☆¡ MR@*#€&"D !☆

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Ahhh con q pal xno si no ? Akjshnsksjjsd

(Nadie:
Absolutamente nadie:
Yo: *arruina el history-shot poniéndole xn0*)

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𝐅𝐞𝐜𝐡𝐚 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐭𝐮𝐫𝐚: sᴀʙᴀᴅᴏ 18-ᴅᴏᴍɪɴɢᴏ 19-ᴊᴜᴇᴠᴇs 23 ᴅᴇ ɴᴏᴠɪᴇᴍʙʀᴇ

🅵🅸🅽🅰🅻 🆅

La bufona había entrado en desesperación por lo sucedido, no podía creer que alguien hubiera descubierto uno de sus mayores secretos, cuál resguardaba en su habitación, parecía jalar se los pelos entrando en una especie de ansiedad, cerrando la puerta de su habitación rápidamente para evitar que alguien más viese todo lo que se encontraba dentro de sus aposentos

[✬]: " 𝚀𝚞𝚎 𝚙𝚎𝚗𝚜𝚊𝚋𝚊𝚜 ?! 𝙴𝚗𝚝𝚛𝚊𝚛 𝚎𝚗 𝚖𝚒 𝚑𝚊𝚋𝚒𝚝𝚊𝚌𝚒𝚘́𝚗 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚜𝚒 𝚗𝚊𝚍𝚊 ?! "

[✦]: " 𝙱𝚊𝚓𝚊 𝚕𝚊 𝚟𝚘𝚣 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚖4𝚕€1#@4 𝚎𝚜𝚚𝚞𝚒𝚣𝚘𝚏𝚛𝚎𝚗𝚒𝚌𝚊 ?! "

[✬]: " 𝙲𝚘𝚖𝚘 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚋𝚊𝚓𝚎 𝚕𝚊 𝚟𝚘𝚣 𝚜𝚒 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚜 𝚟𝚒𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜 𝚖𝚒 𝚙𝚛𝚒𝚟𝚊𝚌𝚒𝚍𝚊𝚍 ?! "

[✦]: " 𝚈 𝚖𝚎 𝚟𝚊𝚜 𝚊 𝚌𝚞𝚕𝚙𝚊𝚛 𝚍𝚎 𝚍𝚎𝚓𝚊𝚛 𝚝𝚞 𝚙𝚞𝚎𝚛𝚝𝚊 𝚊𝚋𝚒𝚎𝚛𝚝𝚊 ? 𝙹𝚊 ! 𝚀𝚞𝚎 𝚒𝚛𝚘𝚗𝚒́𝚊 ! "

[✬]: " 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊.... 𝙻𝚊 𝚍𝚎𝚓𝚎 𝚊𝚋𝚒𝚎𝚛𝚝𝚊... ? "

En esos momentos la bufona prácticamente quedo analizando e intentando recordar como bien a los hechos, la mente se le hizo en blanco volviendo a ver al morado a los ojos con toda ira de su ser, arremetiendo contra el conejo lanzándose sobre su cuerpo intentando golpearlo donde podía, el acto se mantuvo entre polvo y movimientos que hacía Jax para defenderse del ataque

La de colores rojizos y azulados maldecía cada parte de Jax por haber realizado una acción de imprudencia al entrar a un lugar ajeno, entre esa mini pelea en la que retumbaban los golpes e insultos de uno al otro dejando en completo desastre lo que sería la habitación de Pomni, más de lo que ya estaba siendo así una especie de basural su propio cuarto rodeado de censuras y las cobijas que eran arrastradas por garras de ambos tras volteretas de pura pelea

Las cosas caían al suelo dejando Salir de los crujidos estruendosos sonidos que obviamente llamaban la atención de cualquier persona que pasara por los lugares de las habitaciones, cada caía algo causaba sospecha en cualquier icónico personaje que pasara por los pasillos, hasta que de momento a otro alguien ya estaba golpeando la puerta con preocupación al escuchar toda la situación, preguntando por el bienestar de la dueña de aquel cuarto

Tras esta llamada inesperada tanto el de overol rojizo y la de sombrero ridículo quedaron en una posición un tanto extraña, puesto la más baja habría quedado rendida en el suelo, exhausta de los tantos golpes fallidos que intentaba dar a su contrario, el cuál estaba intentando retener uno de los golpes de la otra, sentado de rodillas, dando parte de su entrepierna contra el vientre de la bufona cuál no le interesaba la posición actual, centrándose en dar más golpes

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