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Debido a la inesperada noticia, Katsuki pidió tiempo para pensarlo, el doctor lo concedio.

Un bebé, tendrían un nuevo bebé.

Apretó los dientes con fuerza. ?Acaso ella lo sabía? Lo dudaba, Kayla jamás se guardaría algo como eso.

Además, ambos habían hablado de tener otro bebé en casa, por lo que sería muy extraño que ella hubiera ocultado algo así.

Decidir. Tenía que decidir.

¿Salvar a su esposa o su bebé no nacido?

Katsuki no sabía que pensar, quiso gritar y soltarse a llorar como un maldito bebé.

No quería perder a ninguno, quería ver a su bebé crecer, pero también quería envejecer junto a Kayla, como lo prometieron.

Duro horas en silencio, jalandose sus cabellos y cuando volvió a casa, no soporto más dejándose caer de rodillas ante sus padres sollozando como cuando era un niño berrinchudo.

Su padre se acercó de inmediato abrazándolo y queriendo ver si se encontraba bien, su madre se llevó a Henko de inmediato hacia la habitacion pensando lo peor, pero sus palabras congelaron todo pensamiento.

- Está embarazada, Kayla está embarazada.

Entre sollozos, Katsuki contó todo a su padre, este se quedó en silencio dejándole desahogarse y su madre le trajo una taza de té esperando curar un poco su corazón.

- Y que harás?

- Si pudiera dar mi vida por ambos...- Susurro con la vista perdida en su taza, las lágrimas volvieron y se mezclaron con el té.- Lo haría sin dudarlo.

- Pero no puedes, tienes que decidir Katsuki.

- Mitsuki.- Riño su esposo molesto ante su comentario.

- Deberías de elegirla a ella, necesitas más a Kayla que a ese bebé.- Exclamó, Katsuki apretó sus dientes.- Ella lo entenderá.

- ¿Cómo puedes hablar así?

- Si se queda, corre el riesgo de morir de todos modos. No sabemos cuándo es que el corazón de Kayla colapse, si te quedas con el bebé perderas a los dos.

- Kay no me lo perdonaría.- Susurro.- Tardamos mucho en concebir a Henko, este embarazo es lo que siempre estuvo esperando.

- Podrán tener más hijos en el futuro, en estos momentos, su salud es más importante.

- Lo dices tan fácil.- Susurro con rabia apretando la taza entre sus manos rompiéndola en cientos de pedazos y el té caliente se vertió en sus manos heridas, el dolor en su brazo enyesado le hizo quejarse.

- Tienes que descansar, hijo.- Su padre se levantó tomando sus hombros.- Tendrás la mente fresca en la mañana.

- Pero...

- Está decisión tienes que tomarla con la mente clara.- Le guió hacia su habitación, Katsuki algo aturdido se dejó llevar dejando el desastre del té y los pedazos de porcelana en el suelo.

En silencio, masaru lo llevo a la cama y lo cubrió con la manta como cuando era un niño.

- Me siento tan inútil.- Susurro con la vista perdida.

Masaru suspiro, desde que aquella tragedia sucedió, y todo el caos que se vino después, era cuestión de tiempo para que Katsuki tocará fondo.

En ningún momento había descansado, simplemente se enfocaba en conseguir una casa nueva, y tratar de arreglar su vida. Pero debido a ciertos factores le fue imposible conseguirlo, y la noticia de que tendría que elegir entre su esposa y su hijo fue la gota que derramo el vaso.

Debía ser realmente duro el darte cuenta que el ser el héroe número uno, y tener millones en tu cuenta bancaria no podría salvar la vida de su propia familia.

Masaru debía admitir que esperaba que en algún momento explotara- literalmente,- verlo tan desorientado y con la vista perdida le causaba escalofríos.

- Todo estará bien, Mañana todo estará mejor.- Apretó su mano sana con una sonrisa cerrada.-, Henko dormira con nosotros, tu descansa. De acuerdo?

Katsuki asintio un par de veces, y se acostó en la cama sintiendo como su padre salía de la habitación.

En la noche, cuando todos dormían Henko se levantó de la cama de sus abuelos y se dirigió temeroso hacia la habitación donde su padre dormía.

Henko podia escuchar el latir acelerado de su corazón, y eso comenzó a preocuparlo.

Entro a la habitación de puntillas, encontrando a su padre sentado en la cama viendo hacia la ventana, su rostro se encontraba empapado en lágrimas.

Henko jamás había visto a su padre llorar, eso explicaba el por qué de sus latidos desenfrenados.

- ¿Papá?

El aludido volteo cansado hacia la voz, más no se movió de su lugar.

- ¿Que sucede? ¿Tuviste otra pesadilla?.- Mascullo con voz ronca.

- No.

- ¿Entonces?

Nervioso Henko se removió en su lugar jugando con sus dedos.

- Quiero dormir contigo.

Con un ademan, Katsuki dejo que subiera a la cama y el pequeño logro hacerlo a duras penas y cuando estuvo ahí, observo a su padre.

Con temor se acercó a él y tocó sus mejillas mojadas.

- No estés triste papá. Mamá se pondrá bien.- Repitió las palabras que la abuela le había dado esa Mañana.

Katsuki soltó un bufido, similar a una risa sin humor.

- ¿Enserio lo crees?

Henko asintio varias veces realmente convencido.

— Mamá siempre vuelve.

Katsuki observo a su hijo en silencio, sus ojos color coral, su cabello rubio idéntico al de él revuelto en rizos como lo tenía su madre todas las mañanas, sus mejillas regordetas y sonrojadas. El era la imagen perfecta de ambos heroes, y eso removió su corazón.

— Lo siento tanto, Hen.- Susurro entre lágrimas.— Lamento no ser un buen papá.

El pequeño niño nego varias veces removiendo sus rizos despeinados.

— Eres un buen papá. Gruñon y mamá dice que gritón también, pero eres bueno.

Conmovido hasta la médula, Katsuki lo jala hacia su pecho, en un abrazo fuerte y llena de besos su cabeza.

— Te amo, mi niño.- Susurra conteniendo el nudo en su garganta.

Henko rie.

— Te amo papá.

NO COPIAS NI ADAPTACIONES

MAJO

HealingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora