31. Dear God

484 54 16
                                    

Alex respiró ahogada cuando Joel atravesó la puerta de la cabaña con ella en brazos, los vidrios se habían roto por la explosión, pero lo demás estaba en su lugar. Ellie tiró todo lo que había sobre la mesa al suelo y Joel la recostó sobre la madera fría. Ya no existía una enfermería y era casi imposible que quedara alguna enfermera con vida porque había visto la casilla totalmente destruida en la entrada.

Observó con temor la gran mancha de sangre sobre la ropa de Alex y reparó en su respiración errática. Estaba sufriendo.

—¿Duele?

Ella asintió con los dientes apretados, tenía sangre en la boca.

Ellie retrocedió unos pasos de ellos porque sabía lo que iba a pasar, cruzó una mirada con Tommy, que parecía también entenderlo.

Nick ni siquiera había querido entrar.

Tommy le hizo una señal con la cabeza y ambos se retiraron sigilosamente. Afuera, Ellie se dejó caer sobre el banquillo del porche y se llevó ambas manos a la cabeza.

Joel se desconcertó cuando la puerta se cerró detrás de ellos, no podía aceptar que todo terminara así. Alex estiró una mano hacia él e hizo que la mirara.

—Quítamelo... por favor. —le dijo. Su voz empujada por la presión de su pecho. Joel recargó sus manos en la mesa, cerró los ojos y negó, las lágrimas salieron de sus márgenes y rodaron por sus mejillas. No quería hacerle más daño.

Alex respiró hondo y palmeó su costado buscando el mango del cuchillo, enrolló sus dedos temblorosos en él y tiró con fuerza. La sangre se esparció por la mesa rápidamente, Joel se apresuró a presionar la herida maldiciendo por lo bajo, tratando inútilmente de controlar la hemorragia.

Miró hacia todos lados buscando algo que hacer, como ayudarla. Vio la silueta de Ellie en el porsche y se preguntó por qué estaba allí y no con ellos.

—Está bien... –dijo Alex tocándole una mejilla con sus dedos ensangrentados. –Lo hice, Cloe está muerta.

—Alex...

—Estarás bien, Joel. —El mayor percibió sus ojos azules cansados y el sudor en su cuello. Alex tosió y la sangre colándose entre sus dedos le hizo sollozar. No quería que se fuera, no quería perderla.

—No podía irse sin hacer esto, ¿verdad? Es una desgraciada. —Alex se rió, la martirizaba ver a Joel sin palabras, viéndola morir así. Pero lo cierto era que no quería estar sola en ese momento, quería sujetar su mano antes de irse, quería que fuera lo último que viera.

—Basta, no es gracioso. —Joel sorbió por la nariz y le acarició una mejilla, retirando el cabello de su rostro despacio. —Por favor Alex, no te vayas.

—No está en mis manos ahora. —le dijo. —Lo siento. —Joel negó.

—No es justo.

—Sí lo es. —Alex le sujetó una mano, sus dedos temblaron sobre su piel. —Hice muchas cosas malas, antes de conocerte. Pero ahora me encargué de que Cloe...

—Deja de hablar de Cloe.

—Bueno. —Alex tragó saliva con dificultad, la punzada en su pecho se intensificó e hizo una mueca por el dolor. Su mano se cerró en un puño sobre la chaqueta verde de Joel y sus ojos se abrieron grandes por la impresión. —Tengo miedo, Joel. –admitió.

—Tranquila...

—Esto es una mierda.

—Lo sé.

—¿Sabes que? Cuando era niña me encantaba el ballet. —Joel la escuchó ignorando el llanto que estaba conteniendo en su pecho. —Papá me llevaba a clases, pero no lograba llevarme bien con las otras niñas. Creo que me odiaban.

Me and The Devil [Joel/Pedro Pascal Fanfic] TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora