Hogwarts Legacy y el Torneo de los Tres Magos

07. Encarcelada

Lana necesitaba encontrar a Natty lo antes posible, no podía enfrentarse a esto sola.  Después de mucho pensar, ella tuvo por seguro que quizás no era Sebastian quién le había enviado aquel mensaje la noche anterior. Si él y Harlow estaban juntos en esto, era más seguro que se lo hubiera enviado alguien en el que ella confiaba y ella conocía a Harlow muy bien y se había enfrentado a él. Miró en todos lados, no la pudo encontrar y la desesperación comenzó a apoderarse de ella.

Garreth no le podía quitar los ojos de encima y la fue siguiendo desde que había salido del Gran Comedor.

En algún punto, él la iba apoyada en la pared y cabizbaja. Tomó una bocanada de aire profunda a antes de deslizar sus pies lentamente hacia ella mientras trataba de controlar su propia respiración. No sabía como actuar cuando estaba cerca, era como si Lana fuera una bomba apunto de estallar. De algún modo él estaba miedoso pero al mismo tiempo le agradaba el peligro y le atraía mucho de ella. Tenía el deseo de protegerla, siempre la había contemplado a los lejos y finalmente había tenido la oportunidad de estar a su lado, no iba a permitir que se le escapará como humo entre sus dedos. Apoyó un mano sobre su hombro y ella se sobresaltó.

-¿Garreth? ¿Qué haces aquí?- Lana parecía desorientada.

-Podría preguntarte lo mismo- él estaba preocupada, y Lana solo quería que la dejaran tranquila. Pero por alguna razón ella no tenía el coraje de rechazarlo. 

-Necesitar encontrar a Natty, ahora, he de...he de decirle algo- contestó evasivamente.

-Bien, supongo que hoy es tu día de suerte porque yo sé exactamente dónde está- él le mostró una amplia sonrisa. Incluso a Lana le supo mal que él fuera tan amable con ella. No había olvidad el beso y como ella inmediatamente había estado ocupada con Ominis casi todo el tiempo.

-Dímelo Garreth, por favor- ella suplicada por ayudó. Él lo amó. 

-Mi tía me ha dicho que ella hoy estaría teniendo una reunión con la Profesora Onai y que era sobre el Torneo, y ya que todos los Gryffindor sabemos que Natty lanzó su nombre en el cáliz de fuego, quizás mi tía y su madre estén con Natty en su oficina- seguidamente, Garreth tomó la mano de Lana a través de los pasillos.

Como dijo él, allí estaba Natty. Se encontraba fuera de la clase de transformaciones, debajo del porche. Lana le explicó todo, Garreth también escuchaba con atención. El rescate de los Puffskeins, lo que los cazadores furtivos dijeron sobre Harlow y que la conspiración del estudiante, además del mensaje en su espejo la noche anterior.

-¿Me ayudaréis?- Lana les pidió.

-Por supuesto- dijeron ambos al unísono.

-Pero por favor,  no le digáis nada a Ominis si no es necesario, él...él no lo entendería- el simple hecho de mencionarle hizo que Garreth se molestara pero el se comportó como si no fuera un problema. Ella era más importante.

-Él tiene que saberlo, es tu amigo- añadió Natty con el ceño fruncido.

-Envíale un mensaje si es esencial, una vez estemos allí y solo si hay peligro- Lana intentó convencerla y así fue. Natty asintió.

Tuvieron que andar hasta estar fuera del radio de protección del castillo de Hogwarts para poder desaparecerse y aparecer cerca del castillo de Rookwood, varios kilómetros al sur. La desaparición era unos de las habilidades más útiles que Natty y Lana habían logrado en sus TIMOs en el quinto año, aunque estuviera reservado para estudiantes de séptimo año. De hecho, fueron las únicas en toda la clase que eran capaces de realizarla y la Profesora Weasley les permitió realizar el examen más temprano a causa de sus excelentes calificaciones. Aparecieron bajo un pequeño candelabro que iluminaba el sinuoso camino que llevaba a la cima. Unos metros por debajo del castillo, por seguridad. Ya que ninguno sabía que podrían encontrar más adelante. Se escondieron entre la maleza a medida que se acercaban al lugar. Se escuchaban algunas voces a los alrededores, dentro de los altos muros de piedra de la fortaleza, lo que quería decir que había mucho movimiento en la zona. En su mayoría, duendes.