En la intimidad

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Compro supresores para la situación, finalmente su celo había llegado y no se encontraba en el lugar más adecuado, pero no había otro para pasarlo o eso era lo que creía cuando paso más de una semana en la masia sin nada que hacer más que estar sufriendo porque su celo no se pudo calmar con los supresores que habían comprado en esa farmacia corriente de la esquina.

Parece que su evolución de adolescente a hombre no le estaba sentando bien. Creyó que no iría peor cuando el equipo médico decidió alejarlo de los demás pues según ellos no dejaba de desprender un olor insoportable que posiblemente ocasionaría más que una pelea de amigos, además comentaban algunos que no podían seguir viendo como se le erecta el pene cada segundo. Su decisión final fue salir de ahí llegando a un hotel alquilado por su representante en una zona desconocida por él, su maldición llego cuando no había probado un solo plato de comida desde la mañana por su timidez a pedir comida aun cuando se encontraba en ese estado tan deplorable. Decidido a llamar al que vea primero en sus contactos, llamó a Nico cuando se fijó en el primer contacto.

El celular empezó a vibrar entre sus dedos cuando apretó a llamar, se sentía desesperado además de excitado, aun cuando ya se había masturbado más de 7 veces en el día. Su mente se sumergió en una neblina invisible que era interminable pero aun su raciocinio era existente, controlando su mente y haciendo lo posible para no pensar en algo sexual.


-hola..., nico, quería saber si puedes traerme algunas cosas, martin no me trajo todo lo que necesitaba así que...


-lo siento gavi, no puedo, pero puedo mandar a alguien a que te lleve algunas cosas, ahora mismo lo mando tu simplemente espera un poco más, ¿sí?

-está bien...- el llego a esperar unos 20 minutos de pura tortura, cuando por fin alguien toco la puerta.


Gavi rápidamente se levantó de la cama para abrir la puerta, su mente no espero encontrarse con esa persona en ese momento tan íntimo y vergonzoso. Sus ojos se formaron en pregunta cuando vio al frente al mayor, su reacción inmediata fue cerrarle la puerta en la cara. Su corazón y mente iban a mil por hora, ¿Qué se supone que el haría?, ¿de qué manera él lo ayudaría...?

Sus ojos se transformaron rápidamente en enojo cuando recordó lo que se había enterado anteriormente, no podía creer que fuera omega, todos esos momentos que pasaron juntos, las miradas, los roces, ¿desde un inicio significaron algo más? No permitiría más malentendidos entre ellos, dejaría en claro sus pensamientos sobre él y que no le agradaba en absoluto que lo considerara algo más que un compañero, tal vez un amigo, no..., ni eso. Tal vez se comportaba como un niño, pero era su manera de esquivar los problemas.


Pedri sinceramente no había entendido muy bien las indicaciones de nico, pero lo que llego a entender era que un niño de la masia se encontraba en celo, por lo que lo mandaron a preparar algo y llevarle otro supresor un poco más fuerte, solo le hizo caso a nico por sus amenazas de revelarle a erick que él había tomado su celular para escribir que le gustaba maría la de fisioterapia en el grupo de amigos que tenían. En su mente era mil veces más gracioso, pero no espero recibir esa bienvenida del menor. Sin esperar mucho más gavi asomo la cabeza por la puerta para mirar y comprobar si realmente era la persona que había visto o era una premonición de su tonta cabeza, solo para darse cuenta inmediatamente y cerrar efusivamente de nuevo la puerta. No podría hablar con él mientras está en ese estado, pensaba, sentía como el calor volvía a subir por sus piernas para llegar a su cerebro lentamente.


-gavi abre la puerta, te traje algunas cosas... supresores, comida y un chicle- decía mientras rebuscaba entre las cosas que le había entregado nico para llevarle.

Como puede decir esas palabras con tanta naturalidad aun sabiendo en el terrible estado en el que se encontraba, pensaba el pobre gavi con temblores en las piernas mientras se dirigía a la puerta con la mente mas nublada cual mañana en invierno. Sus mejillas se encendían poco a poco más que antes, decidiendo finalmente con una fuerza que no sabe de donde saco abrir la puerta finalmente.

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