Cualquier persona habría tomado distancia y cortado todo tipo de comunicación. Cualquier persona habría reconocido que aquello no podía terminar bien y que lo más sano era dejar de intentar fingir que las cosas se encontraban bajo control.
Pero D...
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Por todas las cosas que he perdido en ti
Dime, ¿Están perdidas en ti?
Solo para que puedas soltarme
Después de todo lo que he perdido en ti...
LP, lost on you
🥊 🥊 🥊
El boxeador cae sobre sus rodillas y escupe gotitas de sangre que se estrellan contra la lona del cuadrilátero. Intenta estabilizarse, pero está demasiado aturdido para distinguir dónde plantar los pies. Se tambalea hacia adelante y el réferi interviene poniéndole una mano en el hombro, preguntándole si se siente bien o si desea detener la pelea.
El hombre aprieta los dientes y se vuelve a tambalear, pero consigue estabilizarse. Aparta al réferi de un empujón, ofendido por su ofrecimiento y se limpia la sangre de la comisura de la boca con el dorso de la mano. Su contrincante mientras tanto observa la escena del otro lado del cuadrilátero con una media sonrisa. Hacer enojar a los boxeadores a los que se enfrenta le resulta sumamente entretenido.
Donghae desde las gradas sabe que su mejor amigo tiene la situación bajo control, pero aun así se preocupa, porque Hyukjae es un terco y sus formas de saborear la victoria muy raras. Ciertamente no es un sanguinario, pero arde en deseos de noquear a su adversario que esta noche lleva por nombre KangIn. Su sonrisa arrogante y sus músculos tensos le demuestran que espera que el hombre intente asestarle un golpe para devolvérselo triple. Una derrota fácil es lo menos que piensa darle a la audiencia, que ha apostado por él lo suficiente para tomarlos en cuenta.
KangIn le asesta un sólido golpe en el abdomen y aunque el impacto es repentino y directo, apenas logra mover su cuerpo unos pocos centímetros. Hace falta más que un simple puñetazo para enviarlo a las cuerdas.
Desesperado por ver que no provoca el impacto que desea, su contrincante se precipita hacia adelante, pero esta vez Hyukjae lo esquiva a tiempo. KangIn no desiste y con otro rápido movimiento logra conectar un gancho en sus costillas. Hyukjae ya no es dueño de la misma suerte y retrocede sobre sus pasos, pues le ha sacado el aire.
La novia de Donghae, Yoona, observa la pelea a su lado con preocupación y como Donghae no puede darse el lujo de asustarse también, pasa un brazo por sus hombros y la aprieta contra sí.
—Estará bien —le asegura para calmarla y de paso, calmarse un poco también. Usualmente los contrincantes de Hyukjae le dan dos o tres golpes por round. Ese tipo ya lleva más de cinco y las fuerzas de su mejor amigo comienzan a abandonarlo. El encuentro se ha alargado más de lo esperado y su resistencia ya no es la misma que hace unos años.
—Mira lo furioso que está KangIn —Yoona medio se lo grita, para hacerse oír por encima del escándalo de la muchedumbre—, no tendrá piedad.
