El rojo de tu cabello. (Kim Pine x Lector)

Introducción - Capítulo 0

Era tarde por la noche, estaba recién llegando a una fiesta y concierto en el dichoso Rockit. Las bandas que iban a tocar ya lo habían hecho, pero llegué en el momento justo de una pelea; aparentemente el bajista de la banda Sex Bob-Omb estaba por darse a golpes con el ex novio "malvado" de una chica con su cabello teñido en rosado.

Ambos se lanzaron a pelear y, sorpresivamente, el bajista al que apodaban como "El mejor peleador de la provincia" fue derrotado en un solo golpe. Sus monedas cayeron por el piso, el tipo resultó no valer mucho. Una completa lástima. Todos se quedaron mirando por un momento, pero terminaron yéndose sin darle la mayor importancia, excepto por los integrantes de la banda. Yo me acerque a ellos para poder saber mejor que había pasado, luego me iría, después de todo no era mi problema. Aunque no pude preguntar ni decir nada porque... La ví. Estaba apoyándose contra su batería, mirando hacia el suelo con monedas con nada más que decepción en su mirada. Su cabello brillaba, seguramente lo tenía bien cuidado, era simplemente hermosa de ver. Se levantó de dónde estaba y empezó a caminar hacia el poco grupo de gente que quedaba en el lugar, dónde yo estaba.

- Muy bien, pueden irse. Ya no hay show que dar, por si aún no se dieron cuenta.

Me quedé mirándola y entonces me decidí a hablarle, reuní valor por unos segundos y sin más me lancé a sacarle charla.

- Hey... Baterista pelirroja, que onda? Cómo te llamas? Es una lastima que el tipo se haya muerto, parecía agradable.

- ¿Agradable? Era un idiota, no lo conoces. Me llamo Kim, Kim Pine, y estoy más feliz que nunca.

Dijo ella, con su cara igual de apagada que antes cuando se postraba en el escenario

- Que pena por él de todos modos. ¿Quieres ir por ahí a tomar algo o lo que sea?

- ¿Me estás invitando a una cita, después de que un amigo mío se haya muerto? Me parece bien. Vámonos, ya me aburre estar aquí. Hasta mañana Stephen y Neil.

Tal parece que esos dos eran los demás miembros de la banda, no se veían tan impactados tampoco. Me fuí del lugar junto a la chica y caminamos hasta llegar a una cafetería, ahí dentro nos buscamos una mesa y esperamos que una mesera llegará, era tarde ya pero aún estaba abierto

- ¿Y tú cómo te llamas, idiota?

- Ah, perdón, soy _______ . Un gusto.

- El gusto es solamente tuyo, te lo digo. Pero como sea, quiero tomar algo rápido e irme a mi casa para dormir de una vez, mañana tengo que ir a trabajar.

- ¿Trabajas? ¿De que?

- En una tienda de VHS. Últimamente nos va mal por como avanza el mundo y las tecnologías y esas cosas, pero ahí estamos. ¿Tú tienes trabajo? No me sorprendería si dices que no.

- Si, porque? Trabajo en _____ . Y supongo que me va bien, no tengo ningún inconveniente hasta el día de hoy, no como tú.

Ella resopló y se quedó mirando hacia mi, entonces, la mesera llegó. Nos preguntó que queríamos y esperé a que ella pidiera algo primero

- Dame una malteada. Solo eso.

- Una para mí también.

La mesera se fue de nuestro lugar y llevó la orden a la cocina. Nosotros seguíamos hablando con normalidad

- Ese chico que se murió, dijiste que era tu amigo. ¿Tocaban juntos? Ojalá hubiera llegado temprano para oírlos tocar, tú pareces ser buena.

- Lo soy. Pero sonamos horrible, demasiado. Es mejor que no hayas llegado a tiempo, así no tenías que comerte todo eso. Y hablando de comer...

La mesera dejó nuestras cosas y se largó, dejándonos hablar de vuelta. Está vez fue más lento y al terminar nuestras bebidas, nos largamos y pagamos. La acompañe hasta su casa, dónde me contó que tenía compañeras de cuarto.

- Bueno, hasta luego, ____ . Otro día nos vemos.

- Hasta luego Kim, suerte con la banda. Ojalá encuentren otro bajista.

- Sehh. Bye.

Ella cerró la puerta detrás suyo y se quedó adentro. De inmediato empecé a caminar hacia mi casa, en verdad era una chica linda y con una actitud poco común, no era muy accesible pero seguramente podría lograr algo con ella, al menos ser amigos. Llegué a mi casa y me fuí directo a la cama, ya me sentía con sueño. Entonces note que tenía un mensaje en mi teléfono, de la chica Kim, le había dado mi número mientras hablamos en la cafetería.

- Hey, idiota. Mañana puedes ir a verme en el trabajo si quieres, a las cuatro. Buenas noches.

- Claro, buenas noches.

Dejé mi teléfono cargando, y me acosté de una vez. Me quedé durmiendo muy pronto.