Hola, mi nombre es Daniela y como vieron en la historia anterior. Ya definitivamente he logrado conseguir mi objetivo, no del modo que quería, pero ya lo tengo. Soy una bebé adulta en toda la extensión de la palabra.
Bueno el punto aquí hoy, es que les voy a compartir una breve historia de algo que ocurrió cuando yo tenía 10 años y se podría decir, fue mi primer acercamiento al gusto por los pañales y yo lo desconocía---Narra Daniela—
Mamá de Daniela. Ya todo listo para la gran boda, hermanita.
Tía de Daniela (Sofía). Ya casi solo nos falta un detalle.
Mamá de Daniela (Adriana). ¿Por qué, que falta?
Sofía. Me falta la niña pequeña que mete las flores.
Adriana. Por eso estas así, creí que era más grave, exageras.
Sofía. Es que no entiendes, si no hay niña. La familia de Miguel y el van a suspender la boda, ya que, en su tradición familiar, aseguran que eso nos dará la felicidad para tener hijos.
Adriana. Perdón que lo diga hermanita, pero es una estupidez y que vas hacer.
Sofía. Por eso te hablaba, ya que la única niña pequeña.
Adriana. Es Daniela, pero ella tiene 10 años casi 11.
Sofía. Si lo sé, pero ahí tenemos una ventaja que, con la ropa adecuada y ciertos accesorios, pasará desapercibida como una niña no mayor a 5 años.
Adriana. Con ropa a cuál te refieres.
Y le mandan fotos de la ropa que se le pondría a su sobrina. Junto con zapatos de charol a color, medias blancas y lo más importante.