Mikael—¿De dónde carajos salió ese piloto? —dije cuando ya la carrera había terminado. Todos estábamos muy decepcionados por los últimos resultados de las últimas carreras. Desde que llegó el nuevo equipo Capa, no han dejado de ganar las estúpidas carreras.
—¿Viste lo que hizo ese idiota en la pista? —pregunta Parker al salir del monoplaza.
—No se controla, en la próxima carrera alguien va a terminar lastimado o simplemente muerto —responde Diego, el cual se puso al lado mío.
—Deberíamos hacer un reporte a la FIA, no se puede continuar con un tipo así. Aparte de que ese monoplaza no es normal, no sé cómo va tan rápido —mencionó Parker.
—Yo sí sé cómo —respondió Diego sin pensar, consumido en sus pensamientos.
—¿Cómo? —pregunto prestando atención a sus reacciones.
—Olvídenlo, no dije nada —Parker y yo nos volteamos a ver al mismo tiempo. Sin saber el porqué.
—Bueno, muchachos, es hora de recoger nuestras cosas y ahora continuar con la siguiente carrera — dijo Diego para que todo mundo empezara su labor.
2 horas después
Estaba en una cafetería que me había recomendado Parker, por lo tanto, fui a ver cómo estaba. Necesitaba pensar en cómo puedo incrementar la velocidad, tal vez con ayuda de un nuevo motor, neumáticos, cambiar la estructura del monoplaza. Algo que me ayude a poder superar a Capa. No soporto que estén ganando las carreras, y mucha gente ya empieza a hablar de ellos. Todos saben quién soy, ninguna persona puede decir que no me conoce. El mejor piloto de la Fórmula 1, el más grande, majestuoso, veloz y claro, hermoso. Tengo el ego alto, no soy de andar pidiendo disculpas, solo importo yo. Mi carrera empezó de joven y necesito terminarla al máximo. Tengo mucho tiempo todavía, pero no me importa. Necesito ser el mejor en todo, no por eso me mato siempre en los buenos entrenamientos. Y los ejercicios para poder mejorar mis habilidades.
Pedí un café, hasta que vi a Diego hablar con el director de Ferrari. No es común verlos hablar, se odian a muerte. Me senté en una de las mesas al lado de una ventana, para poder escuchar la conversación sin que nadie me viera.
—La necesitas, debes admitirlo — dice el director de Ferrari, dejándome confundido con sus palabras.
—No sé de qué me hablas —le responde Diego, haciéndose el despreocupado de la situación.
—Hablo de Isabel. No creo que te hayas olvidado de ella. En serio, necesitamos saber que tiene ese auto —Diego lo empieza a mirar mal. Con rabia y odio. Nunca había escuchado ese nombre.
—No te atrevas a nombrarla. No es nada mío —Diego se levanta para poder retirarse del lugar.
—Yo solo quería tomar un café tranquilo, ahora veo que no puedo. Pero si no la buscas tú, lo haré yo, que yo sí tengo los huevos de afrontar la realidad y decirle la verdad —responde el director de Ferrari para irse de la cafetería.
—Necesito encontrarla, dime que todavía tienes su número —dijo Diego por llamada.
—Ya te lo envío —responde la persona de la llamada sin lograr escuchar lo demás que le dijo.
—Bien, gracias.
Corta la llamada y se retira del lugar. Dirigiéndose a una parte más alejada de la gente. Empiezo a seguirlo sin que me note. Hasta que veo que empieza a marcar un nuevo número.
—¿Qué quieres? —logro escuchar de una voz femenina, pero enojada a la vez.
—Necesito tu ayuda, la necesito ahora —dice Diego, exigente, como siempre lo ha sido. Un hombre con ego alto, que no le importa lo que digan los demás, y mucho menos que le importa alguien más a menos que sea él.
—Si quieres mi ayuda, tendrás que venir donde estoy. No pienso volver ahí. Esta vez será a mi manera —responde la persona del otro lado de la llamada.
—Si tú ganas, mándame la dirección y los datos. Necesito que entrenes a mi piloto, digo pilotos —responde orgulloso. Sé que con piloto se refiere a mí. Soy el mejor de la parrilla, nadie lo puede negar. A pesar de que los de Capa ahora estén ganando todas las carreras, no voy a dejar que ningún maldito se interfiera en mi camino.
La persona dice algo más, pero no logro escucharlo. Y de la nada sale el grito de Diego, enfurecido con esa persona.
—Ahora, ¡la quiero ahora! —termina de decir para después cortar la llamada y salir del lugar.
Por más que piense de quién se puede tratar, no logro saber quién es. Diego es privado en su vida privada. Nunca se le ve con alguien. Es un alma sola que no le interesa pasar el tiempo con otra persona.
Aparte, nunca se le ha escuchado algo de tener hijos, no es para nada abierto en ningún tema a menos que sea profesional. Pero si llamó a esa persona, es porque le tiene confianza, ya sea en lo que hace o en su persona como tal. No sé qué pensar, puede ser cualquier cosa, me sorprende que sea una mujer, pero si es una corredora necesito ser mejor que ella. Pero no creo que sea eso, ninguna mejor en la historia ha podido superar al hombre en ese aspecto.
Sin lograr entender nada, voy a mi habitación del hotel donde nos estamos hospedando, necesito mejorar las estrategias para las siguientes carreras, si no no voy a poder ganar el campeonato, y tampoco el de escuderías. Llamo a Parker para revisar las estrategias que también él preparó, pero antes de colgar la llamada le pregunto.
—¿Sabes si Diego tiene a alguien cercano, ya sea como hijos o hijas? —preguntó rápido y directo.
—¿A qué viene esa pregunta? Pero la verdad no tengo idea, él nunca habla de su vida privada —responde con el largo suspiro.
—¿Y algo tal vez de una mujer? No sé, algo de tener una relación a distancia —sigo intentando averiguar algo más.
—No, Mikael, nadie en el equipo ha mencionado algo parecido, ni siquiera a Diego, a él no se le escapa nada de nada —responde Parker sin entender nada de lo que le estoy preguntando.
—Lo sé, solo preguntaba. Mañana seguimos las estrategias —digo para después cortar la llamada y poder irme a la cama.
Pero antes de conseguir dormir tranquilamente, llega un mensaje al grupo del equipo. Dejándome sin habla por completo.
Mensaje: "Preparen sus maletas, mañana mimos nos vamos para Colombia."
¿Qué putas? Pero en Colombia, ahí no hay ningún circuito ni nada por el estilo. Esto va a ser el peor error de mi vida.
Ahí fue cuando iba a empezar la verdadera carrera, la mejor o peor que hubiera podido tener. Sin saber verdaderamente quién me esperaba. Sin saber que ella iba a estar ahí. Jodiendo de nuevo mi vida, logrando sacar mi mayor secreto que nadie podía saber.
Esa fue la última noche de paz y tranquilidad en mi vida.
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Una carrera, una vida
RomanceImagínate ser la hija de un director de la Fórmula 1, donde nadie sabe de tu existencia. Hasta que de pronto llega un nuevo piloto, que arrasa con todos. Por lo tanto, mi padre llamará por mi ayuda, junto con su equipo, para poder vencer al nuevo ri...