquello, porque incluso los omegas deseaban que sus cachorros fueran alfas o betas. Si lo pensaban bien, buscando que no sufrieran el mismo destino que ellos mismos habían tenido que pasar.
—¿Y tú qué quieres que sea, Alfa? —preguntó el omega. Se sentía bien llamándolo de esa manera, y aunque no lograba entender muy bien la razón, algo se removía dentro de él cada vez que le llamaba alfa. Su alfa.
Jimin también we regocijaba, su lobo aullaba de orgullo y de amor, moviendo la colita alegremente cuando su omega lo reconocía como su alfa.
—Yo hubiera querido antes que fuera un o una alfa —dijo sinceramente—. Pero ahora, no me importa lo que sea, ¿sabes? Yo te prometo, amor mío, que haré todo lo que esté a mi alcance para que el cachorrito crezca feliz sin importar su casta. Voy a trabajar por cambiarlo todo, Yoonie, para que todos tengamos una vida digna y justa, ¿me escuchas? —dijo acercándose a su omega lentamente—. Y no lo haré solo, tú estarás conmigo, ya no detrás de mí, jamás detrás de mí, mi pequeño, sino a mi lado, vamos a luchar juntos por nuestro pueblo, te lo juro, Yoongi.
Yoongi dejó el bocado que estaba a punto de llevarse a la boca a medio camino, abriendo sus ojos pequeños a su máxima capacidad, con la boca abierta y demasiado sorprendido y conmovido para decir cualquier cosa.
Sus ojos se llenaron de lágrimas al instante y su labio interior tembló, no pudo evitar el llanto y no pudo evitar lanzarse a los brazos de su alfa, quién lo recibió sin dudarlo y lo apretó contra su pecho, también conmovido con la emoción de su pareja.
—Está feliz —susurró Yoongi en su pecho—. El lobito está feliz, mi lobito está feliz, Jiminie.
Oh. La manera en la que Jimin rió eufórico al saber que Yoongi había logrado conectar con su omega era maravillosa de ver. Y no dudó en apresarlo en sus brazos y acariciar su pequeño cuerpo con devoción.
—Eso me hace tan feliz, amor mío. Pensé que nunca ibas a poder conectar a tu lobo.
—Creo que no le gustó que lo rechara y negara tanto —confesó, hundiendo su rostro en el cuello de su alfa, inhalando profundamente su aroma.
—Es normal, Yoon. No te sientas mal por eso —le tranquilizó acariciando su espalda cuando lo sintió comenzar a llorar bajito—. No entendías nada, no sabías la voluntad de nuestra diosa luna.
Yoongi asintió, en paz con como se sentía de bien al estar así con Jimin, con su alfa.
—Yo, antes de que desaparecieras... Yo había estado pensando que si por algún motivo nunca te ibas, yo te pediría matrimonio —confesó Jimin, moviendo a Yoongi para que lo viera de frente—. Estoy casado ante todos, pero no contigo, yo quiero casarme contigo, quiero vivir la felicidad de unirme a ti y quiero que tú también lo tengas, te mereces una boda por lo grande.
—¿En serio? —preguntó limpiando sus lágrimas y sin darse cuenta sonriendo con ilusión—. ¡Sí quiero! ¿Y el anillo? —preguntó, buscando en Jimin por si lo tenía oculto por ahí—. Espera, ¿a tu madre no le parecerá extraño?
—Yo no tuve una boda como ella quería. Ni Yoongi ni yo queríamos estar juntos, todo fue el plan de siempre. Yo quiero tener eso contigo, mi madre estará feliz de que quiera hacerlo por todo lo alto —anunció—. Ese día... Yo voy a coronarte frente a todo el reino, ese día se cumple el periodo de prueba y el trono me pertenecerá, amor. Podremos hacer de esto un lugar mejor.
—Esto es, todo esto es maravilloso. Estoy tan feliz, Jimin, soy tan feliz de haber despertado aquí ese día.
Jimin le sonrió a su omega y besó sus labios suavemente, para luego abrir la pequeña gaveta de la mesa de noche y sacar la cajita con el anillo. El anillo más hermoso que Yoongi había visto, el que nunca imaginó que sería él quien estaría recibiendo y no buscándolo para ponerlo en el dedo de alguna mujer.
Y se sentía tan bien, se escuchó tan maravilloso escuchar a Jimin preguntarle si quería casarse con él, y luego deslizar elegantemente y con tanto amor el hermoso anillo en su dedo anular...
La felicidad en su ser era demasiada y ahora sabía que no había nada más en la vida que lo hiciera tan feliz como estar ahí, junto a él.
Quería estar toda su vida con él.
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Jimsu✨/ Mundos diferentes
FanficUn día despierta y ya no está en su cama con su novia embarazada, sino en un aparente universo paralelo en el que no es un hombre cualquiera. -No me puedo embarazar, Jimin, soy un hombre. -Claro que puedes, eres un omega y mi rey consorte, tenemos q...