Cuando te enamoras sientes tu alma desgarrar solo por darle la felicidad a quien crees amar, ¿Pero porque desgarro mi alma por ti, que solo me ignoras y me haces cuestionarme y preguntarme que fue lo que hice...?
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— ¿Estás bien, JiMin? —preguntó TaeHyung, notando la tensión en el rostro de su amiga.
— No sé, Tae. Todo es tan confuso. ¿Cómo puedo dejar de preguntarme qué pasó entre nosotros? —susurró JiMin, mirando fijamente al suelo.
— Deberías hablar con él, JiMin. Aclarar las cosas te hará bien. —TaeHyung intentó darle un consejo sincero.
— No puedo, no me hace caso, y cada vez que intento, me siento más patética. —confesó JiMin con frustración.
TaeHyung la abrazó en un gesto de apoyo, pero antes de que pudiera decir algo más, ambas fueron interrumpidas por la voz de JungKook, quien se había acercado.
— ¿Hablando de mí, chicas? —dijo JungKook con una sonrisa arrogante.
— Déjanos en paz, JungKook. —respondió TaeHyung, defendiendo a su amiga.
JiMin decidió ignorar a JungKook y continuar su camino hacia el aula de clases, tratando de dejar atrás las tensiones del momento. Mientras tanto, el profesor la esperaba afuera.
— JiMin, necesitamos hablar. Esto no puede seguir así en clase. —dijo el profesor con seriedad.
JiMin asintió y entraron a la sala de profesores para discutir su situación académica. Mientras tanto, la incógnita sobre lo que realmente sucedió en su vida personal continuaba pesando en el corazón de JiMin, y la búsqueda de respuestas se volvía más urgente con cada día que pasaba en sus estudios.
La jornada escolar avanzó, y mientras JiMin intentaba centrarse en las lecciones, su mente seguía divagando hacia los recuerdos confusos con YoonGi. A medida que la tarde caía, se encontró nuevamente en el aula de literatura, reflexionando sobre el misterioso distanciamiento entre ellos.
TaeHyung se acercó, notando la mirada perdida de su amiga.
— JiMin, deberías hablar con YoonGi. No puedes seguir así, atormentándote con lo que pudo haber pasado. —aconsejó TaeHyung con preocupación.
JiMin asintió, reconociendo la validez del consejo de su amiga, pero la ansiedad la paralizaba. Mientras tanto, el profesor anunció una tarea de creación poética.
— Chicos, quiero que cada uno escriba un haikú. Deben capturar la esencia de un momento. —indicó el profesor, devolviendo a JiMin al presente.
La clase continuó con la actividad, y JiMin se sumergió en la creación poética como una forma de escape. Mientras escribía, intentaba plasmar en sus versos las emociones y dudas que la atormentaban.
Al final de la clase, TaeHyung le recordó sobre la importancia de abordar las cosas con YoonGi. JiMin, aunque temerosa, decidió dar el paso y buscar respuestas.
La jornada escolar concluyó, y JiMin se encontró frente a YoonGi en el patio. Aunque nerviosa, inició la conversación que tanto temía. Entre palabras sinceras y confesiones, comenzaron a desentrañar el malentendido que había afectado su amistad. O eso parecía, pero muy en el fondo sabía que la disputa no acabaría en una simple confrontación.
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