Capítulo 5

455 23 6
                                    




Mikael

No podía negar que fue una carrera increíble. No sabía cómo, ni porqué. Pero la que más me llamó la atención resultó ser la hija de Diego.

La carrera fue rápida, pocas vueltas alrededor de la pista. Aparte de que no era una pista complicada. Pero ese accidente pudo ocasionar hasta la muerte de uno de los tres pilotos. Pero es la manera en que ella logró superar a su enemigo, la manera más elegante de poder rebasar a tu oponente. A ella, solo a ella se le ocurre.

Diego pasó toda la carrera tenso, intentó parecer que no, pero su mirada llena de rabia decía lo contrario. No sé por qué, pero en su mirada solo se ve decepción.

Cuando termino la carrera, Diego, Parker y yo bajamos de las graderías. Todos los invitados estaban vueltos locos con el resultado de la carrera. Creo que la mayoría apostó por el equipo perdedor.

Por la parte de los pits estaba ella, con los demás pilotos de la carrera y al parecer con el resto del equipo. Y Diego se acercó a hablarle por detrás.

—Pudiste hacerlo mejor, fue pésimo lo que hiciste allá en esa pista —le dice sin importancia, desaprobando todo lo que hizo en la carrera.

Antes de venir a la carrera tuve una conversación con Diego, no fue la más agradable. Fue antes de entrar a la casa en la que nos estamos hospedando.

—Te voy a advertir algo, Jones, no te quiero cerca de mi hija. Sé qué tipo de cosas te gustan con las mujeres, y las utilizaré. Y no quiero que esto se vuelva un romance patético. Necesito que sea profesional. Solo observa cómo maneja el monoplaza —me dice con cara de que me va a casar.

—¿Por qué me interesaría tu hija? Ni la he visto en persona, ¿cómo me voy a meter con alguien así? —respondo sin darle importancia a lo que diga, además, no creo que sea la gran cosa.

—Cuando la veas, no vas a decir lo mismo.

Y ahora sé por qué me lo advirtió. Desde que entró con su gran entrada en el edificio, fue como ver a una diosa que no pertenece a este mundo. Iguál no es que me vaya a interesar por ella. Pero admito que cada mujer tiene su belleza. Pero nunca había admirado a una como tal, hasta que llegó ella.

Cuando Diego me presenta con Isabel, bajo la mirada a sus ojos y cuando ella los sube, no pude hacer nada más. Putos ojos de esta mujer. Una dríada de ojos color avellana, con mirada decidida, profunda, intensa, que deja sin aliento a cualquiera que tiene la oportunidad de llegar a verlos.

—Así que por fin conozco a la hija de mi director —le digo para poder intimidarla, pero por lo que veo no lo logro.

—Y vos sois su piloto estrella. Pensé que iba a ver algo mejor —responde mirándome de arriba a abajo, viendo cada parte de mi cuerpo detalladamente.

—Mmm, veo que tiene agallas, ¿quién sabe si también en la pista? —no voy a dejar que tenga esa actitud conmigo, ¿quién se cree? Por correr en una carrera no quiere decir que sea la mejor.

—Por lo que veo, tienes malos ojos —me dice para después empezar en una batalla de miradas—, yo no iba a ceder, y al parecer, ella tampoco. Pero no me importa, tengo su atención, es algo que me eleva el ego, porque sabe perfectamente quién soy.

Es de estatura media, pero más pequeña que yo. Cuerpo tonificado, piernas trabajadas por el ejercicio, curvas voluptuosas, abdomen plano, pechos redondos y perfectos, con su melena larga de color castaño oscuro.

Antes de seguir con el debate de miradas, se da la vuelta, ya que Diego le habla, y por fin, veo lo que quería ver, el hermoso trasero de esta mujer. Bien definido y trabajado. Pero lastimosamente no pude mirar más, porque lo único que logro escuchar es.

—Mañana a primera hora. Traigan todo lo que necesiten —dice— para después alejarse con su equipo en el paddock.

Todos los invitados se empiezan a ir, pero antes de salir de la pista, Diego se topa con al que es el coordinador del evento en general, Blake.

—Hasta ahora te atreves a llamarla, no sabía que tenías huevos —le dice a Diego con asco.

—No tengo por qué dar explicaciones y menos a usted.

—Ojalá pagues todo el sufrimiento que le causaste, desgraciado —dice rabioso, hasta que se acercó a Diego para quedar cara a cara. Pero procedió a retirarse del lugar.

Dándome a entender que hay razones justificables para que la relación entre Diego e Isabel no sea buena. Explicando por qué él nunca llegó a mencionarla o contar que tenía una hija.

Nos dirigimos a la casa y antes de poder irnos los tres a descansar, Diego nos dice que tenemos que estar listos a las 6 de la mañana, linda manera de empezar el día.

Intento descansar y no lo logré, me dieron las 3 o 4 de la mañana pensando en que era lo que nos iba a enseñar. Ya sabemos manejar el monoplaza, tenemos entrenamientos de todo tipo para ser los mejores. Entonces, ¿qué nos iba a enseñar?

Logrando descansar como una hora, llega Parker a despertarme.

—Vamos, hombre, levántate ya, que se nos hace tarde.

—No necesito que me despiertes —le respondió enojado por el mal descanso que tuve.

—Uyyyyy, dices eso y mírate. Peor genio no puedes tener —responde para tirarme la toalla en la cara.

—En 10 estoy listo —le digo para que se vaya de la habitación.

—Te voy a esperar para desayunar algo antes de irnos. Por cierto, Diego se fue, dijo que tenía que resolver unos asuntos; finalmente se retira de la habitación.

Me alisto y bajo para comer algo. Aunque me quedé con la intriga de qué asuntos tenga que hacer Diego. Pero tendré que averiguarlo de otra manera.

Terminando de comer, suena la bocina de un carro afuera de la casa. Parker sale a ver de quién se trata y es de Taylor con Lucía.

—Buenos días, espero que estén muy bien y con energía, ya que la van a necesitar mucho el día de hoy —dice Lucía y parece que Parker se queda sin hablar, porque no dice ni una sola palabra.

—¿Dónde nos van a llevar? —Le pregunto para saber dónde vamos a ir a " entrenar".

—Vamos a una pista, pero diferente a la de ayer.

—Necesitamos que lleven ropa de cambio, porque se van a querer asear —dice Taylor, lo cual no entiendo por qué lo dice.

—Dennos 5 minutos y estamos listos —responde finalmente Parker. ¡Como que logro volver a la realidad de nuevo!

Ya estando listos, con todo lo necesario. Vamos al carro deportivo, McLaren. Al parecer tienen buen gusto, algo bueno.

Empezamos el trayecto hasta que por fin llegamos a nuestro destino.

Y no entiendo qué hacemos aquí. Esto no tiene nada que ver con Fórmula 1, no sé qué hago aquí, ni con mi vida.

Nos trajeron a una pista de tierra, que al lado tiene un gran garaje. Cuando lleguemos ahí, vemos al resto del equipo. Y ahí es donde llega ella.

—Buenos muchachos, ¿listos para el entrenamiento? —pregunta con una sonrisa sarcástica, algo trae entre manos.

—La verdad no. ¿Qué vamos a hacer aquí? —le dice Parker, a lo que ella le responde con toda la tranquilidad posible.

—Pues, a correr.

Definitivamente, acaba de empezar el peor infierno de todos.








——————————————————————————————————————————————————

Para aclarar, la palabra dríada significa que son las ninfas de los robles en particular y de los árboles en general. Diosa en general.

Una carrera, una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora