IsabelLa verdad pensaba que esto iba a ser la peor idea de mi vida, pero si quieren mejorar en las carreras tienen que empezar desde cero. Cómo aprender a montar en bicicleta, por más que se caen. Hay que intentarlo hasta conseguir el equilibrio.
Aquí empiezan las lecciones.
Y hoy es la lección número 1.
—Bueno muchachos, ¿listos para el entrenamiento? — les pregunté cuando ya estaban los dos en frente mío.
—La verdad no. ¿Qué vamos a hacer aquí? —dice Parker, sin entender cómo van a poder entrenar aquí.
—Pues, correr — le respondí tranquilamente.
Todo corredor necesita entender su carro, o monoplaza en este caso. Pero principalmente se necesita conocer sus propios límites, pero, muy importante, los límites del motor.
Por eso van a correr en tierra, donde van a exigirle más al motor y claramente al manejo de la manivela.
—Bueno, esto es lo que van a hacer, van a correr por esta pista. Pista normal, curvas no tan exigentes, pero tienen que hacer la vuelta en menos tiempo que la pasada — les digo revisando los carros que van a utilizar.
—No entiendo por qué hacemos esto, no necesitamos manejar en tierra. Si no en pista real — habla por primera vez, y la piel se me eriza al instante.
—El problema es que solo tienen experiencia en las pistas de Formula 1, y se olvidan que entre más experiencia mejor rendimiento —le dijo para verlo una vez más. Y, Dios mío, no puedo con su mirada penetrante.
—Somos los mejores en la pista, eso quiere decir que en cualquier lugar vamos a ser los mejores —memenciona y me impresiona que hable en plural.
—Bueno, si no tienen problema con esta pista les puedo subir el nivel de dificultad para la próxima.
—Trato hecho —me da la mano y la estrecho para cerrar el trato.
El, con su sonrisa arrogante e impredecible, se sube al vehículo y arranca a la línea de meta, donde está Owen con la bandera de cuadros. Parker le sigue y se acomoda a su lado.
y aquí empieza la gran aventura, a ver si la superan.
—Preparados —dice Owen.
—Listos.
—Ya.
En este espacio o circuito tienen que dar 8 vueltas, en las cuales tienen que ir más rápido cuando terminen la pasada.
Lo que pasa es que a la hora de las curvas es donde viene el verdadero engaño. Porque no siempre es en la misma dirección o de la misma manera, veamos si lo pueden lograr.
El primero en llegar a la primera curva es Mikael, la verdad pensé que no lo iba a lograr, iba a tener mi primer momento de gloria en poder decir, este no es un genio, pero lastimosamente me voy a tener que cerrar la boca con todos mis cometarios.
En cambio, Parker no tuvo tanta suerte, volteó donde no tenía que ir y terminó desviándose del camino, quedando afuera del circuito.
Pasadas las demás vueltas, Mikael logró hacerlas sin ningún problema, parecía que él había nacido para esto. Se veía imparable.
Terminando el ejercicio como tal, los dos vienen y se parquean al frente del garaje, donde les espera la siguiente prueba.
—Bueno, veo que no les fue tan mal, aunque Parker tienes que mejorar en tierra.
—Tranquila, voy a esforzarme al máximo —responde con una sonrisa en su rostro, pero también se ve decepción.
Les tiré dos trapos llenos de grasa y los dijiro a otra parte del garaje.
—¿Para qué es esto, dríada? —pregunta Mikael acercándose a mí.
—Bueno, ustedes saben cómo manejar un carro, monoplaza, lo que sea. ¿Pero saben cómo arreglarlo?
—¿A qué te refieres? —pregunta con cara seria y seria cuando ve que me alejo de su cercanía.
—Pues sí. La segunda fase de este entremanido es que ustedes dos tienen que arreglar un motor. Sea como sea, tiene que funcionar. Para eso pueden utilizar todo lo que está en esta parte del garaje, se pueden ayudar entre ustedes pero no pueden pedir ayuda.
—¿Estás loca? —dice con cara de no poder creer lo que estoy diciendo.
Ehhh, no. Parte de ser mejor es saber los límites no solo de la persona, sino de lo que manejas. Así que tienen hasta las 6 de la tarde. Buena parte del día, después terminamos con la última parte del entrenamiento de hoy.
— Isabel, tienes que estar bormeando —Me dice acercándose a pasos rápidos hacia mí.
—No, no lo hago —salgo corriendo como cobarde que soy antes de que me dé algo peor.
Parker solo captó las instrucciones y se quedó mirando el motor. Algo me dice que está en la parte en la que mejor le va. Y Mikael, quién sabe, ya lo averiguaremos.
Voy dirigiéndome a la parte de la sala común en donde están todos.
—¿Ya los dejaste con los motores? —pregunta Owen comiendo un pedazo de pan con ¿quesocrema? Nose, la verdad.
—Sí, espero que no les vaya tan mal, o bueno, logren identificar cuál es el problema del motor —respondo para poder arrecostarme en el sillón.
—Creo que Parker lo va a lograr mejor que Mikael, aparte, Mikael es muy arrogante, que le gane Parker en algo por primera vez, no lo veo como algo malo —dice Lucía con cara de enamorada.
—Se te cae la baba Lucia, controlate —digo mirándola con asco.
—Ni que dijera algo malo.
—Claro, claro, como no.
Con los chicos empezamos a realizar nuevas estrategias para poder mejorar en las siguientes carreras, aunque también estábamos formando los entrenamientos de Mikael y Parker para poder saber en qué áreas tienen que mejorar y en cuáles tienen que perfeccionar.
Emma y Taylor hicieron un registro de todas las movidas de ellos durante las vueltas pasadas, y pudieron saber en cuáles pudieron manejarlas mejor. Parker le cuesta antes de agarrar la curva. Y a Mikael al parecer no le cuesta nada en la parte de manejo. Lo cual está súper bien. Pero si no conoce sus límites no va a llegar lejos. Eso de creerse el mejor de todos, sin serlo, puede costarle caro.
Ya va siendo hora de ir a ver qué hicieron con los motores. Y ver qué tanto lograron hacer en toda la tarde que estuvieron trabajando en eso. Solo vi que descansaron un momento para comerse algo y siguieron trabajando. Ya después creo que no pararon para nada.
Antes de llegar veo que solo hay un charco de aceite que sale de todos lados. Empiezo a moverme más rápido hasta que me encuentro con un grandísimo desastre. Uno de los más grandes que he visto. Y el cual no podía creer lo que le había pasado a él.
Con solo verlo, lo primero que hice fue morirme de la risa. no podía parar de verlo con tal manera que no me dieran ganas de disfrutar de ese momento.
—¿De qué te estás riendo, dríada?
—De nada, de absolutamente nada.
No sabía por qué me decía así, sonaba como algo feo pero no sabía el significado. Después en la noche iría a buscar para saber qué significa.
Pero este momento ya lo tengo guardado en mi cabeza.
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¡Quiero pedir una disculpa a todos!
Este tiempo tuve muchos cambios y he estado a full. Pero seguiré escribiendo la historia.
¡Muchas gracias por el apoyo!
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Una carrera, una vida
RomanceImagínate ser la hija de un director de la Fórmula 1, donde nadie sabe de tu existencia. Hasta que de pronto llega un nuevo piloto, que arrasa con todos. Por lo tanto, mi padre llamará por mi ayuda, junto con su equipo, para poder vencer al nuevo ri...