Brotes de Amor - SettxAphelios

CAPÍTULO 3: El café

Aquella mañana, despues de varios días de mal humor y un tanto de decaimiento. Me sentía bien.

Intentaba pensar que la proxima presencia de Sett mientras saldríamos a tomar un café no tenía nada que ver al respecto, pero la verdad es que sí.

El nerviosismo que crecía dentro de mi también era grande, pero intentaba pensar que al menos Ezreal y Alune estarían presentes y yo no tendría que ser el que establecería toda la conversación, ya que, como se sabe, no me gusta mucho hablar.

Cuando dieron las 11am, como reloj, llegó Ezreal. Venía acompañado de Kayn, su novio. Me sorprendió un poco ya que era raro que se apareciera por esos lugares, pero no me preocupó mucho. Me acerqué a saludarlo con la mano pero él la tomó y me dio un abrazo, siempre era así.

— Hola Aphelios, tanto tiempo — me saludó, yo levanté la mano — Hola Alune, Hola Yuumi — se acercó a hacerle cariño a la gatita mientras le daba un besito en el cachete a mi hermana.

— Traje a Kayn ya que tengo muy malas noticias — anunció Ezreal, levantando los brazos con exageración mientras se lamentaba — Resulta que no podré asistir a la reunión de hoy, tengo que salir urgente con Kayn, vamos al hospital.

Mentira, ninguno de los dos lucía enfermo.

— Kayn esta enfermo, de... ¡Del estómago! No se imaginan como lleva toda la mañana, pobrecito. De todos modos, no podré asistir, tengo que dejarlos a ustedes y a ese hombre fuerte.

Siguió lloriqueándole un rato a Alune mientras Kayn se había tomado muy bien el hecho de que su novio llamase hombre fuerte a alguien, comprendiendo que seguramente era de broma.

— Lo siento chicos — murmulló — Debemos irnos, ojalá la pasen bien en su linda junta de la tarde.

Salieron por la puerta luego de despedirse, yo aun sin creerme que mi mejor amigo me había dejado solo. Al menos, aún tenía a mi hermanita para acompañarme, ella era buena para hablar así que seguramente podría sacarle información y establecer conversaciones con Sett.

Dijo Alune, todo lo que pude pensar fue :

Oh, no.

— ... Es que igual debo salir hoy, prometí a mi amiga Diana que iría a acompañarla durante la tarde, queremos salir a beber cocteles.

La miré con cara de muerte, de verdad no podía creer que me estuviesen haciendo esto, seguramente lo habían planeado a mis espaldas.

— ¿Es broma? — pregunté serio. Ella mostró un poco de temor o arrepentimiento en su rostro pero volvió a hablar muy fuerte para mi gusto.

— ¡Es verdad! Está teniendo problemas con su novia, debo ir a acompañarla.

Dios mío.

No lo podía creer, lo habían hecho.

Me habían dejado solo con el hombre fuerte.

....

Cuando Alune se fue, aun intentaba hacer que mi cerebro funcionara ante la idea de que aquel hombre vendría a mi florería a tomar un café, y que yo estaría solo.

Llegaría a las 6, eran las 5.30 y con la media hora que faltaba aproveché de tomar una ducha corta y vestirme un poco más decente de lo que usualmente lo hacía, ya que siempre usaba ropa más holgada pues trabajar aquí hacía que me ensuciara siempre.

Dieron las 6 y aún no llegaba, quizás era de estos hombres que o siempre llegaban tarde porque estaba ocupado o simplemente no le gustaba llegar a la hora, era poco cool.