[one shots] Call of Duty.

"Ghost"

- Entonces... "Luci"? ¿Así te llaman?- asentí lentamente, mi mirada bailó entre la suya y los papeles que tenia en la mano.- Bien.

Dejó caer los papeles sobre su escritorio, me invitó a sentarne y él hizo lo mismo.
Comenzó a firmar y sellar los documentos y deslizó una hoja frente a mi para que la firme.

- Éste es el contrato, todo está ahí. Léelo y dime si algo no es correcto.- Sonreí nerviosa y comencé a leer la hoja, todo parecía según lo acordado. Mordí el interior de mi mejilla, aún con dudas, firmé el papel.
Le dí el documento con mi firma, lo selló y sonrío sin mostrar los dientes, se paró de su silla y rodeó el escritorio, extendió su mano y la acepté rápidamente, también poniéndome de pie algo torpe por los nervios.

- Bienvenida, Luci.- copié su sonrisa y le dí las gracias, Price separó nuestras manos, tomó el teléfono de línea que estaba en su escritorio e hizo una llamada.- Leo vendrá en cinco a mostrarte el lugar y tu puesto de trabajo.- sostuvo un puro entre sus labios y adoptó una posición relajada pero intimidante.- Ya sabes donde está mi oficina, Luci. No dudes en venir a mí si tienes algún problema.

- Gracias, Señor Price.- Acomodé un mechón de cabello que escapó de mi coleta. Sonreí dulcemente y suspiré con algo de emoción.- Definitivamente lo tendré en cuenta, y no se preocupe, le prometo que no tendrá quejas sobre mí.- lo miré decidida. El capitán soltó una risa nasal y asintió con la cabeza, divertido. Un golpe en la puerta nos hizo mirar en dirección a ésta, Price ordenó que pase.

[...]

- Y ésta es la cocina.- Dijo, señaló el lugar; dónde se guardaba cada olla, sarten, y cubierto, también me mostró el almacén donde tenían los alimentos secos, y el freezer donde guardaban los congelados.- Price me dió tu plan de comidas, le hice algunos ajustes en base a la dieta de algunos soldados y lo que acostumbran a comer.- me entregó un pequeño menú y comencé a ojearlo detalladamente.- ¿Todo en orden? Si hay algo que no puedas hacer...- Dejó lo dicho en el aire esperando que diga algo.

- No, no. Todo en orden.- Sonreí, estaba algo nerviosa y emocionada a la vez.

Leo sonrió y chasqueó la lengua, divertido.- ¡Bien! Podrías empezar pelando y troceando lo que está en esa bolsa.- señaló una bolsa con verduras que estaba al lado de un gran horno a leña.

- Si, Chef.- suspiré con pesadez, la última vez que estuve en una cocina me encargaron la limpieza. Esto no era tan diferente, pero al final, es el trabajo que nadie quiere hacer. Definitivamente debería lucirme pelando esas papas para que confíen en mi cocina.

- Los demás vendrán a las 10hs, si puedes tener todo listo para entonces te lo agradecería mucho. Por lo general la comida se sirve a las 12:30 o 13hs.- asentí con la cabeza rápidamente, Leo se despidió y me deseó suerte. Con pesar, comencé a pelar y cortar lo que él me pidió.

[...]

A las doce con tres minutos la cocina era un lío. Generalmente el ambiente en la cocina es tenso, pero acá, el aire se podría amasar y hacer pizza para todo un escuadrón, con reclutas incluídos.
Me tenían de acá para allá, limpiando desastres que parecían puestos adrede.
A las doce con cuarenta y seis minutos solo faltaba llamar a comer.

- ¡Hey, la nueva!- Levanté la cabeza, me encontraba de rodillas en el piso, limpiando una mancha que juraba era el diseño de la cerámica. Me levanté, con las piernas algo dormidas y los brazos pesados, esperando nuevas tareas. Las cocineras se miraron entre ellas con complicidad y una habló.- Ve a llamar a los chicos, diles que la comida está lista.

Las miré de forma sospechosa, me quité la cofia, una vez salí de la cocina. Acomodé mi delantal y mi cabello, caminé segura pero mirando al piso hacia los rincones de la base que anteriormente me había enseñado Leo.
Finalmente fui al campo de entrenamiento, me detuve a unos metros del centro y llamé a comer, pero nadie parecía escucharme o prestarme atención. Suspiré con frustración, acune mi voz con mis manos y volví a gritar. Nada.