Capítulo II

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Ya era martes y desde el viernes pasado, cuando había recibido la carta, no había ido al instituto. Por supuesto eso había alertado a mis amigas, pero de las que más mensajes y llamadas perdidas tenía eran de Yuqi, Shuhua y Soojin. Sin embargo no estaba de humor para contestarles, simplemente les había dejado entender que no me encontraba bien y no quería que me molestaran. Por otro lado, ayer había reunido el valor para abrir a Soyeon y preguntarle su resultado. Para desgracia de ambas, tampoco había entrado. La verdad es que tenía la sospecha que la menor se encontraba en un estado incluso peor que el mío, pero no tenía fuerzas para algo más allá de mandarle un mensaje de apoyo.

Pasé todo el día en la cama, saliendo solo para comer alguna cosa e ir al baño. Ni siquiera estaba con el teléfono, pues mis padres seguían preguntando por los resultados de la audición. Porque efectivamente, aún no les había dicho que no me habían aceptado. Me daba mucho miedo que lo supieran. Sabía que no me iban a regañar ni nada de eso, pero sentía que les debía mucho. Me habían pagado prácticamente toda la estancia en Seúl, y si no encontraba pronto una empresa, toda esa inversión sería en vano, y no podría devolverles el favor.

Realmente no quería pensar en eso, por lo que me giré hacía el otro lado de la cama e intenté dormir, pero justo cuando sentía que mi cuerpo se relajaba, el timbre de la casa sonó. Tardé unos segundos en levantarme e ir hasta la puerta. Una vez allí, vi por la mirilla que era Soojin.

- ¿Miyeon estás ahí? Por favor ábreme y hablemos- parecía ansiosa por hablar conmigo, sin embargo no me apetecía mucho. No quería ver a nadie.

- Hace días que no sabemos nada de ti- pude oír como dejaba su bolso en el suelo- me voy a sentar aquí hasta que abras, no es broma- sonaba un poco desesperada pero decidida.

Me quedé quieta ante esta situación, Soojin a veces podía ser muy molesta ¿No entendía que quería estar sola? Ya volvería a la escuela cuando me sintiese preparada.

- Deja de perder el tiempo y vete, estoy bien- dije lo suficiente alto para que me pudiera oír.

- Es obvio que no estas bien, déjame entrar, aunque sea para verte unos minutos- la menor seguía insistiendo, y no parecía que fuera a rendirse, por lo que tras unos segundos de duda, terminé abriendo la puerta.

Soojin se levantó del escalón que daba a mi casa, cogió el bolso y me miró, observándome de pies a cabeza.

- Nunca más te voy a creer cuando digas que estás bien- intentó bromear con media sonrisa, sin embargo en cuanto solté una pequeña risa, ella sonrió completamente- ¿Puedo pasar?- preguntó.

- ¿A caso tengo elección?- dije sarcásticamente, a lo que ella negó.

- Realmente no, pero siempre está bien preguntar- respondió pasando directamente a la cocina.

Una vez ahí sacó de su bolsa tres túperes llenos de diferente comida y dos refrescos.

Soojin podía parecer tímida y tranquila, pero si la conocías como yo, podías ver que en realidad luchaba por todos aquellos que le importaban. Ver que aunque no quería, había venido a revisar cómo estaba, creaba una calidez en mi pecho que no sabía describir.

- Mi hermana me ha dicho que lo trajera de su parte, también estaba preocupada- sonreí ante eso, Hyuna era un amor de persona.

Fui hasta la encimera para ver más de cerca la comida pero justo Soojin habló.

- Oye, no quiero hacerte una encerrona, pero es obvio que no has estado enferma ¿Puedo saber qué ha pasado?- su tono de voz era suave y daba a entender que si no quería hablar sobre el tema, estaba bien. Pero a lo mejor me iría bien desahogarme con alguien.

Producer ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora