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El sonido de la máquina era lo único que resonaba en la banca habitación de hospital, Kayla se mantenía serena bajo aquellas vendas y los cientos de cables que cubrian su cuerpo.

De los seis días en los que Kayla había estado en aquel coma inducido, la única buena noticia que habían tenido fue que ya no necesitaban un traje especial para poder pasar a verla.

Era la única mejora en días y eso tenía a todos consternados.

Katsuki miraba a su esposa en silencio, admirando el rostro que tantas veces beso.

- Vamos Hottie, despierta.- Susurro a su lado.

El estaba asustado, según los doctores el coma en el que estaba no debía durar más de dos semanas, según las palabras que logro entender, Kayla había sufrido un golpe grave en su cabeza que estuvo a punto de matarla. Ella en esos momentos estaba viviendo gracias a las máquinas que le suministraban el oxígeno suficiente, y la fecha límite para ver su mejoría sería dentro de dos semanas.

Después de ese tiempo, tratarían de ver si podía vivir sin el oxígeno suministrado, de lo contrario la familia Bakugo tendría dos opciones.

Dejarla morir o aferrarse a la esperanza de que ella algún día pudiera despertar.

- Vas a despertar, ¿verdad? Por qué si no lo haces voy a molestarme muchísimo.- Susurro en un hilo de voz.- Henko no deja de llorar, te extraña muchísimo...yo te extraño muchísimo. Por favor, Hottie...despierta.

Observo su rostro muy atento, esperando ver un movimiento bajo sus párpados pero no obtuvo absolutamente nada.

- Bien, no te presionaré. Pero tienes que despertar, ¿de acuerdo? Aún te necesito a mi lado, prometiste que te quedarías junto a mi para siempre y romper promesas no es lo tuyo. - Admiro su rostro una vez más y suspiro.- Tengo que irme, mamá apenas puede entretener a Henko sin que el te recuerde y comience a llorar.

Se levanta y besa su frente con cuidado de no lastimarla aún más.

- Te amo, Hottie. Volveré Mañana, lo prometo.

Debido a su brazo herido, tuvo que tomar un taxi y llegó en menos de quince minutos a la casa de sus padres, su madre le recibió con una sonrisa triste que Katsuki comenzó a detestar.

- ¿Cómo está?

- Sigue igual.- Respondió sin muchos ánimos quitándose los zapatos.- Dónde está Hen?

- En su cuarto, no ha salido de ahí desde que te fuiste está Mañana.

- Comió algo?

- tu padre logro hacerlo comer un par de galletas, pero eso es todo.- Hizo na mueca.- Me temo que está resintiendo todo lo que sucedió.

Cuando Katsuki subió a su habitación, fue recibido por Henko recostado en medio de la enorme cama con dos almohadas tapando sus oídos y una expresión de dolor en su rostro.

- ¿Hen? ¿Estás bien?

- ¡Papá!- El pequeño abrió sus ojos y soltando las almohadas se lanzó a abrazarlo, escondió su rostro en su pecho.- ¡Pensé que me habías dejado!

- Jamás haría eso, Hen.- Peino su cabello con cuidado y le sonrió.- Fui a ver a mamá.

- Y vino contigo?!- Preguntó soñador, Katsuki nego levemente.

- Aún no se siente muy bien, se quedará aún más tiempo en el hospital.

Henko se alejo de él y volvió a la cama dándole la espalda.

- Mami, Se irá al mismo lugar al que se fue Iko, ¿verdad?

Un escalofrío recorrió su columna, Iko había Sido un gato que habían adoptado un año atrás y que lastimosamente falleció debido a un cáncer agresivo. Debido a que Katsuki estaba trabajando para pasar esa situación junto a su hijo, Kayla le había dicho que al estar muy pequeño su hijo para entender la muerte, le dijo que iko se había ido al cielo junto a su familia en un mundo donde siempre eras feliz.

Por lo que en base a su pregunta, Henko pensaba que iba a morir. Al menos eso le decía su pequeña he infantil mente.

- No, no morira.

- Su corazón no late como el tuyo papá.- Musitó con tristeza.- Ni como el de la abuela, ni del abuelo...el corazón de mami tarda mucho en volver a latir.

- ¿Como sabes eso, Hen?

- Escuchó.- Cubrió sus orejas con dolor.- Escuchó mucho, el corazón del abuelo es muy ruidoso y cuando veo a la abuela solo veo un esqueleto y me da miedo.

Katsuki le miró estupefacto, se quedó sin habla por varios segundos. Solo había una razón de por qué si hijo estaría pasando por eso.

Estaba manifestando su don.

Sonrió levemente sintiéndose orgulloso y deseo con todas sus fuerzas que Kayla estuviera ahí. Ambos siempre se habían preguntando que clase de poder tendría su hijo, después de todo ambos eran muy diferentes.

Kayla daba vida y salud y Katsuki causaba caos y destrucción.

Todo indicaba que comenzaba a tener sus sentidos agudos, escuchaba los latidos del corazón y al ver esqueletos quizá se refería a que veía la anatomía del ser humano....

Kayla se estuviera riendo en su cara por y haber ganado la apuesta que habían hecho cuando Henko tenía un año.

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- Si su don tiene que ver con la salud, me comprarás ese auto que siempre quise.

- Y si es como el mío, te pondrás ese lindo traje que ví en internet

Imaginando a que clase de traje se refería, Kayla se sonrojo.

- Pervertido.

- Interesada.

- Tu dinero es mi dinero mi amor, el juez lo dijo. así que, si gano me compras ese auto en específico.

- Y yo pidiendo que te pusieras un humilde traje de hada para mí.- Suspiro con falsa decepción.

— Ese traje?! Pero si solo tiene las alas!

— Y un bikini!

— Hecho de perlas que no cubren nada!

Katsuki carcajeo.

— Nadie más que yo podrá verlo puesto.

Ambos se miraron en silencio, y finalmente con un suspiro Kayla estrecho sus manos.

— Ansió tener esa camioneta en mis manos.

Para su sorpresa, su esposo giro sus manos y beso el dorso de la misma, viéndole fijamente a los ojos.

— Ansió ver esas perlas en el suelo de la habitación.
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Suspiro ante el recuerdo y miro a su hijo que se había quedado dormido en a su lado, hecho bolita a su costado. Como si de alguna forma se sintiera cómodo al lado de su padre.

— Lamento que estés pasando por esto, Hen.- Susurro acariciando su cabello.

NO COPIAS NI ADAPTACIONES

MAJO

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