—No— respondió con tanta seguridad y firmeza que hasta él mismo se sorprendió ante su tono, alzando la mirada para encontrarse con los ojos molestos de su madre.
Su cuerpo temblaba levemente, el miedo y la adrenalina mezclándose para convertirse en un desastre que lo revolvía por dentro e intentaba que no saliese, no quería que la alfa viera lo asustado que estaba.
—¿Te atreves a desobedecer a tu madre? ¿Te atreves a, simplemente, alzar la cabeza ante un alfa? ¿Enserio tengo que ser más dura contigo para que entiendas tu lugar, Xiao Zhan?— oh, Dios, su madre estaba tan molesta, pero debía ser fuerte.
—¡Estoy cansado de todo esto!— exclamó cerrando sus puños— Estoy harto de tus reglas y de que mandes en mi vida siempre, estoy harto de que critiques a mis amigos o a cualquier persona que veas en la calle simplemente porque no te gusta como viste o actúa, ¡estoy cansado de esto! ¡Quiero libertad!
—¡Xiao Zhan, no le alces la voz a tu madre!— ella igualmente gritó, dejando el cuchillo a un lado mientras se volteaba para ver mejor a su hijo, la ira corriendo por sus venas.
—No, mamá, ¡ya estoy cansado de siempre seguir tus estúpidas reglas! Quiero vestirme como se me de la gana, salir y divertirme, quiero sentirme seguro conmigo mismo y dejar de mirarme en el espejo con temor a lo que vayan a decir los demás, a lo que vayas a decir tú...
—Oh, Zhan, solamente estoy intentando convertirte en un buen omega, no como esos cualquiera que veo en la calle con sus ropas cortas o sus actitudes coquetas, parecen tan desesperados por simplemente conseguir algún alfa y luego se quejan cuando alguien les hace algo, pero tú eres un buen niño— su tono se volvía falsamente gentil mientras tomaba su rostro otra vez— Y es todo gracias a mi.
—No— apartó sus manos con cierta brusquedad— No quiero que sigas manipulandome con tus palabras, no quiero que me hagas sentir inseguro conmigo mismo, tal vez por eso mamá se fue.
—Xiao Zhan, silencio— estaba tan enfadada, podía notarlo en su voz, pero también había una pizca de tristeza filtrándose.
—¡Nunca la dejaste en paz! Siempre estabas susurrando cosas, aplastando sus sueños, degradándola a ser simplemente una omega obediente y dedicada al hogar ¡cuando no tiene que ser solamente así!— el fuerte sonido de la piel chocando resonó por toda la cocina, su mejilla ardía ante el golpe de su madre quien mantenía su mano en alto.
—Te dije que te callaras— explotó, su voz de alfa era la que hablaba ahora ocasionando que sus piernas se sintieran débiles, sus rodillas temblando— Ahora a tu habitación, estas castigado.
Alzó la cabeza, dispuesto a dar pelea aun si sentía que todo su cuerpo se rendía.
—¡A tu habitación dije!— y, con la cabeza gacha, obedeció nuevamente las palabras de su madre.
Su omega temblaba al igual que él y las lágrimas se acumulaban al borde de sus ojos, rompiendo en llanto al llegar a su cuarto y cerrar la puerta.
Lloraba por el miedo, por el dolor, por la rabia acumulada, lloraba de pura impotencia.
Por primera vez se había atrevido a alzar la cabeza, a elevar su voz, a enfrentarse a su madre aún sabiendo que sería el perdedor.
Deseaba tanto en este momento estar en los cálidos brazos de su otra madre, aquella que lo acunaba al dormir, tarareando una suave melodía antes de dejar un cálido beso en su frente. Pero ella lo había abandonado, abrazándolo una ultima vez, murmurando una disculpa antes de salir por aquella puerta y nunca mas volver, dejando todo atrás, abandonándolos.
Lo había roto, tanto a él como a su madre, cuyo corazón seguía herido y le había prometido, mientras calmaba su llanto ese día, que ella jamás se iría, que lo cuidaría y jamás le haría daño, que lo amaba y adoradoba porque era su pequeño... pero aquí estaba, siendo herido otra vez por la alfa que decía quererlo.
Como deseaba que Yibo estuviese aquí para consolarlo, para brindarle esa calidez diferente que tanto estaba buscando, quería sentir sus fuertes brazos rodeándolo, sus manos acariciando su cabeza y labios sobre su frente, quería escuchar su dulce voz que le diría que todo estaría bien, que debía seguir peleando por lo que quería.
Esa noche durmió abrazado a su peluche Gudetama, con sus ojos rojos e hinchados, pero su lobo un tanto emocionado pues, a pesar de todo, por primera vez había demostrado que no tenía que ser por siempre un omega débil, dedicado solamente a obedecer a los alfas, a someterse ante estos.
Él también podía alzar su cabeza, gritar y enfrentarlos porque los omegas también eran fuertes. Y ningún alfa o beta debería hacerlos sentir de otra manera.
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𝐏𝐚𝐬𝐭𝐞𝐥 𝐁𝐨𝐲|| 𝚈𝚒𝚉𝚑𝚊𝚗
Fanfiction⿻↬ 𝐏𝐚𝐬𝐭𝐞𝐥 𝐁𝐨𝐲ᵎ ˖ ˙ Ϟ ˑ ˑ Ꜥ꧖┋ 𝐴𝑢𝑡ℎ𝑜𝑟𝑖𝑧𝑒𝑑 𝐴𝑑𝑎𝑝𝑡𝑎𝑡𝑖𝑜𝑛𓂅 ♡ »Donde Zhan comienza a sentirse atraído por el lindo chico de prendas pasteles. »Se suponía que los alfas no usaban ropa colorida, ni mucho menos pastelos...