Irakli (Kaki) Gueórguievich Tsereteli (en georgiano: ირაკლი წერეთელი, en ruso: Ираклий Георгиевич Церетели, 20 de noviembre de 1881-20 de mayo de 1959) fue un político georgiano, uno de los dirigentes más destacados del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia y, más tarde, del Partido menchevique georgiano, tras la proclamación de la independencia de Georgia de Rusia. Fue uno de los miembros más destacados del Sóviet de Petrogrado, y uno de los más notables defensistas tras la Revolución de Febrero de 1917.
Hijo de una familia noble georgiana empobrecida, Tsereteli recibió la influencia política de su tío, menos cercano al nacionalismo georgiano que su padre. Tras la temprana muerte de su madre se mudó con unas tías maternas y más tarde a Tiflis para cursar enseñanza secundaria. En 1900 se trasladó a Moscú para estudiar derecho y pronto se vio mezclado en las protestas estudiantiles contra el Gobierno. Fue uno de los principales dirigentes de las protestas y fue detenido y condenado en dos ocasiones a prisión, la segunda, en 1902, a cinco años de cárcel en Siberia, de los que cumplió poco más de uno por un perdón gubernamental. Durante su condena se hizo marxista. Tras un corto periodo como principal articulista del diario socialdemócrata del Cáucaso, fue nuevamente detenido por las autoridades. Gracias a la intercesión de la familia se le permitió exiliarse y en el extranjero se hizo menchevique, a pesar de su oposición a la división del partido.Enfermo y aún en el exilio al comenzar la Revolución de 1905, regresó y fue elegido diputado de la Segunda Duma. En sus intervenciones en el Parlamento, se labró fama de buen orador y hábil diputado en oposición al gobierno del primer ministro Piotr Stolypin, que acabó por disolver las Cortes y arrestar a los diputados socialistas. Tsereteli fue juzgado y condenado a cinco años de prisión; tras cumplir su pena fue exiliado en Siberia, donde forjó importantes lazos con otros socialistas con los que colaboró en el periodo revolucionario en 1917. Internacionalista y opuesto a la guerra mundial, aceptó, sin embargo, la noción de defensa legítima de las naciones en ciertas circunstancias que le permitieron tras la Revolución de Febrero abogar por el «defensismo revolucionario».
Liberado tras la caída del zar, en marzo de 1917 pasó unas semanas en el Gobierno de Irkutsk antes de regresar a Petrogrado. En la capital llegó a ser pronto uno de los principales dirigentes del Sóviet de Petrogrado y, como ya había sucedido en la Revolución de Febrero, abogó por la cooperación de socialistas y liberales contra la autocracia. Convencido de la necesidad de alianza de los dos grupos para acabar con el antiguo régimen, del carácter burgués de la revolución y de la imposibilidad de la toma del poder por los socialistas que únicamente podía acabar en una guerra civil y la segura derrota socialista, logró el respaldo de la mayoría del sóviet a su postura de apoyo condicionado al nuevo Gobierno provisional y la colaboración con los liberales.
Opuesto al comienzo a la entrada de los socialistas en el Gobierno, la crisis de abril lo convenció de la necesidad de apuntalar el gabinete mediante la participación socialista en él, a pesar de su reticencia de principio. Ingresó en el Consejo de Ministros como ministro de Correos y Telégrafos y más tarde fungió brevemente como ministro de Interior, ya con Kérenski como primer ministro y siempre como defensor del mantenimiento de la coalición entre socialistas y liberales sin importar las sucesivas crisis políticas. Se mantuvo firme en su rechazo a la pretensión de que se formase un Gobierno exclusivamente socialista y demostró su clara oposición a ello durante las Jornadas de Julio. Tanto la radicalización de las masas como la pérdida de respaldo del Gobierno y del Sóviet de Petrogrado no le hicieron cambiar de opinión y continuó durante todo el verano abogando por el mantenimiento de la cooperación entre socialistas y burgueses, incluso tras el golpe de Kornílov, que debilitó notablemente esta postura entre los socialistas. Tuvo un papel crucial en la formación del último gabinete de coalición y en el vano intento de reforzarlo mediante la formación del Preparlamento, pero se retiró a Georgia poco antes de la Revolución de Octubre, a la que se opuso.