Las vacaciones se aproximan misteriosamente rápido. Hyukjae creyó poder gozar de algunos días de calma antes de enfrentarse a la Navidad y todo lo que conlleva, pero se equivocó. En otro tiempo le habría emocionado la idea de no presentarse a trabajar por dos semanas completas. En este momento dichas festividades son sinónimo de peligro.
Hay un intercambio de regalos en la oficina. Hyukjae por cuestiones prácticas se niega a participar. Su suerte es tan mala que el papel que sacará de la bota navideña tendrá escrito el nombre de Kyuhyun, y como no puede darle a su compañero una rata muerta, se excusa frente a sus compañeros con la falta de dinero (que realmente es cierta) y consigue salir bien librado. Dara tampoco asiste, argumentando que sin su presencia la fiesta sería aburrida.
Deciden mejor hacer su propia reunión en su cafetería favorita. Degustan una rebanada de pastel de frutas junto a un buen vaso de ponche y acuerdan intercambiar regalos estúpidos. Ambos se arrancan carcajadas con sus elecciones. Ella le obsequia un kit de condones y lubricante sabor uva para el viaje, y él una tanga de hilo color rojo para atraer el amor el próximo año. Antes de despedirse prometen escribirse a menudo y Dara le recuerda llevar su regalo en la maleta. Hyukjae le dice que no hará falta. A menos de que planee tener sexo consigo mismo ese lubricante y condón no servirán para nada.
Esa misma noche llama a Donghae para informarle la hora y el día en que partirán a Japón. Un gesto tan sencillo como sacar su número de la lista de contactos bloqueados le toma cerca de media hora. Es como si se estuviera traicionando a sí mismo al volver a hacer partícipe a Donghae en su vida, pero a menos que Hyukjae descubra cómo comunicarse por telepatía debe volver a registrar su número. Los lindos emojis de corazones y gatitos con los que en el pasado lo identificaba son reemplazados por cacas apestosas.
Gasta el poco dinero restante de su tarjeta en un juego de broches para ropa con forma de corazón de una tienda de antigüedades para Rei. A su sobrina le encanta personalizar su uniforme escolar y está seguro de que le gustará. A su hermana le lleva una chaqueta de cuero bastante de su estilo y a Donghae, sus mejores deseos para no matarse mientras estén juntos.
El día del vuelo intenta descifrar a través del tono de su voz su estado de ánimo, previendo así que tantas ganas tendrá de lanzarlo por la ventana del avión. Pero Donghae se limita a mostrar una actitud neutra, ni demasiado feliz ni demasiado amargada. Podría decirse que mantiene la calma, muy diferente a él, que desde que puso un pie fuera de la cama le temblaron las piernas.
Carga con poco equipaje, entre menos cosas empaque, más rápido regresará. O eso piensa él. Es una forma muy tonta de evadir la realidad, pero Hyukjae piensa aferrarse a cualquier cosa que le dé, aunque sea, cinco segundos de paz. El viernes por la mañana se encuentra con Donghae en una de las salas del aeropuerto. Llegan al mismo tiempo y su ex luce impresionante usando una chaqueta de cuero, camiseta gris y jeans ajustados. Hyukjae previniendo el cambio de clima se puso un aburrido suéter café, pans y tenis cómodos. No le parece justo que Donghae esté tan guapo. No es una competencia, pero siente que su ex ya lo está dejando atrás en todo.
—Empacaste poco —le comenta Donghae cuando se echan a andar hacia la sala de abordaje. Hyukjae imprime con mayor firmeza los dedos al asa de la maleta y no contesta por miedo a haberse imaginado el diálogo en su cabeza—. ¿No dijiste que nos quedaríamos hasta el lunes? —insiste en hablar.
—No quiero pagar por sobre equipaje —se excusa al entender que la charla es real. Donghae parece creerle porque no agrega nada más. Lamenta terminar tan rápido con la conversación, pero teme decir algo fuera de lugar y que él lo miré con fastidio de aquí a que termine el viaje.
El avión va casi lleno. Al dividirse en 3 asientos cada fila tienen un acompañante. Para su buena suerte el suyo es uno de esos adolescentes involucrados más con la tecnología que con los seres humanos. Usa auriculares de diadema y juega una partida bastante intensa de Candy Crush en su teléfono. Hyukjae se abstiene de husmear su nivel. En sus tiempos libres llegó al 700, pero conoce casos de personas que alcanzaron hasta el 2,000.
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Vuelve a mí por un momento |EunHae
FanficSu Navidad está resultando peor de lo que pensó. Su sobrina acaba de meterlo en el enredo más absurdamente grande de su vida. Hyukjae odia ser tan débil. Pero definitivamente odia más a su ex. Ese mismo al que debe convencer de acompañar...